“Hoy resulta casi imposible explicar o predecir cualquier patrón ecológico sin considerar la influencia de los seres humanos". Esta es una de las conclusiones a las que llega el divulgador científico Alex Richter-Boix en su nuevo libro, donde realiza un repaso histórico a la huella del ser humano sobre el planeta Tierra.
Richter-Boix es biólogo, escritor y divulgador científico. Su pasión por la ciencia, concretamente por la ecología evolutiva y la conservación, le animó a empezar el blog Evoikos para satisfacer su vena divulgativa. En él, habla de aquellos temas que le apasionan: evolución, conservación e historia de la ciencia.
Acompañado de anécdotas personales, relatos de las diferentes civilizaciones y, por encima de todo, de curiosos datos de ciencia, El primate que cambió el mundo (GeoPlaneta, 2022) desentraña algunos de los aspectos de la relación del ser humano con "lo salvaje".
El biólogo y escritor demuestra cómo una historia de ecología evolutiva puede llegar a ser tan apasionante como una de aventuras o misterio. En este compendio de relatos entrelazados, el ser humano deja de ser central y adquieren protagonismo bestias como los feroces lobos, los temibles leones o los antaño extintos mamuts.
También se mencionan otras especies más familiares para la humanidad, como el perro, que fue el primer animal domesticado, o el gato, venerado por muchas civilizaciones desde tiempos inmemoriales. El autor incluso reserva un espacio para hablar sobre los virus, incluyendo la covid-19.
Al preguntarle sobre la estructura de la obra, Richter-Boix señala que ha seguido un orden cronológico,"desde la Edad de Piedra con los cazadores recolectores a la revolución del Neolítico, pasando por la Edad Media hasta la industrialización".
Así, los lectores podrán hacerse una idea general de los significados y las acciones humanas sobre el medio, conociendo muchos de los efectos negativos que producen. Este conocimiento es esencial, puesto que frente a la crisis ecológica, lo indispensable es saber de dónde venimos para poder enfrentarla.
Conciencia ecológica colectiva
Desde hace algunos años se ha hecho patente una mayor concienciación sobre los efectos del ser humano sobre el medio. Incluso se han adoptado nuevos conceptos para describir esta interacción, como el Antropoceno. De la misma manera, también se han acuñado términos que evitan la condena sobre el ser humano, como el de los servicios sistémicos.
"Mucha gente tiene la sensación de que es una cosa de la era industrial. Desde entonces todo ha ido empeorando. Pero la humanidad lleva mucho más tiempo alternado el medio", asegura. La alteración del medio es una característica que presentan casi todas las especies, a través de procesos que se encuadran dentro de un concepto más amplio, la ingeniería ecológica.
La diferencia entre nuestra especie y el resto es que "nuestra capacidad para alterar el medio es muchísimo más grande", asegura Richter-Boix
El biólogo alude directamente a esta mayor preocupación sobre la ecología, contextualizando el origen del significado de la extinción. Este concepto comenzaría a consolidarse como un fenómeno real a partir de que el naturalista francés Georges Cuvier hiciera patente, en el siglo XVIII, la extinción de las especies, postulando la teoría catastrofista.
Desde entonces, el ser humano se ha ido dando cuenta de que su interacción con su entorno dista mucho de ser inofensiva. Sucede lo mismo con muchas otras especies, que también han alterado el medio de manera negativa. Sin embargo, el autor asegura que la diferencia entre nuestra especie y el resto es que "nuestra capacidad para alterar el medio es muchísimo más grande".
'El primate que dominó el mundo'
El escritor habla de seres mitológicos y de las distintas significaciones culturales que el ser humano le ha dado a los seres vivos de su entorno, de su complicada relación con los lobos y de otros potenciales enemigos o competidores que pudieran discutir su posición como especie dominante.
"Llevamos miles de años interaccionando con el medio, alterando las comunidades vegetales y animales, domesticando especies y paisajes para nuestras necesidades, incluso alterando los ciclos atmosféricos y geológicos", señala.
El concepto de Antropoceno, que también se trata en la obra, denuncia precisamente esto. Acuñado en el año 2000 por el premio Nobel Paul Crutzen y Eugene Stoermer se define como aquel "intervalo de tiempo geológico, en el cual muchas condiciones y procesos de la Tierra están alterados profundamente por el impacto humano".
El autor habla de seres mitológicos y de las distintas significaciones culturales que el ser humano le ha dado a los seres vivos de su entorno
Este concepto surge para sustituir al Holoceno, poniendo el foco en el impacto significativo del Homo sapiens sobre el planeta, incluyendo las alteraciones que se generan sobre la ecología, la geología y también sobre el clima.
A pesar de contar con la aceptación de buena parte de la comunidad científica, el Antropoceno como continuación del Holoceno todavía no ha sido reconocido por la Comisión Internacional de Estratigrafía ni por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas.
Otros conceptos que dan cuenta del ser humano como una de las causas de la acelerada desaparición de especies son la huella (ecológica) colectiva o la defaunación. Todas, explica Richter-Boix, encapsulan el problema de un deseo insaciable de prosperidad y expansión económica, donde los productos de consumo y el crecimiento deben crecer, sin importar el precio, para mejorar nuestra especie.
Esta idea tradicional de prosperidad ha ignorado generalmente los problemas medioambientales, y cuando se tenían en cuenta, siempre estaban al servicio del crecimiento económico. La noción de servicios ecosistémicos precisamente pone en valor lo que pueden hacer por nosotros los ecosistemas, y no al revés.
Enfermedades emergentes
En el relato de Richter-Boix también se hace mención al tema más sonado durante los últimos dos años: la covid-19. Este virus y otros como el VIH o la peste de Manchuria son síntomas de una patología mayor, "de nuestra conflictiva relación con la naturaleza". Una de las causas de la propagación de este tipo de patógenos tiene que ver con la explotación del medio natural.
La pandemia ha demostrado que en ocasiones "lo acabamos pagando todos", señala el autor
"Se estima que los animales salvajes son la fuente principal de virus y bacterias", asegura. La cada vez más recurrente alteración de los ecosistemas provoca "una mayor interacción del ser humano con animales que antes quedaban lejos de las poblaciones, causando que la exposición a virus se den cada vez con más facilidad".
Aunque según aduce el escritor, en la mayoría de los casos las denominadas enfermedades emergentes, afectan a uno o dos individuos, la pandemia ha demostrado que en ocasiones "lo acabamos pagando todos".
Conservar especies peligrosas
Para responder esta pregunta, muy enunciada por aquellos que sostienen que la extinción de una especie es irrelevante en tanto en cuanto no sea indispensable en la cadena trófica o para el mantenimiento del ecosistema, el autor esboza una metáfora. Un ecosistema es un "castillo de naipes que está montado en interacciones donde todo se sustenta en otras piezas".
El problema que tienen este tipo de argumentos es que "muchas veces desconocemos qué función ecológica tienen, para nosotros o dentro del ecosistema". Por esta razón, suprimir una especie de la cadena supone "jugar a ciegas". El biólogo lo explica: "Estamos quitando muchas piezas y nunca sabes en qué momento quitarás una pieza y todo ese castillo se desmoronará".
Richter-Boix recuerda, además, que "debemos apreciar el valor intrínseco que tiene la naturaleza o el medio". La naturaleza, con todos sus elementos, es el medio de nuestra especie. "Conservarla a ella es al final conservarnos a nosotros", concluye.