“Jamás he visto a la infanta, no he hablado con ella nunca, ni la conozco”. Así de tajante ha sido Luis Tejeiro, el encargado de la contabilidad del Grupo Nóos a través de la asesoría BAF, en su declaración como testigo en el juicio por el 'caso Nóos' que se celebra en la Audiencia Provincial de Palma. Es el tercer hermano de Marco Antonio y Miguel Tejeiro, todos cuñados de Diego Torres, y todos ellos sostienen que éste era quien controlaba sus cuentas y quien gestionó todo el entramado, junto a su socio Iñaki Urdangarin.
Luis Tejeiro trabaja en el mismo despacho que su hermano Miguel. Este último es quien se llevó todas las acusaciones por parte de Torres y Urdangarin, al señalarle como el asesor fiscal de ambos y quien gestionó toda la facturación y contabilidad del Instituto Nóos y de las empresas de ambos, y que se ha descubierto que están repletas de irregularidades.
El abogado de la infanta, Pau Molins, le ha preguntado por la labor de Cristina de Borbón en la sociedad Aizoon, de la cual era socia al 50% junto a su marido. “Nunca nadie del despacho ha hablado con ella”, ha añadido. El letrado intenta demostrar que la hermana del rey Felipe VI no tuvo ninguna intervención en la sociedad, ni administraba ni gestionaba. También intenta desvincularla de haber dado ningún tipo de orden sobre qué gastos debían pasarse a la sociedad.
Luis Tejeiro ha afirmado que Cristina de Borbón “jamás” dio ninguna orden. Uno de los pocos datos que hay en la causa sobre la infanta fue la declaración del notario donde firmaron la constitución de Aizoon, Carlos Masiá, ante el juez de Palma José Castro, en la que aseguró que Miguel Tejeiro le comentó que el objetivo de que la infanta entrara en la sociedad de su marido era para que hiciera de “escudo fiscal” frente a la Agencia Tributaria.
Urdangarin utilizó Aizoon para desviar dinero de Nóos
“¿Existe alguna animadversión entre el notario y Miguel Tejeiro?”, preguntó Molins. “Sí. Masiá tuvo un problema con sus hermanos y Miguel tuvo que testificar y dijo la verdad y esto no le gustó a Carlos Masiá”, explicó su hermano Luis. “¿Y este enfrentamiento existe a día de hoy?”, añadió el letrado. “Sí, bastante”, respondió el asesor fiscal del Grupo Nóos.
El asesor fiscal explicó que él se encargaba de hacer la contabilidad de Torres y Urdangarin mientras que su hermano Marco Antonio, que trabajaba para el Instituto Nóos y que está sentado en el banquillo de los acusados, hacía de “mera correa de transmisión” entre los socios y el despacho fiscal de Luis Tejeiro, BAF.
Durante todo el interrogatorio, ha señalado a Aizoon como la sociedad a través de la cual el marido de la infanta, Iñaki Urdangarin, canalizaba sus ingresos y utilizaba para desviarse el dinero del Instituto Nóos. Sobre los gastos personales que pasaba a la sociedad como gastos de empresa, contó que desde la asesoría se incluía lo que él entregaba. En alguno momento su hermano Marco Antonio le comentó en tono “jocoso” que había pasado un viaje a Brasil con su mujer y sus hijos como gasto de Aizoon.
Urdangarin metió como trabajadores a empleados domésticos
El asesor fiscal ha insistido que los hermanos Tejeiro, en contra de lo declarado por Torres y Urdangarin, no les dieron la idea de incluir trabajadores ficticios ni declarar como personal de sus empresas a los empleados domésticos porque ambos ya lo hacían antes de conocerles.
Ha puesto como ejemplo la sociedad de Urdangarin, Namasté. Él ya tenía creada esa sociedad antes de que BAF empezara a llevarle el asesoramiento fiscal. En este sociedad ya tenía como trabajadora a una empleada del hogar. Esta versión de Luis Tejeiro no avala la ofrecida por Cristina de Borbón, quien aseguró en su interrogatorio que su marido se dejó asesorar en todo por Miguel Tejeiro.
Lo único que hicieron los Tejeiro fue cerrar Namasté y crear Aizoon porque en la primera estaban como socios además de la infanta, los hijos del matrimonio. “No eran personas que necesitaran asesoramiento porque ya lo hacían así antes de conocerles”, ha añadido. Urdangarin no cambió en nada, ya lo hacía en Namasté. Facturaba ya por sus servicios en otras empresas y tenia trabajadores. “Luego siguió haciendo exactamente lo mismo”, ha puntualizado.
