Tras la celebración en Glasgow de la COP26 sobre cambio climático hace pocas semanas, somos más conscientes que quedan todavía muchos desafíos por superar hasta lograr un mundo más sano.
La dificultad estriba en conseguir acuerdos globales de los que se deriven medidas prácticas para mejorar la salud del planeta y proteger así la salud de las personas. Pero no hemos de perder de vista los hitos importantes que hemos conseguido: el consenso sobre la necesidad de trabajar en estos acuerdos, nada fáciles, es casi absoluto. Por esto, me defino como un optimista exigente.
Exigente, porque me niego a que las compañías, los ciudadanos o las administraciones caigamos en la complacencia de pensar que cualquier acuerdo, por pequeño que sea, es suficiente para avanzar en sostenibilidad y en alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La situación requiere acciones y decisiones inmediatas. No reducir las emisiones para limitar el cambio climático tiene consecuencias nefastas para la salud de todos y para la supervivencia de nuestro modo de vida. Por eso, me exijo a mi mismo y a mi entorno dar pasos firmes y decididos, y de forma urgente, para reducir emisiones hasta llegar al cero neto.
No hemos de perder de vista los hitos importantes que hemos conseguido
Y optimista, porque las personas y las empresas estamos convencidos de que sólo con medidas responsables podremos paliar las consecuencias negativas de la acción del hombre sobre el planeta. En Sanitas sabemos que solamente podemos cuidar de la salud de los ciudadanos si nos tomamos muy en serio la salud del planeta.
Por eso, desde 2009 hemos reducido un 70% nuestras emisiones de CO₂, y en noviembre anunciamos nuestro compromiso de ser una empresa libre de emisiones directas en 2030, e indirectas en 2040.
Nos sumamos así al proyecto Race to Zero de Naciones Unidas, cuyo objetivo es mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C. Es decir, los compromisos globales existen y los organismos supranacionales, las empresas y varios países los estamos liderando. Pero no basta, tenemos que sumar a más Gobiernos; todos han de comprometerse e impulsar este tipo de iniciativas que aúnan esfuerzos.
Nuestros objetivos están claros y atienden al consenso global alcanzado en 2015 en la Cumbre de París, cuando se definieron los ODS. Para esto, la acción individual de cada ciudadano es fundamental, pero las empresas, acostumbradas todas a trabajar de forma práctica en la consecución de objetivos concretos, hemos de liderar a la sociedad en ese camino.
Podemos y debemos aportar un potencial transformador que contribuye de forma radical alcanzar los ODS.
Los compromisos globales existen y los organismos supranacionales, las empresas y varios países los estamos liderando
Como cabe esperar, en Sanitas tenemos mucho que decir con relación al ODS 3 (salud y bienestar), al que contribuimos de manera muy activa, trabajando para ofrecer los mejores servicios y cuidados de salud y, además, impulsando la investigación y la transformación de la sanidad.
La digitalización es una pieza clave para acercar y humanizar la atención sanitaria, ofrecer una medicina personalizada, predictiva y participativa, así como un diagnóstico más preciso. Pero, además, permite mitigar el daño al medio ambiente, entre otros, gracias al uso de la video consulta.
En 2016, Sanitas puso a disposición de sus clientes este servicio que, cuatro años después, durante la pandemia, se reveló como imprescindible para continuar cuidando de la salud de las personas durante el colapso hospitalario por la covid-19.
Gracias a la videoconsulta, médicos y pacientes pudieron continuar en contacto, las videoconsultas se multiplicaron por 15 y hoy representan ya un tercio de las consultas realizadas por los médicos de Sanitas.
Esta herramienta tiene consecuencias positivas directas también sobre la salud del planeta, solo en los primeros nueve meses del año ha permitido evitar emitir un total de 6.035 toneladas de CO₂.
La digitalización es una pieza clave para acercar y humanizar la atención sanitaria
Trabajamos sin descanso para cuidar la salud de las personas, pero también del planeta, regenerando y aumentando las zonas verdes de nuestras ciudades y fomentando un estilo de vida activo. Por ejemplo, con programas como Healthy Cities, que contribuyen a los ODS 11 y 13, de ciudades sostenibles y de acción por el clima.
Avanzar como sociedad exige también trabajar la educación en el ODS 4 (educación inclusiva y de calidad). Desde hace más de una década, Fundación Sanitas contribuye a este empeño fomentando el deporte inclusivo en los colegios. Se ha convertido en un potente nexo de unión en todos los ámbitos de la sociedad, desde los niños –con los campeonatos de España en edad escolar– hasta la práctica deportiva de alto rendimiento.
Aquí hemos logrado el proyecto más transformador que hemos acometido hasta la fecha: la celebración de los primeros Juegos Inclusivos de la historia. En Madrid, deportistas olímpicos y paralímpicos de nuestro país han competido según reglamentos inclusivos, demostrando así que la práctica conjunta es posible y abriendo aún más el deporte a las personas con discapacidad.
En octubre de este año, esta cita marcó un hito en la historia del deporte mundial al reunir a más de 170 destacados deportistas en una competición conjunta que, sin duda alguna, ha demostrado que el deporte del futuro será inclusivo.
Trabajamos sin descanso para cuidar la salud de las personas, pero también del planeta, regenerando y aumentando las zonas verdes de nuestras ciudades y fomentando un estilo de vida activo
Todos estos proyectos no serían posibles si no trabajáramos siguiendo el criterio marcado por el ODS 17, de alianzas para la consecuencia de los objetivos. La cooperación es esencial para poder hacer frente a los desafíos a los que nos enfrentamos y, sobre todo, para ofrecer soluciones tangibles y efectivas que tengan un impacto positivo real.
Las empresas podemos asumir el liderazgo social ante el mayor reto que al que nos enfrentamos y que nos atañe a todos. En Sanitas nos dedicamos a cuidar de la salud de las personas, y sabemos que solo podremos conseguirlo si protegemos y cuidamos también de la salud del planeta.
Tras la COP26, es momento de reflexionar, analizar e intervenir en aquellas cuestiones en las que todavía tenemos mucho por hacer. Hay incertidumbre y se necesitan cambios radicales, pero habremos contribuido a crear un futuro más sostenible, diverso, inclusivo y justo.
***Iñaki Peralta es consejero delegado de Sanitas y CEO de la Market Unit de Bupa para Europa y América Latina.