La Fundación Banco Santander, a través de su programa ‘Santander Ayuda’, ofrecerá campamentos de verano y actividades de ocio y tiempo libre para niños y jóvenes en situación vulnerable mediante su colaboración con la Asociación Horuelo (Madrid), la Fundación Cuin (Cantabria) y la Fundación Acrescere (Madrid).
Mediante este programa, la Fundación busca aliviar el problema de las limitadas plazas públicas en los campamentos de verano. En muchas ocasiones, el final de curso supone un problema para las familias vulnerables en términos de conciliación y el precio de los campamentos privados es completamente inasumible para estas familias.
Según los datos de Eurostat, España es el tercer país con mayor pobreza infantil de la Unión Europea, tan solo por detrás de Grecia y Bulgaria. Y tal y como reflejan los datos de la última encuesta de Condiciones de Vida del INE, el 28,7% de los menores de 16 años se encuentran en riesgo de pobreza.
Dejando al margen la dificultad económica, también hay que tener en cuenta el impacto que puede tener en los menores el no poder acceder a las actividades de ocio, imprescindibles para su desarrollo. Según el informe del INE, el 83% de las familias no se puede permitir irse de vacaciones ni una semana al año.
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Tres proyectos, tres necesidades
El ‘Campamento Avivar’ de la Asociación Horuelo es un proyecto que se desarrolla desde hace más de 15 años en el distrito madrileño de San Blas-Canillejas. Ofrecen 100 plazas para que los menores puedan disponer de un espacio de ocio y tiempo libre que sus familias no se pueden permitir, favoreciendo así el desarrollo de sus habilidades sociales.
“Llega el final de curso y muchas familias tienen que seguir trabajando. Es difícil conciliar mientras nuestros hijos e hijas están de vacaciones. Muchas familias no tienen recursos suficientes para ofrecer a los menores planes de ocio y tiempo libre mientras los centros educativos se mantienen cerrados hasta septiembre”, explicó Ana de Julián, coordinadora de la Asociación Horuelo.
En esta ocasión, señaló De Julián, el campamento será en Castellón. Para la coordinadora, es esencial que los niños, niñas y adolescentes puedan vivir este tipo de experiencias, “como dormir al aire libre o ver y bañarte en el mar por primera vez”.
“Estas iniciativas promueven el desarrollo de habilidades para la vida en las personas menores y apoyan a las familias en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión, ofreciendo una alternativa al periodo vacacional”, afirmó.
En el caso de la Fundación Cuin de Cantabria, ofrecen actividades socioeducativas y lúdicas vinculadas al patrimonio, la historia y la cultura cántabra a través del programa ‘El legado de Corocotta’ para los niños y niñas de sus hogares y centros de acogida.
“Este programa se ha convertido en una excelente herramienta pedagógica para desarrollar en la época estival que nos permite continuar con nuestra labor socioeducativa a través de actividades de ocio y tiempo libre que favorecen el desarrollo personal y social de los chicos y chicas”, indicó Pedro Tresgallo, director de la Fundación.
Y añadió: “A través de este programa se busca aumentar el sentido de pertenencia, así como fomentar el conocimiento e interés por la geografía y patrimonio histórico, artístico y cultural de la región cántabra”.
Este programa comenzó en el año 2009 y se realiza de junio a septiembre, cubriendo toda la etapa estival no lectiva. “Gracias a Santander Ayuda podemos ofrecer estas actividades de verano a 100 jóvenes que viven en nuestros hogares de acogida Cuin, chicos y chicas que se ven obligados temporalmente a vivir fuera de sus casas debido a que se encuentran en situación de desamparo o en riesgo”, concluyó Tresgallo.
Finalmente, la Fundación Acrescere, también en Madrid, ofrece actividades complementarias —generalmente escasas— a los menores que viven en centros de acogida. Así, el programa de formación, Ocio y Tiempo Libre (FOTL) de la Fundación se ocupa desde hace diez años de que los niños y las niñas tuteladas puedan disfrutar de una oferta de ocio variada y saludable.
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“Mucha gente no imagina que los niños que residen en centros tutelados, más de 1.500 sólo en la Comunidad de Madrid, no disponen de oportunidades de ocio y actividades saludables”, expuso Olga Mollá, coordinadora del programa FOTL.
Y añadió: “En Fundación Acrescere creemos firmemente en la necesidad de disfrutar del tiempo libre y el juego para un desarrollo pleno. Dentro del mismo proyecto contamos con una Escuela de tiempo libre que forma a monitores con una perspectiva y empatía especial hacia el trabajo con menores en riesgo de exclusión”.
Para Mollá, este tipo de programas tiene además un increíble beneficio para la sociedad en general, ya que participar en los campamentos y actividades favorece la integración de los menores en la sociedad. “Cuando cumplen 18 años y salen del sistema de protección, su incorporación al mundo laboral resulta más fácil”, aseguró.