Soy María Galán, una madrileña de 26 años que desde hace tres vive en uno de los hogares de la onegé Babies Uganda. En 2020, me fui a hacer las prácticas de la universidad a los proyectos que esta organización tiene en el terreno y, como todos sabéis, apareció el COVID-19 y el aeropuerto se cerró, con lo que volver a casa no era una opción. Así, en vez de estar allí tres meses como tenía planeado, estuve seis, lo que me permitió conocer de cerca la dura realidad que viven los niños en este país.
Los colegios también estuvieron cerrados durante dos años en los que los niños no podían estudiar, lo que supuso que muchos de ellos dejasen el colegio para siempre. Desde Babies Uganda, para mantener a los niños activos en casa ese tiempo, decidimos contratar a una profesora de costura, ya que contábamos con muchas máquinas de coser, y estuvimos aprendiendo todas las mañanas cosas nuevas.
El ritmo en Uganda no se parece en absoluto al de España. Aquí siempre se va “deprisa y corriendo” a todas partes y allí todo es calmado. Las clases de costura eran de ocho de la mañana a la una de la tarde, de lunes a viernes, sin excepción. Yo necesitaba hacer algo más en clase porque eran muchas horas a un ritmo muy lento para lo nerviosa que soy.
Aquí es donde nace La vida de Sami, un libro infantil de 100 páginas que pretende acercar a los más pequeños de la casa a esta realidad. Se me ocurrió escribir esta historia entre ejercicio y ejercicio para compaginar mi tiempo con las clases de costura. Empecé a escribir y lo primero que tuve que hacer fue encontrar a alguien que, de manera altruista, hiciese los dibujos y la maquetación.
Lo publiqué en Instagram y la suerte estuvo de mi lado: a los pocos minutos ya me habían escrito Pablo y Elena. Ella y unas amigas suyas se encargaron de hacer todas las ilustraciones (preciosas, por cierto) basándose en las fotos que yo hacía y les enviaba, para que los dibujos fueran lo más realista posible. Pablo, como parte de su TFG, fue quien se encargó de maquetar el libro.
Todo iba tomando forma y la empresa Everyone se ofreció a imprimir los libros a precio de coste, algo que nos alegró mucho. El precio del libro es de 18€ y es 100% benéfico, con lo que bajar los costes de producción nos permitiría recaudar más fondos para nuestros proyectos. Fue un proceso muy bonito y de mucho trabajo y, en mayo de 2022, pudimos por fin ponerlo a la venta.
Estaba deseando que los pequeños de cualquier casa pudiesen acercarse a esta realidad y tuviesen la oportunidad de entender cómo viven las familias en países como Uganda. Poder transmitirles la idea de no dar todo por hecho, y de que nacer en un país u otro determina mucho el presente y el futuro de cada persona.
Hacerles tomar conciencia de privilegios tan simples como abrir el grifo y que salga agua, poder estudiar o saber que decir "no me gusta esta comida" allí no son una opción. Todo esto, desde el punto de vista de una niña de una familia ugandesa tradicional, con muchos hermanos y muchas cosas por contar: Sami.
La vida de Sami es un libro recomendado para todos los públicos, pues creo que cualquiera —a su manera— puede entender, disfrutar y aprender con esta historia. Cada capítulo tiene una moraleja al final, una frase que ayuda a los niños a recapacitar sobre lo leído y a aprender que una de las cosas más importantes en la vida es valorar lo que se tiene. Y, además, cuenta costumbres y datos de Uganda, siendo así también interesante para los no tan pequeños de la casa.
Desde mi cuenta de Instagram (@auntie_mariagalan), en la que ya cuento con más de 1 millón de seguidores, intento acercar a las personas a esta realidad de una manera cercana, sencilla y nada dramática. Quiero transmitir que los esfuerzos tienen resultados y que proporcionar oportunidades a países en vías de desarrollo está en nuestras manos. Y, suponiendo que los niños no tienen redes sociales, me parece muy importante que puedan acercarse a ello desde pequeños a través de este cuento.
Y aquí estamos un año y medio después. Hemos vendido más de 2.000 libros y esperamos seguir llegando a muchas casas más, uniendo fuerzas para luchar por una causa común: conseguir la igualdad de oportunidades para todos los niños del mundo. Porque, aunque suene utópico, cada vida cuenta y en Babies Uganda haremos todo lo que esté en nuestras manos para seguir sumando.
Ya son muchos los proyectos que están generando un impacto real en la comunidad: un hogar con 32 niños, un colegio para más de 650 niños de infantil y primaria, un colegio de secundaria que estamos a punto de inaugurar, una clínica de atención primaria con sala de maternidad, oftalmología, odontología y fisioterapia, un colegio para niños con discapacidad visual y la puesta en marcha de uno para niños con discapacidad intelectual, un campo de deportes y un centro social donde los niños puedan hacer sus extraescolares como pintura, canto o baile.
Esto es posible gracias a todos los que confían en nuestro proyecto y nos apoyan. Hay millones de cosas por hacer y cuantos más seamos, más sumaremos, generando oportunidades tanto de presente como de futuro para esta población.