Álvaro Écija (Madrid, 1974) era abogado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) pero, como explica a ENCLAVE ODS, tras una beca en el Centro de cálculo y sistemas de la misma universidad, comenzó a interesarse por el ámbito tecnológico. Tras varios pasos terminaría fundando Ecix Tech, una consultora especializada en derecho digital y ciberseguridad. Esta compañía se enorgullece de haber creado una herramienta que ambiciona revolucionar el sector de los servicios jurídicos en España (y en el mundo).
Ya son más de doscientas personas las que trabajan en Madrid y Barcelona. En su seno se ha fraguado un área de desarrollo de software jurídico muy avanzado, tanto que ahora presenta “un algoritmo de inteligencia jurídica, MIAbogado”. Este software, en palabras de su fundador, compite con ChatGPT, “pero está especializado en el mundo legal”.
“Siempre cuento la misma historia sobre cómo se me ocurrió la idea, pero es que sucedió tal cual”, comienza su explicación. “La ciberseguridad jurídica es un tema complejo y profundo, así que un día fui a buscar libros de filosofía del derecho a la biblioteca de la universidad y en la estantería de al lado estaba La historia del Tiempo de Stephen Hawking sobresaliendo, así que lo cogí y me lo leí entero, de seis a diez de la noche, aquel mismo día"
6 años de trabajo
A raíz de esa lectura, Écija asegura que no tardó en conectar con el pensamiento de Einstein y otros astrofísicos contemporáneos y por ese afán de "poner números y matemáticas a lo físico”. En sus palabras, “pensé que hasta entonces nadie había calificado y clasificado un documento jurídico con números. Así que me puse a montar el proyecto".
Al poco tiempo, llegó a un acuerdo de colaboración con la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y firmó un proyecto de I+D aprobado por el rector. "Durante más de seis años, todos los jueves por la tarde, de 16 a 19 h iba a la facultad de matemáticas para intentar centrarlo estadísticamente", relata. Después dio con un modelo matemático y emprendió la marcha para crear una herramienta práctica.
Y solo ha tardado 6 años en ponerla en funcionamiento: "En 2017 comenzamos y en 2023 hemos lanzado la herramienta, con una inversión de casi 5 millones de euros y posibles nuevos fondos Next Generation EU para seguir desarrollando esta inteligencia artificial”, explica.
Écija explica la diferencia entre el motor de la aplicación [al que llamamos MIA] y las aplicaciones [“MIAbogado” o “Mia ciberseguridad” que están en paralelo”]. La herramienta principal, “miabogado.law se puede comprar en la web, como Netflix, lo pagas online y lo usas, con una licencia, cinco o más" señala.
Se trata de un producto dirigido a los más de 500.000 profesionales del derecho en España, desde un estudiante a un abogado del Estado, un letrado de Las Cortes, abogados privados o públicos. Una función muy práctica que brinda la herramienta es que permite generar documentos jurídicos.
Un 'ChatGPT' de las leyes
Écija ha creado un programa que describe como "un ChatGPT en pequeño". Y lo mejor de todo es que no solo sirve para España. "Es de uso profesional y mundial", asegura. Ecix Tech ha cerrado recientemente un acuerdo para su distribución en Brasil. "La herramienta sirve para cualquier idioma y legislación; metes todas las leyes, y en cualquier idioma contesta a cualquier persona”.
El modo de implementarlo, detalla Écija, ha sido con “técnica de minería de datos, una algorítmica que se llama Quest". En este caso no se utilizan redes neuronales, sino de "árboles de clasificación con un tronco y muchas ramas, en los que se ramifican las decisiones". Así, el programa es capaz de respetar uno de los principios jurídicos más importantes: la jerarquía de las leyes.
"El ordenamiento jurídico es jerárquico, la Constitución está en la cúspide y todo por debajo es un ordenamiento jurídico: en España hay 486.000 leyes y cada ley tiene una norma; en Estados Unidos existen un millón de ellas y nuestro sistema atiende a todas esas leyes, todo lo público lo lee, hemos metido mucha información profesional, le pides cualquier cosa y ahí la tienes”, explica Écija.
Cómo funciona
Lo que genera el programa son “respuestas a consultas o documentos. Por ejemplo, si le pregunto al programa cómo es la herencia entre mi padre y yo, me responde; o le puedo pedir ‘hazme un informe de blanqueo de capitales de Japón' o ‘amplíame determinados puntos y hazme comparativas entre la ley de Japón y la de China’. No sustituye al abogado, es como un asistente, es como una semiconducción autónoma, podríamos decir como metáfora”.
El resultado “necesita lógicamente que alguien lo revise. La profesión físicamente de abogado o abogada no puede ser prestada por una máquina, está prohibido en todos los países actualmente. ¡En el futuro no sabemos! Pero hasta ahora, en el estatuto de la abogacía se prohíbe que el servicio jurídico lo haga un robot”. El sistema tiene por así decirlo un ‘refresco’ de 2-3 meses, es decir, “si cambian las leyes, nosotros vamos cargando la información por detrás, tarda entre dos y tres meses para que aparezca el contenido de una ley nueva”.
En relación con la competencia, explica que “existe una propuesta de OpenAI, una herramienta llamada Harvey, pero que hace un proyecto a medida para cada grupo corporativo”. Respecto al nivel de acierto, explica que “entendemos que de cada 100 veces aproximadamente el sistema que hemos creado puede acertar 97, tiene una baja probabilidad de fallo, que suele ir relacionada con la ambigüedad de la pregunta o un diferente uso del lenguaje”.
La mejor manera de preguntar, precisa, “es realmente preguntar mucho, para que el sistema termine cogiendo el significado: las preguntas, cuanto más extensas mejor, y hechas con lenguaje popular. Yo hablo a mi herramienta como si lo hiciera a un asistente o un colaborador”.
Usos particulares
Écija pone como ejemplo reciente: “Yo tenía que impartir hace unos días una conferencia sobre el Derecho de la Luna, por las exploraciones comerciales, y le pedí al sistema un informe de regulación del Universo y de la Luna, y se leyó las normas de la ONU, que yo habría tardado días en leer y me dio un resumen en diez minutos. O por ejemplo te orienta mucho en herencias o en argumentos para una custodia… el sistema contesta con un grado de acierto asombroso. Es como un piloto automático”. El abogado sostiene que el el programa permite ahorrar un 80% del tiempo
Esta herramienta, para su fundador, “cambia totalmente el mundo del conocimiento jurídico. Ya no tiene sentido que los nuevos estudiantes memoricen todo: da prioridad a otras habilidades, a hablar en público, a saber preguntar a una persona en una pericial, a hablar inglés, a ser buen comercial. Cantar la ley no tiene ya ni pies ni cabeza”.
Para Écija, esta nueva herramienta es “muy estable, porque el 98% de los datos legales es estático. Y resulta, realmente, más precisa que ChatGPT, la cual no hace filtros jurídicos, y puede llegar a hacer un contrato de esclavitud. La nuestra te dirá que es ilegal”.
Respecto al éxito del lanzamiento, explica cómo “lo lanzamos hace unos días, a finales de octubre de este año, comercialmente tenemos ya cerca de 2.000 usuarios, pero las previsiones son cerrar el año que viene entre 10.000 y 15.000 usuarios recurrentes, dependiendo de la velocidad de la expansión comercial y los nuevos mercados. Por ejemplo, en Brasil llevamos 102 usuarios en solo una semana y pronto tendremos acción comercial en México y otros países con gran potencial de crecimiento”.