Hacer conciencia del propio bienestar es una de las tareas más complejas para quiénes emprenden en Iberoamérica. Pero, ¿a qué llamamos bienestar? La Organización Mundial de la Salud (OMS) define en 2021 la salud mental como "un estado de bienestar en el cual las personas reconocen sus capacidades, manejan las tensiones cotidianas, trabajan de manera productiva y contribuyen a su comunidad". Este estado de bienestar trasciende la simple ausencia de enfermedades mentales; implica la capacidad de expresar emociones, interactuar con otras personas y disfrutar de la vida.
El bienestar, entonces, es sentirse bien con uno mismo y con los demás, enfrentar desafíos diarios, valorar nuestra naturaleza humana y aceptarnos tal como somos. Incluye construir relaciones basadas en el respeto, la tolerancia y la aceptación de diferencias, lo que conlleva una convivencia armónica. Es vivir plenamente, en conexión con nuestro ser emocional.
Hay diversas dimensiones del bienestar: físico, emocional, psicológico, social y ecológico. Otros enfoques incluyen estilos de vida saludables, cuidado personal, propósito y sentido de la vida, seguridad financiera, espiritualidad y religiosidad, creatividad, conectividad social, así como manejo del estrés y resiliencia.
Pero, ¿qué sabemos de la situación específica de estos agentes de cambio en la región? Un estudio realizado este año para The Wellbeing Summit Bogotá señala que el 28% de emprendedores y emprendedoras sociales iberoamericanos muestran severos síntomas de malestar psicológico, siendo más crítico entre mujeres (36%) que en hombres (20%).
Además, otra de las conclusiones que se extraen del documento es que un tercio presenta niveles bajos de bienestar subjetivo (indicador WHO5) siendo poco frecuente sentirse alegre y de buen humor, tranquilo y relajado, activo y con energía, bien y descansado. Y para el resto, la satisfacción con la vida es media a baja; algo que contrasta con su satisfacción frente a sus emprendimientos (89%). Esta brecha nos habla de que, con frecuencia, los emprendedores priorizan sus logros profesionales a expensas de su bienestar personal.
La afectación emocional resulta también evidente para la mayoría de los agentes de cambio de Iberoamérica. 1 de cada 4 emprendedoras refiere sentirse deprimido de manera severa o moderada, el 18% padece de ansiedad severa y un tercio de los entrevistados presentan síntomas de estrés severo.
En particular, los entrevistados citan reacciones exageradas ante ciertas situaciones, preocupación extrema o pánico, sensaciones de inquietud generalizada, dificultad para relajarse o hasta respirar; dicen sentirse tristes o deprimidos, intolerantes, desanimados, con miedo sin razón y sensaciones físicas como palpitaciones, boca seca y dificultad para respirar. Esto lleva a reflexionar que muchos emprendedores enfrentan situaciones sociales complejas, al mismo tiempo que sobrellevan estos síntomas.
Las cifras de burnout resultan alarmantes entre los emprendedores de alto impacto (EAI). Un estudio realizado por el Laboratorio de Innovación Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BIDLab) y The Wellbeing Project muestra como 6 de cada 10 EAI presentan síntomas de burnout moderado y 20% tiene claros síntomas de burnout severo. Esto coincide con los registros obtenidos en las entrevistas con emprendedores/as sociales.
La presión financiera, la velocidad requerida para escalar, la dificultad para lograr los impactos en poblaciones más vulnerables, el no alcanzar las metas previstas para los beneficiarios o impactar el ecosistema, además de la situación política y económica del contexto donde trabajan, implican grandes presiones psicosomáticas y emocionales que generan altos niveles de estrés y problemas de salud física.
Por ello, no sorprende que 16% de estos emprendedores sociales califican su salud física como mala. En este marco, en Ashoka hemos realizado un Atlas de Bienestar, donde entrevistamos a diferentes Emprendedores Sociales Ashoka. Cerca del 50% de los entrevistados señaló que escasamente realiza alguna práctica para mejorar su situación. Y entre aquellos que sí realizan actividades para apoyar su bienestar, las más mencionadas son las relativas a su conectividad social: las reuniones con sus familiares o amigos, les resultan las más importantes.
Se registran cifras de emprendedores que se apoyan en cuidados a la alimentación y, en menor proporción, quienes realizan actividades físicas y actividades al aire libre. Sabemos, además, que para la mayoría es difícil sostener estas actividades en el tiempo, establecer ciertas rutinas, trabajar sobre los aspectos psicológicos o darle prioridad a otras cosas que no sean su trabajo.
Algunos retos a atender:
1. Hacer conciencia del propio bienestar. El proceso empieza por estar presente para sí, lo cual da lugar a la reflexión y a obrar acordemente. Pero también estar presente aquí y ahora, con sensaciones, emociones, con complejidades y todo lo que atañe a la vida psíquica.
2. Incorporar el autocuidado. Esto incluye múltiples posibilidades: cambiar en el estilo de vida y las prácticas de cuidado diarias; atender la salud física, mental y emocional; dedicar tiempo a reflexionar sobre el propósito y significado de la vida; aprender a gestionar el estrés y desarrollar capacidad de resiliencia; darle un lugar a la conexión con otros, a la curiosidad, a la creatividad, a la espiritualidad o religiosidad, sin descuidar la seguridad financiera.
3. Hablar de estos temas con pares ha resultado abrir un canal de sintonía y autoconocimiento propio y con el otro. La experiencia de Más allá del Bienestar de Ashoka ha mostrado la fortaleza de atender el bienestar de los agentes de cambio y su impacto en el logro de sus innovaciones.
Los retos de bienestar y salud mental para los/as emprendedores/as es tan amplio como los propios logros de su emprendimiento. Hacer de sí mismo un reto de bienestar implica ampliar los horizontes de la consciencia, del aquí y el ahora, y trabajar cada día por alcanzarlo.
Si eres emprendedor o emprendedora social y esta información te resuena, ¡descarga nuestra nuestro nuevo Atlas de Bienestar! Porque el bienestar es la semilla del emprendimiento social.
***Mireya Vargas es Emprendedora Social Ashoka.