Manfredi Caltagirone (Roma, 1979) dirige el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO), una iniciativa del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA). Lo empezó a poner en marcha hace dos años y se presentó oficialmente hace uno.
Desde el IMEO se pretende facilitar información precisa y transparente sobre las emisiones de metano con el objetivo de que empresas y gobiernos las reduzcan drásticamente. La buena noticia es que un porcentaje muy alto de las emisiones de metano del sector industrial se pueden reducir con facilidad. “No podemos no hacerlo”, cuenta a ENCLAVE ODS.
¿Qué es el metano?
Es el componente principal del gas natural que consumimos en nuestras casas y genera electricidad en los procesos industriales. Es un gas de efecto invernadero que tiene un potencial de calentamiento de la atmósfera mucho más alto que el CO₂. Si bien es 84 veces más en los primeros 20 años, permanece en la atmósfera mucho menos tiempo. El CO₂, cientos de años.
Podemos pensar en el CO₂ como el gas que indica cuánto va a aumentar la temperatura, y el metano como el que nos dice la rapidez con que vamos a llegar a esa temperatura. Si reducimos las emisiones de metano, tendremos tiempo para trabajar en la reducción de CO₂.
¿Por qué es fundamental recortar las emisiones de metano?
Si podemos reducir la emisión de metano, podremos reducir la rapidez a la que aumenta la temperatura. Así que, si queremos, se podría reducir hasta un tercio de grado en los próximos 20 años. Es una barbaridad en lo relativo al clima… No podemos no hacerlo.
¿Qué hace el IMEO?
El IMEO proporciona, de forma abierta, datos precisos que sirven para poder actuar. Sólo si tenemos una idea clara de dónde salen las emisiones de metano, de cuánta cantidad y de cómo evolucionan dichas emisiones, podremos saber lo que funciona y lo que no para reducirlas. Hay cosas que podemos hacer ahora mismo y habría que hacerlas ya.
¿Qué cosas?
En el sector energético, las compañías de hidrocarburos podrían incrementar la frecuencia con la que hacen las inspecciones y reparaciones en sus instalaciones. Hay que reducir un 75% las emisiones de metano en 8 años.
¿De dónde vienen las mayores emisiones antropogénicas de metano?
De tres sectores: energía, agricultura y residuos. Tenemos la tecnología para reducir las emisiones de metano, sobre todo, en el sector energético. Para reducir tanto, necesitamos un nivel muy alto de detalle y precisión en los datos. Además, el metano se puede vender para producir electricidad, calentar viviendas…
¿Se usa?
Sí. El gran problema es que se escapa mucho gas metano en la producción de petróleo, gas y carbón. Pero, también, en las conducciones de estos. Influye mucho la eficiencia y la calidad de las instalaciones de las compañías.
¿Es posible medir las emisiones de metano con precisión?
Sí se puede, y la tecnología es mejor cada año y más barata.
Según la Agencia Internacional de Energía, las emisiones globales del sector energético son un 70% mayores de la cantidad informada por gobiernos nacionales.
Los gobiernos hacen una estimación de las emisiones basadas en factores de emisiones. Sabemos que los datos no son precisos y que subestiman las emisiones. Eso es lo que nosotros estamos intentando cambiar. Necesitamos hacer más mediciones para tener una mejor idea de su origen. Así, los gobiernos y las empresas pueden saber por dónde deben empezar a reducir.
¿Qué fuentes utiliza el IMEO para obtener datos?
Las fuentes principales de datos son 4: las campañas de medición científica que IMEO coordina y financia; la información que nos da la industria basada en una metodología que hemos establecido conjuntamente de medición directa de emisiones; los datos de los satélites; por último, la información del National Inventories, que reúne los datos que proporciona cada gobierno. Sabemos que estas últimas son estimaciones y no datos objetivos y precisos.
¿Y los datos de las empresas? ¿Podéis contrastar esa información?
Sí, principalmente con satélites. Además, sus datos empiezan a mejorar. Hace dos años, cuando se lanzó el Oil &Gas Methane Partnership 2.0, no había una metodología común basada en la ciencia para medir las emisiones de estas empresas. Se trata de empresas muy grandes que no pueden cambiar su operativa en seis meses.
Tenemos un acuerdo con ellas. Se han comprometido a medir de forma correcta sus emisiones en un margen de tres años y a definir objetivos de reducción a corto plazo. Ha pasado año y medio, así es que tienen un poco más de tiempo. Pero la calidad de los datos que nos entregan está mejorando mucho.
[El metano en la atmósfera se sitúa en niveles récord: el mayor aumento en 40 años]
Se acaba de celebrar la COP27 en Egipto. Se dice que las COP se suelen ver con optimismo antes de la celebración y con decepción después de su clausura. ¿Qué expectativas tiene de la 28?