Respecto a los trabajadores ficticios que había en las sociedades de ambos socios, Tejeiro ha reconocido que existían y que sus salarios eran cargados a las cuentas de las empresas mediante cheques al portador que se transformaban en dinero en metálico que se quedaban Urdangarin y Torres. Esta versión contradice con la ofrecida por Urdangarin, quien aseguró que se enteró por el procedimiento que había trabajadores ficticios.
Tejeiro ha explicado que el servicio doméstico que se dio de alta como trabajadores de Aizoon se hizo por orden de Urdangarin. Él decidía dar de alta a estas empresas y se lo comunicaba a través de Marco Antonio Tejeiro, que hacía de correa de transmisión. “Urdangarin era el que firmaba los contratos. No hay duda”, ha indicado a preguntas de la abogada de Manos Limpias.
Dejan fuera a García Revenga y conde de Fontao
El asesor del Grupo Nóos ha explicado al tribunal que él empezó a hacerle la contabilidad a su cuñado cuando tan solo tenía 22 años y, por tanto, no tenía capacidad para asesorarle. Más bien hacía la contabilidad de manera automática. Luis Tejeiro ha desmontado gran parte de la defensa de Diego Torres.
Por ejemplo, éste mantuvo durante todo su interrogatorio que el asesor fiscal de la Familia Real estaba en contacto con su hermano Miguel Tejeiro para revisar toda la contabilidad y fiscalidad del Instituto Nóos. Sin embargo, Luis Tejeiro ha explicado que los únicos datos que se daban a Federico Rubio Carvajal eran los relacionados con la hipoteca del domicilio de del matrimonio Urdangarin-Borbón de cara a que pudiera incorporarlo a la declaración de la renta de la infanta.
Como ya adelantó EL ESPAÑOL, Miguel Tejeiro también va a asegurar que Rubio nunca visó los datos del Instituto Nóos ni de Torres o Urdangarin. Los únicos datos que se le aportaban eran los relacionados con la infanta, como la hipoteca o el IBI.
Además, Miguel Tejeiro va a confirmar, cuando declare como testigo, que nunca vio al secretario de las infantas, Carlos García Revenga, y que al asesor del rey Juan Carlos I, José Manuel Romero, conde de Fontao, sólo le vio en una ocasión en una encuentro social organizado por Urdangarin y no se habló de ningún aspecto relativo a Nóos. Con esta versión se derrumba la defensa de ex duque de Palma y su ex socio, quienes aseguraron que García Revenga estaba en el día a día del Instituto Nóos y que el conde de Fontao supervisaba sus actividades, y con quien se reunían con asiduidad.
Se repartían el dinero del Instituto Nóos
Durante su interrogatorio, Luis Tejeiro explicó que la mecánica del Grupo Nóos consistía en que Torres y Urdangarin calcularan el beneficio que iban a tener del Instituto Nóos -una asociación sin ánimo de lucro y que supuestamente el beneficio se empleaba para reinvertirlo en proyectos sociales- y se lo repartían a partes iguales entre sus sociedades. “Sé que hacían facturas entre ellos para sacar dinero entre sus sociedades. Así les llegaba el dinero a los propietarios, Diego e Iñaki, para sus gastos”, ha explicado Tejeiro.
Según ha narrado, en el último trimestre de cada año veían el beneficio que iban a tener en el Instituto Nóos y entonces en esos últimos meses de cada ejercicio hacían facturas desde sus empresas para justificar el desvío de dinero. “En todo el negocio iban al 50%. A principio había unas tablas con lo que cobraba cada uno para demostrar que cobraban la mitad. Unas tablas excel que lo controlaban”, ha señalado.
Respecto de la empresa que Torres creó en Londres, Tejeiro ha señalado que le explicaron que la idea era expandir el negocio internacionalmente “pero yo he visto que aprovechaban pasar sacar dinero a Londres a través de facturas porque que yo sepa no hacían ningún trabajo allí”.
Tejeiro se ha referido en todo momento al Grupo Nóos para hablar del Instituto Nóos y las sociedades de Torres y Urdangarin. Ha explicado que aunque no fueran un grupo como tal, en la asesoría se referían a ellos así porque todas las sociedades pertenecían o eran controladas por Torres y Urdangarin. “La finalidad era que el dinero ganado en Nóos acabase en esas sociedades”.
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