En Abertis, uno de los mayores grupos de gestión de infraestructuras seguras, sostenibles y conectadas del mundo, están trabajando en línea con los hitos marcados por la Agenda 2030. Esta hoja de ruta marcada por las Naciones Unidas debe hacer posible la descarbonización de nuestras vidas a través de una gestión sostenible desde el punto de vista ambiental, social y económico.
En este objetivo común, las carreteras del futuro deberán ser sostenibles para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que impactan directamente en el cambio climático.
El CEO de Grupo Abertis, José Aljaro, desgrana a continuación las claves que harán posible que la movilidad sostenible sea una realidad en España.
1. Apostar por la digitalización
Las carreteras están llamadas a abandonar su papel pasivo como estructura del tráfico para convertirse en un elemento conectado con el vehículo y capaz de interactuar con el tráfico. La digitalización de las infraestructuras debe ser una prioridad para gestionar vías más eficientes y sostenibles. Así, será crucial apostar por innovaciones que permitan conectar conductores y vehículos con la infraestructura.
En un mundo cada vez más conectado, la preparación para el futuro debe considerar las oportunidades y los riesgos de la tecnología futura. Aprovechar las nuevas tecnologías (big data, internet de las cosas, machine learning…) será imprescindible para mejorar la gestión de las infraestructuras viales y estar preparados para abordar la movilidad del futuro.
En el caso de las autopistas, son plataformas sobre las que operarán las innovaciones de los vehículos y, por ello, será prioritario trabajar para albergar los vehículos conectados y autónomos.
2. Utilizar materiales sostenibles
En lo que a materiales ser refiere, será clave el uso de bioasfaltos o materiales como el grafeno, por ejemplo, que se utilizan actualmente para el mantenimiento de las vías, y, por supuesto, en la construcción y ampliación de nuevas vías.
También la innovación aplicada a la recuperación de los residuos y el uso de los materiales reciclados presenta un elevado potencial para la reducción de los impactos ambientales en el ciclo de vida de las autopistas.
3. Impulsar energías limpias
Entre las distintas estrategias de descongestión y descarbonización del tráfico en nuestro país, será de vital importancia facilitar la circulación de los vehículos eléctricos y el uso de combustibles alternativos (incluido el hidrógeno), pero también la compra y la generación de energía renovable para alimentar tanto la infraestructura como los vehículos.
Para ello, será necesario, en paralelo, la puesta en marcha de electrolineras a lo largo de todas las redes de alta capacidad que permitan proveer a los vehículos de energías limpias.
4. Priorizar la seguridad vial
Necesitamos alcanzar la descarbonización, pero no debemos olvidar que la gran prioridad a todos los niveles es la seguridad de nuestras infraestructuras viarias. España tiene un déficit de mantenimiento y conservación de en torno a los 8.000 millones de euros en su red de carreteras que, por la seguridad de sus ciudadanos, se debe acometer.
Así, son necesarias inversiones urgentes para mejorar la calidad de nuestras infraestructuras para incrementar exponencialmente la seguridad de las vías. La sostenibilidad es un término que busca alcanzar las cero emisiones, pero también los cero accidentes.
5. Reforzar la conexión con el entorno
Son muchas las iniciativas que se pueden poner en marcha para interactuar de forma sostenible con el entorno, con el objetivo de proteger la biodiversidad y eliminar el efecto barrera de la infraestructura con la fauna.
La reforestación del entorno de las vías, la instalación de barreras acústicas sonorreductoras o los pasos de fauna son algunas de las soluciones que pueden aplicarse para respetar y proteger el medioambiente y los entornos por los que transcurren estas infraestructuras.
6. Promover la colaboración público-privada
Sin duda, los gestores de infraestructuras nos enfrentamos a un gran reto para descarbonizar la movilidad, pero es necesario que exista una colaboración constante con Administraciones y Gobiernos para colaborar en la consecución de los ODS que tanto nos urgen y que ahora mismo son críticos para revertir el cambio climático.
Estamos inmersos en la definición de un nuevo modelo de movilidad que debe contar con la participación, el esfuerzo y la implicación de todos los agentes políticos, económicos y sociales, y que, sin duda, necesitará de un fuerte impulso inversor que debe nacer, como ya está pasando en otros países de la Unión Europea, de la colaboración público-privada.
7. Aprovechar los fondos europeos
La llegada a España de los Fondos Europeos para la Recuperación Next Generation supone una excelente oportunidad para hacer realidad un modelo de movilidad sostenible, desde el punto de vista ambiental, social y económico, y una oportunidad para aplicar la tecnología más puntera a esta movilidad. Este impulso inversor será necesario para construir un modelo justo, verde, bien estructurado y conectado que nos permitirá hacer realidad el Green Deal europeo y avanzar hacia una sociedad inclusiva, moderna y progresista.
8. Construir entornos urbanos sostenibles
Para alcanzar la descarbonización hace falta una transformación a todos los niveles. La movilidad urbana necesita, también, un cambio de paradigma que permita modificar las costumbres de la sociedad hacia una movilidad más fluida y eficiente, que pasa por ser sostenible, segura y conectada.
Es prioritario unir esfuerzos para descongestionar los entornos urbanos, que concentran los mayores niveles de congestión del tráfico. En este sentido será clave la consolidación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), como medida efectiva para gestionar el tráfico en las grandes urbes y rebajar los índices de contaminación.
9. Nuevos hábitos de transporte
El cambio en los patrones de movilidad se ha acelerado con la irrupción de la pandemia y el desarrollo de elementos que permitan la intermodalidad, así como la reconceptualización del transporte en vehículo privado marcará la tendencia de la próxima década.
Las infraestructuras deben tecnificarse, modernizarse y adaptarse para un futuro sostenible que asegure las inversiones necesarias para conservar, mejorar, extender y digitalizar la red viaria de forma que se garantice una infraestructura moderna y preparada para dar respuesta a los grandes retos a los que nos enfrentamos, un reto que nos obligará a cambiar nuestros hábitos en el transporte y a integrarlos en un nuevo modelo de movilidad descarbonizada.
10. Sensibilizar a la sociedad
Por último, pero no menos importante, para superar los retos a los que nos enfrentamos, será crucial sensibilizar a las personas sobre la necesidad de una movilidad segura, sostenible y responsable. Labor que, en nuestro caso, realizamos desde la Fundación Abertis, desde donde se canalizan acciones de seguridad centradas principalmente en la formación de escolares, la sensibilización de los jóvenes y la concienciación de los conductores mayores, a través de la integración social de personas con discapacidad.