A unas horas de cerrar 2023 me aventuro con una selección de doce noticias científicas que nos han sorprendido durante este año, diez de ellas positivas y dos grandes patinazos.
Sin dudas, este ha sido el año en que la inteligencia artificial se ha convertido en la corriente dominante. Por supuesto que te estoy hablando de ChatGPT y similares, algo que se puede resumir como los grandes modelos lingüísticos.
Recordemos que ChatGTP fue lanzada a finales de 2022, mas se hizo viral en 2023 y más de uno quedó deslumbrado con su fluidez y sus aparentes conocimientos enciclopédicos. Es un gran avance, pero no olvidemos que la base está en el conocimiento previamente generado, si dejamos de engendrarlo nos quedaremos en lo conocido hasta los albores del siglo XXI.
En un segundo puesto, y debo admitir que el orden no va por importancia, te menciono la llegada a la cara oculta de la Luna, y parece que me estoy refiriendo a Pink Floyd, de un módulo indio. En una clara demostración de pericia científica, el Chandrayaan-3 fue la primera misión en alcanzar el polo sur lunar, una región inexplorada donde se cree que existen reservas de agua helada. Te recuerdo que esto ocurría mientras los multimillonarios occidentales se dedicaban a enviar cohetes al espacio que luego se estrellaban.
Seguimos y te puedo confirmar que somos una especie africana. Esto es probable que no le guste a más de un y una elitista que por ahí quedan, de esos que me miran por encima del hombro porque durante el invierno, y sin usar rayos UVA ni acudir a una pista de esquí, sigo siendo moreno.
Volviendo al hito científico, esto significa, a grandes rasgos, que el Homo sapiens surgió en la tierra que hoy es África. Sí, la mayor parte de nuestra evolución se produjo allí en el último medio millón de años. Todo saltó cuando en octubre un estudio demostró que la pequeña cantidad de ADN neandertal presente hoy en los africanos vivos había entrado en el linaje del Homo sapiens hace 250.000 años en algún lugar de Eurasia. Esto demuestra que habíamos salido de África varias veces, y mucho antes de lo hasta ahora pensado.
Curiosamente, los mismos que te miran por encima del hombro por tu piel, suelen negar que el planeta se calienta como una olla de presión a fuego máximo. 2023 es el año más caluroso jamás registrado. El récord previo se estableció hace siete años, en 2016.
Hay que tener cuidado porque nos estamos volviendo inmunes a lo que nos dicen los registros y un día nos pasará lo que a las ranas que caen un agua en ebullición, al principio es un calorcito y luego no hay remedio. Los efectos del calor son cada vez mayores.
De las malas noticias pasamos a algo más agradable, aunque quizá abstracto. En marzo, dos adolescentes de Nueva Orleans, Calcea Johnson y Ne'Kiya Jackson, presentaron al mundo una nueva demostración matemática del teorema de Pitágoras utilizando la trigonometría.
Johnson y Jackson no son las primeras en obtener una demostración trigonométrica del teorema de Pitágoras. Sin embargo, su demostración utilizando la regla del seno y series geométricas infinitas demostró una gran creatividad y agilidad matemática. Hay algo en ello que me atrajo, te confieso.
Llegamos al puesto número seis y creo que es un buen lugar para Wegovy. Te explico: en el mundo hay unos 650 millones adultos obesos, es decir, tienen un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 kg/m² y consumen más calorías de las que su cuerpo puede utilizar. Por otro lado, 735 millones de personas en todo el mundo pasan hambre. Sin embargo, mueren más personas por obesidad que por desnutrición.
Por ello es alentador el descubrimiento de un grupo de fármacos conocidos como estimulantes de los receptores del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1). Estas drogas farmacológicas se autorizaron originalmente para controlar la diabetes y luego como medicamentos para adelgazar. Wegovy, el mejor ejemplo de estos medicamentos, reduce la glucosa en sangre y hace que las personas se sientan saciadas más rápidamente al comer.
En un ensayo clínico de dos años y 304 personas, quienes tomaron Wegovy perdieron el 15% de su peso corporal, mientras que los sujetos de control sólo perdieron el 3%. Pero hay algo aún mejor: este año también hemos sabido que Wegovy también reduce el riesgo de accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio y muerte por cardiopatía.
