Cerrar la brecha de género existente en las profesiones digitales aportaría 71.700 millones de euros al PIB español en tres décadas. Así de contundente es el XIV informe de ClosinGap, impulsado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) y Telefónica. Esta cifra, dice, equivaldría al 6,4% del PIB de 2021.
El coste de oportunidad de la brecha de género en las profesiones digitales, como se titula el estudio de este año, asegura que la igualdad de género en el acceso a las profesiones digitales podría evitar un déficit de 1,1 millones de ocupados digitales en 2053.
"El estudio de la brecha de género en las profesiones digitales nos ha permitido profundizar en una cuestión que será determinante en nuestro devenir como país", ha destacado Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap, en la apertura del acto de presentación de sus resultados.
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A lo que ha añadido que esta brecha de género "se posiciona como uno de los factores de mayor relevancia para medir nuestra competitividad en los próximos años".
En su análisis del mercado laboral, el informe apunta que el crecimiento de los puestos de trabajo digitales será del 2,9% anual. La demanda, por tanto, alcanzará los 2,9 millones de empleos en los próximos 30 años. Al mismo tiempo, las personas ocupadas en profesiones digitales en España aumentarán a un ritmo anual del 1,3%. Esto supone un total de 1,8 millones trabajadores más en las próximas tres décadas.
Así, la diferencia entre el número de personas ocupadas y los puestos de trabajo digitales en 2053. Esto supondrá un déficit de talento digital de 1,1 millones de perfiles profesionales en España.
Para evitar este déficit, insisten desde ClosinGap, es necesario cerrar la brecha de género actual del sector: por cada hombre ocupado en profesiones digitales, actualmente hay 0,34 mujeres.
Pero para conseguirlo, el informe calcula que la proporción de mujeres ocupadas en profesiones digitales debería crecer a un ritmo anual del 5,1%. Con este crecimiento, insisten desde el clúster, se alcanzaría el equilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado laboral digital en 2053 y se generaría una riqueza de 71.700 millones de euros para el conjunto de la economía española ese año.
La educación y la brecha de género
El análisis determina que las desigualdades de género en las profesiones digitales son producto de convenciones sociales. El estudio pone como ejemplo la insuficiente corresponsabilidad en los cuidados y en las tareas del hogar, los estereotipos de género que condicionan las percepciones, las expectativas y la toma de decisiones en la etapa educativa y profesional o el desequilibrio que persiste en la presencia de mujeres referentes en ámbitos de relevancia pública.
Estas convenciones comienzan a materializarse en desigualdades de género en la etapa educativa, especialmente en el momento de elegir entre itinerarios formativos. Luego, se consolidan con la incorporación al mercado laboral, donde existen dificultades para encontrar perfiles femeninos en el ámbito de las profesiones digitales.
En esta línea, Eduardo Navarro, director de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Telefónica, ha señalado que “pese a los avances de los últimos años, sigue existiendo una notable brecha de género en las ocupaciones digitales, tanto en el desempeño como en la notoriedad y proyección. Aunque la demanda de profesionales crece en España, no está siendo cubierta por mujeres, y esto frena el progreso social y económico".
Navarro ha añadido: "Entre todos, tenemos que ser capaces de que la proporción de mujeres en profesiones digitales crezca por encima del 5% cada año. Para lograrlo, las compañías debemos atraer talento digital femenino, potenciarlo y aportar referentes a niñas y jóvenes".
En primaria y secundaria se observa, recalca ClosinGap, que el aprendizaje y uso de herramientas digitales está presente de manera transversal y no es susceptible de elección. Sin embargo, cuando se estudia la presencia de mujeres en Formación Profesional (FP), se observa que es minoritaria en las titulaciones de tipo digital, donde representan el 22,1% del alumnado, frente al 45% que personifican en titulaciones no digitales.
Esta tendencia continúa en educación universitaria, donde, de manera agregada, las mujeres representan el 63% de las matriculaciones y muestran mejor desempeño académico, con una tasa de finalización de estudios del 17,2% para ellas, frente al 14,4% de ellos. Sin embargo, su presencia es minoritaria en las carreras universitarias digitales (35%), a pesar de que también muestran mejor desempeño académico que ellos (27,4% frente al 18,1%).
Esta coyuntura, asociada a que las titulaciones universitarias digitales presentan una mayor empleabilidad que el resto de las disciplinas (78,9%, frente al 71,2% de las titulaciones no digitales), provoca que esta desigualdad derive en una menor presencia de las mujeres en el mercado laboral a nivel general.
Pocas mujeres referentes
El análisis de la brecha de género en las profesiones digitales ha permitido concluir que algunos de los factores esenciales para mitigar estereotipos que prevalecen en la sociedad son la notoriedad y visibilidad pública.
En esta línea, las mujeres representan el 42,6% del total de personal docente investigador español (0,74 mujeres docentes por cada hombre en esa posición). En las ramas de conocimiento de tipo digital, apenas representan el 23,9% del profesorado.
La brecha de género se incrementa en las posiciones de mayor responsabilidad: hay 0,21 catedráticas por cada catedrático en estas disciplinas.
En el nuevo entorno laboral de creación de contenidos que surge con las redes sociales, el informe advierte que, a pesar de que las mujeres concentran un mayor volumen de los patrocinios (83%), su retribución es menor (77 céntimos por publicación frente al euro percibido por los hombres en 2021).
Teletrabajo y pandemia
El estudio también ha analizado las posibles diferencias entre hombres y mujeres en la adopción del teletrabajo en su actividad laboral. El informe revela que, a pesar de que las mujeres declaran en mayor proporción tener un trabajo que les permitiría teletrabajar, no todas lo ponen en práctica. El motivo más frecuente está relacionado con los medios técnicos que ofrecen sus empresas.
Por último, el análisis de la evolución de esta brecha durante la pandemia refleja que las competencias digitales de la población española han mejorado significativamente entre 2019 y 2021.
Sin embargo, la brecha de género que existía antes de la Covid-19 se mantiene en 2021, y aumenta en algunas de las actividades digitales de comunicación (como el uso de correo electrónico) y sobre todo de competencias informáticas (como la programación en algún lenguaje informático).
Como nota positiva, la brecha de competencias se reduce o desaparece en actividades como el uso de Excel Avanzado o la edición de música, vídeo o fotografías.
A modo de reflexión, tras el análisis del contexto actual, el informe señala que el camino a seguir para acabar con esta brecha de género pasa por trabajar la educación para la igualdad y fomentar el ejercicio de la corresponsabilidad desde la escuela.
En esta línea, apunta que para abordar esta situación en el plano laboral es necesario implantar una agenda de diversidad e inclusión en las organizaciones para garantizar que los entornos de trabajo incentiven la incorporación de las mujeres en posiciones digitalmente sofisticadas o avanzadas.