Un sobre que arde. El jueves pasado, Nacho Plá abrió la puerta al cartero y recibió una sorpresa desagradable. El papel le quemó en las manos. La alcaldesa de la ciudad condal, Ada Colau, había multado a la plataforma juvenil de la que es presidente, Barcelona por la Selección. Impreso en el folio, el precio de poner una pantalla gigante en la calle para ver a La Roja: 3.300 euros.
Este grupo de jóvenes universitarios y recién licenciados pidió permiso al Ayuntamiento para ver el España-Italia de octavos de la Eurocopa a pie de calle, pero no obtuvo respuesta. Lo intentó en más ocasiones y Colau llegó a ofrecerles el alquiler de un pabellón por cerca de 100.000 euros. Un precio desorbitado e imposible para ellos, un importe utópico, como el de la multa que deben afrontar.
"No tenemos ese dinero"
Y llegó la colecta. Manel Hernández, secretario general de la plataforma, cuenta a este periódico cómo han improvisado un engranaje para lograr el dinero que les exige el Consistorio: 3.300 euros, que podrían reducirse a la mitad si el pago se da antes de este viernes. "Nuestro perfil es el de estudiante o recién licenciado. ¿Cómo vamos a reunir el dinero? Tenemos buenas sensaciones con la colecta. Esperamos recaudarlo todo", relata Hernández.
Según explica, Barcelona con la Selección ha decidido pagar la multa "por miedo a futuras represalias". Eso sí, lejos de amilanarse, asegura que instalarán una fan zone para el Mundial de 2018 incluso en caso de no lograrse el permiso. "Ada Colau no es la alcaldesa de todos", dice. "Su programa apuesta por promover el asociacionismo y el deporte, pero claro, no con nosotros".
"Con el Barça, el criterio no es el mismo"
Hernández compara al Barça con La Roja a través de una anécdota: "En una reunión, el Ayuntamiento nos dijo que la iniciativa no convenía por el clima sociopolítico. Le preguntamos por el Barcelona y dijeron que no iba a ver rúas ni pantallas. Al final, pusieron las dos cosas. Con el Barça sí, pero con nosotros, no".
La multa recibida habla de la ausencia del Plan de Autoprotección (PAU), un requisito necesario para las concentraciones de aforo medio. "Nos multan por eso porque no se atreven a hacerlo por haber animado a la Selección", explica Hernández.
Las diferencias entre esta plataforma y el Ayuntamiento vienen de lejos. Barcelona por la Selección pidió autorización al Consistorio por primera vez el 31 de marzo. A partir de ahí, un silencio casi absoluto. Tan sólo una respuesta a través del pleno y no directamente a ellos: un no rotundo. También el ofrecimiento de un alquiler impagable y un par de reuniones infructuosas.
Pagar a Colau con la misma moneda
Tras no llegar a un acuerdo con Colau, acudieron a la Generalitat, que les dio su plácet para reunirse. En cualquier caso, lo hicieron a sabiendas de que no tenían el permiso municipal: "Aprovechamos un vacío legal. La Constitución ampara las concentraciones siempre y cuando no supongan altercados públicos o enfrentamientos con las fuerzas de seguridad".
Hernández asegura que la fan zone prevista para el Mundial de 2018 se instalará sí o sí, incluso aunque no logren el permiso, tal y como sucedió con el España-Italia de la Eurocopa. En caso de no llegar a un acuerdo y colocarse la gran pantalla, Barcelona por la Selección pagaría a Colau con su misma moneda, la de aquel sonado "desobedeceremos las leyes que nos parezcan injustas".