Avelino Corma (premio princesa de Asturias) apuesta por "cerrar las nucleares, sin saltos al vacío"
El químico valenciano, premio princesa de Asturias en 2014, asegura en una entrevista con la Agencia EFE que acelerar las renovables ya no es una cuestión medioambiental, sino estratégica.
17 abril, 2022 12:07Noticias relacionadas
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Hace ocho años, Avelino Corma (Moncófar, 1951) se llevaba a su casa –o a su laboratorio– el premio princesa de Asturias de Investigación Científica. Este galardón fue fruto de toda una carrera dedicada a la ciencia, en concreto al diseño molecular de catalizadores y de procesos catalíticos sostenibles relacionados con el refinado de hidrocarburos y derivados de la biomasa.
En 1990, Corma fundó el Instituto de Tecnología Química, centro que dirigió hasta 2010. Esta institución de investigación mixta, con sede en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), nació de la unión de este centro educativo y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Hoy, Corma es profesor de investigación en el instituto que un día dirigió y coordina en la Comunitat Valenciana un Comité Estratégico de Innovación Especializado en descarbonización que asesora a la Generalitat sobre cómo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de las empresas.
Según asegura la Agencia EFE en una entrevista al experto, este científico considera que la invasión rusa de Ucrania y la guerra que vive el país del este de Europa, junto a la crisis energética que acelerado, demuestra que "ya es obligatorio" acelerar la transición ecológica y energética, "y no sólo desde el punto de vista medioambiental, sino estratégico".
El conflicto bélico, señala a EFE, "ha mostrado nuestra fragilidad, porque somos ávidos consumidores de energía y fuertemente dependientes de la energía proveniente de hidrocarburos fósiles. En cuanto se han puesto restricciones, han comenzado los problemas de todo tipo".
Por eso, Corma augura que en el futuro cercano empezarán a aumentar los esfuerzos europeos para producir una mayor cantidad de energía renovable. Incluso antes de lo que marcan los planes de la Comisión. Además, considera, según EFE, que estamos llegando a un "punto de no retorno" para cambiar el sistema energético.
Y admite que si se hubiera seguido investigando "de manera intensa en ese cambio" desde que surgieron las "primeras voces de alarma durante la crisis del petróleo de los años 70", se estaría "mejor preparados" para afrontar el reto actual de la descarbonización. Pero por aquel entonces, "el esfuerzo y la inversión adicional duró lo que duró el embargo impuesto por la OPEP".
Por eso, ahora, alerta de que "estamos en un momento crítico importante". Y es que, para Corma, "es muy probable que en un plazo de 20, 30 o 40 años sea ya muy notable" el efecto del cambio climático e implique "un impacto económico y un impacto humano muy importante" si no se reducen las emisiones de CO₂ hoy.
Impulsar las renovables
El investigador castellonense, que en 2011 se convirtió en el primer científico español con la gran medalla de la Academia de las Ciencias francesas, señala a EFE que hay una "presión tremenda" para cumplir el desafío marcado de reducir un 55% las emisiones de CO₂ en 2030 y el 100 % en 2050. "Un plazo corto de tiempo en el que no sólo hay que descubrir posibles soluciones, sino desarrollarlas y aplicarlas", indica.
En la Comunitat Valenciana, donde la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) ha puesto a trabajar conjuntamente a las universidades y centros de investigación públicos con los institutos tecnológicos y las industrias para que se adapten a la descarbonización, Corma señala que lo primero es implantar energía eléctrica renovable, que actualmente solo supone del 7 al 8%.
Precisa, además, que una vez se genere suficiente energía eléctrica proveniente de la energía solar y eólica, "se podrá también producir hidrógeno verde, destinado a generar energía térmica y a producir productos como el metanol y el amoniaco, que también servirán para almacenar y transportar hidrógeno".
Eso sí, Corma alerta de que sustituir toda la energía fósil "no es sencillo, ni inmediato": España consume sólo en petróleo más de un millón de barriles al día, a lo que habría que añadir el gas y el carbón.
Sin embargo, es un arduo defensor de todo lo que se puede hacer "a partir de ya". Por ejemplo, que las empresas, con la colaboración de científicos y tecnólogos, desarrollen procesos de producción más eficientes, que permitan un menor consumo de energía.
Y lo explica: "En procesos que requieren de temperaturas de producción elevadas, bajar 50 o 100 grados es un ahorro energético notable, no hay que despreciar ni una sola caloría". Asimismo, Corma considera que para mejorar la sostenibilidad hay que generar "la mínima cantidad de residuos" y apostar, por tanto, por la economía circular.
Adiós a la nuclear
En la comunidad autónoma en la que Corma desarrolla su trabajo existe aún una central nuclear, la de Cofrentes, en Valencia. Su producción, según los datos de la central facilitados por EFE, representa más del 40% de la generación eléctrica de la región. Este científico, que se muestra realista ante la situación energética de nuestro país, opina que "la energía nuclear se tiene que mantener mientras se necesita, e ir sustituyéndola conforme se aumentan las renovables".
Mientras en Francia, Suecia o Finlandia se están construyendo más centrales nucleares, asegura, en España se debería evitar cerrar las que existen si no se tiene la alternativa renovable, con plazos y con presupuestos.
Eso sí, confiesa ser "partidario de construir la renovable, y cuando dispongamos de ellas, cerrar las nucleares, sin saltos al vacío". Y concluye: "Decir que no se quiere la energía nuclear sin tener una alternativa es poco realista en estos momentos".