“Vivimos en la era del vidrio”. Leí esta frase hace aproximadamente un año, pero no ha sido hasta hace poco cuando ha cobrado todo su significado. El pasado 10 de febrero más de 30 expertos dieron el pistoletazo de salida a la conmemoración de 2022 como Año Internacional del Vidrio (IYOG por sus siglas en inglés).
El evento lo presidía en Ginebra el secretario general de la ONU, António Guterres. La efeméride fue aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas para visibilizar la importancia científica, económica, ambiental y cultural del vidrio como elemento transformador de la humanidad.
Este hito no habría sido posible sin el liderazgo de la misión española en Naciones Unidas y sin el impulso de Alicia Durán, presidenta de la Comisión Internacional del Vidrio (ICG) e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Cerámica y Vidrio (ICV). Nos convencieron con éxito de que nuestro día a día tiene mucho que ver con este material y no les faltó razón ni tesón para elevarlo ante la ONU.
Piensen en la evolución de la arquitectura o la automoción gracias al vidrio, las espectaculares vidrieras góticas o la capacidad de las placas solares para impulsar la transición energética. O en la rápida conexión a internet gracias a la fibra óptica, quizás en los avances en biomedicina o en los viales de las vacunas. El vidrio es historia y progreso, es ciencia, arte e innovación.
Si nos fijamos en una de sus aplicaciones más comunes, merece la pena detenerse en el vidrio como envase para alimentos y bebidas. Las evidencias que tenemos reflejan que el descubrimiento casual de los primeros trozos de vidrio en la civilización mesopotámica se perfeccionó en tiempos de egipcios y fenicios con la creación de objetos huecos, ánforas y formas decorativas.
Otro hito a lo largo de la historia del vidrio fue en el siglo XVII, cuando se crearon las primeras botellas modernas y los tarros de conserva.
Los envases de vidrio están fabricados a partir de materias primas como la arena, la sosa y la piedra caliza. Además, son inertes porque no interactúan con el entorno ni con el contenido. Qué les voy a decir de su reciclabilidad: se reciclan infinitas veces sin perder sus propiedades. De tarro a tarro y de botella a botella.
Después de más de 20 años al frente del sistema de reciclado de estos envases, sabemos bien que no son un residuo. En el momento en el que caen en el contenedor verde se convierten en una materia prima secundaria.
"El vidrio es historia y progreso, es ciencia, arte e innovación"
Si hablamos de reciclaje de vidrio me gustaría dar una cifra: 884.050. Estas son las toneladas que recogimos durante 2021 en todo el país, un 5% más que en 2020. Puede que “al peso” estos números no hablen por sí solos, pero lo cierto es que son volúmenes asimilables a los de 2019.
Reciclamos más y hemos recuperado los niveles previos a que la covid-19 irrumpiera en nuestros hogares y establecimientos hosteleros. A pesar de que hemos continuado conviviendo con restricciones e incertidumbre, cada uno de nosotros ha depositado en el contenedor 64 envases, unos 19 kg de vidrio.
Es justo reconocer que el reciclaje de envases de vidrio tiene mucho que aportar al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y es una palanca efectiva para la economía circular. El uso de Calcín (vidrio reciclado) para fabricar envases de vidrio reduce las emisiones de CO₂ en un 53% de media y evita que se extraigan materias primas vírgenes de la naturaleza. Es una fantástica noticia que los hornos de las 13 fábricas vidrieras de nuestro país reciban esta materia prima secundaria y la reintroduzcan en el proceso productivo.
"[El año pasado] cada uno de nosotros ha depositado en el contenedor 64 envases, unos 19kg de vidrio"
Me gustaría señalar que es una gran noticia que España haya reciclado los envases de vidrio en términos similares a 2019 tras dos duros años de incertidumbre, tensión, impacto en la economía y restricciones. Que podamos contarlo mientras se conmemora el Año Internacional del Vidrio es una bonita coincidencia.
Además, la promesa de toda la cadena de reciclado de envases de vidrio en nuestro país es que para 2025 se superarán los objetivos de reciclado marcados por la Unión Europea.
Explicaba antes que el vidrio es historia y progreso, es ciencia, arte e innovación. Permítanme que añada que el vidrio es sostenibilidad y circularidad. Es economía verde y es futuro. Todo esto es lo que celebramos y por lo que brindaremos en el Año Internacional del Vidrio.
*** José Manuel Núñez-Lagos es director general de Ecovidrio.