No tengo expectativas. Hay temas muy importantes que discutir y hay que llegar a acuerdos. Sobre todo, yo creo que hay que cambiar la perspectiva. Ahora, lo más importante es la implementación de estas medidas que los gobiernos han anunciado que van a tomar y darles confianza para que tomen más en el futuro, porque sabemos que, con las políticas que tenemos ahora, doblamos el grado y medio de aumento de temperatura que se acordó en Kyoto para finales de siglo.
En la cumbre, la ONU ha anunciado el Sistema de Alerta y Respuesta de Metano o MARS. ¿Depende del IMEO?
Sí. Es un sistema que va a utilizar métodos que, hasta ahora, sólo se habían utilizado en el ámbito científico para publicar de manera transparente información sobre las mayores emisiones de metano. Y esta información, mayormente del sector energético, se va a ceder a empresas y gobiernos para que actúen y reduzcan sus emisiones.
Lo interesante es que es la primera vez que esto se hace desde una entidad pública y con transparencia, pues la información será de uso público. Es un cambio de paradigma.
Entonces, corresponde a gobiernos y empresas actuar.
Las Naciones Unidas no pueden obligar a nadie. Nosotros vamos a dar la información a aquellos que sí pueden reducir las emisiones. No son cosas complicadas. Se trata, en muchos casos, de cambiar el proceso de producción y distribución. No es un problema de tecnología; sería más bien de fontanería. Por ejemplo, evitar que haya escapes en una tubería o cerrar una válvula…
¿Qué es el Compromiso Mundial sobre el Metano (GMP)?
El Compromiso Mundial sobre Metano se presentó el año pasado. Es un acuerdo de países- unos 126- que han decidido trabajar juntos para reducir un 30% las emisiones de metano hasta el 2030. También se puede reducir metano al margen de ese grupo.
China es el principal emisor de gases de metano, luego India.
Son países con fuentes muy diferentes de emisión. En China provienen, sobre todo, de la minería de carbón y de la producción de arroz. En la India, de la ganadería; se consume muchos lácteos… Ninguno de los dos ha suscrito el GMP, pero que China haya anunciado un plan de acción nacional para reducir las emisiones de metano es una buena señal.
Entonces, ¿recortar las emisiones de metano es la forma más fácil, por ahora, de reducir el calentamiento global?
Actualmente, el aumento es de entre 1,1 y 1,2 grados. Estamos muy cerca de ese punto de no retorno. Habría que tomar medidas drásticas para mantenernos en el 1,5. Hay que intentarlo trabajando en todos los ámbitos: reducir las de emisiones de metano, CO₂ y de todos los otros gases de efecto invernadero, aumentar la producción de energía de fuentes renovables y fomentar la eficiencia energética.
Al mismo tiempo, hay que trabajar en la reducción de las emisiones de metano hasta que los combustibles fósiles puedan ser enteramente sustituidos. Que no estén un día más de lo necesario. Pero hasta entonces, no se puede no trabajar en la reducción de las emisiones de metano.
¿Es fácil reducir las emisiones de metano?
Es mucho más fácil que otras cosas que también se necesitan hacer. La emisión de metano no da ningún beneficio y crea un problema grande en la atmósfera.
¿Pero cómo se escapa el metano en el sector energético?
De muchas maneras. Hay campos petrolíferos en los que sólo sale el petróleo, en otros sólo sale gas y en los demás salen los dos. En muchos casos, lo que interesa es el petróleo, no el gas. Entonces extraen el petróleo y dejan que el metano se escape a la atmósfera. También, en la extracción de gas hay muchos escapes en juntas y válvulas, como cuando una tubería de agua tiene fugas.
¿Y con eso se reduciría muchísimo?
El potencial de reducción de emisiones de metano en el sector energético es del 75% de la producción de petróleo, gas y carbón. Hay muchas cosas que se pueden hacer. Por ejemplo, hay equipos que están diseñados para emitir una pluma de metano cada vez que se abre o cierra una válvula. Y, a lo mejor, hay 10.000 millones de válvulas.
También contaminan mucho las llamaradas que salen de las chimeneas en la producción de hidrocarburos. Indican que se está quemando metano. Mejor que quemarlo sería utilizarlo, pero mejor quemarlo que soltarlo directamente a la atmósfera. El problema es que estas antorchas funcionan a menudo muy mal y cuando no sale la llamarada significa que está saliendo metano. Son muchas cosas pequeñas que se pueden hacer. Ninguna de ellas es muy complicada.
No parece tan difícil…
No, no. Por eso esto es una buena noticia. Y necesitamos buenas noticias en la lucha contra el calentamiento global. Todos tenemos que hacer mucho más: industria, gobierno y sociedad civil. Anunciar compromisos es fácil. Tenemos que asegurarnos de que se cumplen.