Tal parece que a partir de ahora podremos comer todo lo que queramos y luego, con una inyección, lo resolvemos. Pero no todo es perfecto, Wegovy tiene efectos secundarios, entre los que está las náuseas, vómitos, dolores de cabeza, cansancio y un posible riesgo de desarrollar algunos cánceres de tiroides. Así que cuidado, aún hay que afinar.
En la posición séptima te propongo algo con las células madres. En junio hubo una avalancha de artículos científicos en los que se describían los procedimientos de laboratorio que generaban embriones humanos a partir de cultivos de células madre. Los experimentos revelan una notable capacidad de las células madre para diferenciarse en los tejidos pertinentes que se autoorganizan en el patrón apropiado. Aún hay mucho por verificar en estos ensayos, pero parece que hay un camino abierto.
Para el puesto ocho he reservado unos trabajos tristemente interesantes. Todo parece indicar que el declive de las aves está relacionado con los herbicidas y pesticidas. En fin, 2023, un año récord en lo que se refiere al medio ambiente. Junto al calentamiento global, se está produciendo otro desastre medioambiental: la rápida pérdida de vida salvaje.
Te hago ver algo importante: la crisis de la biodiversidad recibe casi diez veces menos cobertura que la emergencia climática. Un estudio centrado en el declive de las aves europeas debido a los herbicidas y pesticidas apenas ha visto la luz en los telediarios.
En el número nueve ubico una cena estelar que te comenté en una de mis columnas de este año. La estrella, denominada ZTF SLRN-2020, se encuentra en la Vía Láctea, justo en la constelación de Aquila. Cuando la estrella se “tragó” a su planeta brilló hasta 100 veces su nivel normal, lo cual permitió al equipo de astrónomos que reportan el singular evento a detectar este acontecimiento.
Y para el final, en el puesto diez, una luz esperanzadora. La herramienta CRISPR, popularmente conocida como corta-pega genético, ya ha llegado a los pacientes. Este año pasará a la historia médica como en el que se aprobó una terapia CRISPR para curar —sí, he escrito la palabra curar— la anemia falciforme y la beta talasemia.
Ya las principales agencias reguladoras del medicamento han aprobado la herramienta de edición del genoma Crispr-Cas9, denominada Casgevy, para el tratamiento de ambas enfermedades raras. Un verdadero hito que empezó en España con el no-premio Nobel Francis Mojica.
Pero ya sabemos que la ciencia es una carrera de obstáculos y frustraciones. En 2023 no hemos estado exentos de equivocaciones, algunas sonadas.
El primer fiasco llegaba en pleno verano. Ya sabemos que los físicos llevan décadas buscando el 'santo grial' de un superconductor a temperatura ambiente. En una columna de agosto te comenté que un superconductor es un material que transporta la corriente eléctrica sin resistencia, pero esta extraordinaria propiedad sólo se observa a una temperatura terriblemente fría.
En julio, un equipo surcoreano aparentemente descubrió el primer superconductor a temperatura ambiente y presión normal. Este avance podría permitir el transporte de corriente eléctrica sin pérdidas. Dos fueron los reportes científicos que publicaron, sin revisión previa, donde aseguraban que lo habían obtenido.
Sin embargo, lo que iba a ser el mega hito científico de principios de siglo quedó ensombrecido por la no reproducibilidad de los resultados por parte de equipos independientes. El consenso actual es que no hay pruebas suficientes que avalen la superconductividad a temperatura ambiente y presión normal.
Para terminar, te menciono un segundo descalabro que en realidad reúne más de 10.000 fracasos. Ese es, precisamente, el número de artículos científicos que han sido retractados en 2023, un récord demasiado oscuro para una profesión que tiene que ser transparente.
La retirada de artículos científicos es un procedimiento de transparencia que usamos desde la comunidad científica cuando detectamos algún fallo que se pasó por alto en el estudio. Que este año la cifra se haya elevado tantísimo nos habla de una carrera desaforada por publicar, pero también de que la honestidad aún anida en nuestros laboratorios. Quizá otras profesiones, no voy a mencionar ninguna, deban tomar nota.
Seguiremos difundiendo ciencia en 2024.