Hoy en día vivimos en un mundo de cambios a velocidad vertiginosa. Unos cambios que en muchos casos amplían las brechas sociales existentes y también provocan otras nuevas. Este contexto exige en nosotras nuevas habilidades de adaptación: la empatía, el liderazgo compartido, el trabajo en equipo, la creatividad y el espíritu emprendedor.
En Ashoka sabemos que estas habilidades son clave para adaptarse a los cambios y transformar el mundo en un lugar más equitativo e inclusivo. Lo comprobamos cada día con los casi 4.000 emprendedores y emprendedoras sociales a las que identificamos, conectamos y acompañamos. Aprendemos de sus modelos –centrados en la activación de las personas como agentes de cambio- y los compartimos con otras personas, con el objetivo de lograr una sociedad comprometida y consciente de su poder para generar un cambio positivo.
La visión de Ashoka España es un mundo en el que todas las personas, de cualquier condición y en cualquier lugar, puedan desarrollar esas habilidades y convertirse en agentes de cambio y transformación social. Y eso no podemos hacerlo solas.
Por ello, desarrollamos alianzas estratégicas con escuelas, universidades, administraciones y empresas para acompañarles a ellas y a sus equipos en ese camino de transformación.
El pasado 25 de abril, en el marco del día del impacto y de la innovación en Barcelona, y de la mano de EADA Business School, organizamos el evento El camino del emprendimiento social. El objetivo: generar un espacio de diálogo, intercambio y conocimiento sobre el ecosistema del emprendimiento social en España y Latinoamérica. Fue un evento híbrido al que asistieron casi 200 personas y donde tuvimos la oportunidad de escuchar las historias de impacto de muchos emprendedores y emprendedoras sociales Ashoka.
Estas son personas que viven por y para generar un impacto positivo en la sociedad, afrontando los principales retos sociales, culturales y medioambientales a través de soluciones innovadoras y con una mirada sistémica. Es decir, buscando cambiar de raíz el sistema en el que vive ese problema para que no pueda reproducirse.
Marta Pérez, emprendedora social de Ashoka en 2022, es un ejemplo de esto. Ha creado la Fundación Segunda Parte con el fin de que cualquier persona con daño cerebral adquirido –como las que han sufrido un ictus– pueda practicar deporte en entornos inclusivos para continuar la recuperación de sus secuelas físicas, emocionales y sociales y así poder seguir conectadas en la sociedad.
Marta aspira a un cambio sistémico, y para ello ha generado una metodología de probada eficacia que puede ser replicada en cualquier lugar. Como ella sostiene: “Mi sueño es que en 10 años la Fundación Segunda Parte no exista”, justamente porque quiere lograr que todas las personas con daño cerebral adquirido puedan tener acceso al deporte en cualquier rincón de España, sin la necesidad de acudir a la fundación.
El cambio sistémico es el faro que guía a las emprendedoras y emprendedores sociales de Ashoka. Un cambio que, como enfatiza Gonzalo Fanjul, emprendedor social Ashoka 2018 y fundador de la ONG PorCausa, ha de ser intergeneracional: “Nada de lo que estamos haciendo nosotros, sobre todo en estas grandes batallas, yo, por lo menos, lo voy a ver antes de morirme, son cambios que necesitan tiempo. Un cambio intergeneracional, esas son las batallas que valen la pena.”
El camino del emprendimiento social suele ser largo y duro. Fran Díaz, emprendedor social Ashoka 2020, recomendó a todas aquellas emprendedoras y emprendedores sociales que están empezando que perseveren, que sean constantes, pero, sobre todo, que busquen aliadas. Por eso es crucial el rol de organizaciones sociales o académicas como Ashoka o EADA, para brindar un acompañamiento a esas personas emprendedoras.
Nani Moré, emprendedora social Ashoka 2021, es otro ejemplo de la importancia de las alianzas. Nani aborda el concepto de alimentos de calidad, saludables y sostenibles, desde una perspectiva única que une toda la cadena de valor alimentaria, desde la agricultura local a las compras públicas y los servicios de comedores colectivos. Trabaja con ayuntamientos, escuelas, hospitales, residencias; su trabajo sería imposible sin alianzas. Porque la innovación social es imposible sin alianzas.
En este mundo de problemas complejos necesitamos más innovación social, más emprendimiento social. Un emprendimiento social con enfoque sistémico, en el que emprendedores, academia, administraciones y empresas trabajen juntas para impulsar la innovación social e incrementar su impacto.
Estamos convencidas de que un mundo repleto de agentes de cambio es posible y seguiremos trabajando en alianza para conseguirlo.
*** Irene Milleiro es directora general de Ashoka en España y Portugal.