Bruna Molinari, de 81 años, sufre de asma. Con la llegada del calor, sus síntomas empeoran. Como ella, también lo sufren miles de personas mayores residentes en Suiza, y lo que temen es que la calidad de vida siga empeorando para ellas y sus descendientes como consecuencia de la falta de medidas frente al cambio climático.
El país nórdico está sufriendo también el impacto de las temperaturas. Sin ir más lejos, el último año entró en los registros suizos como el más caluroso. De hecho, si se comparan esas temperaturas con la media entre los años 60 y 90, el incremento es de hasta tres grados. Un calor que también se está notando en los Alpes, acostumbrados a estar bañados de nieve, este invierno estaba totalmente desaparecida.
Ante tal situación, el grito de desesperación de las jubiladas suizas ha llegado hasta Estrasburgo, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Después de seis años de batalla legal, y tras ser rechazadas dos veces en los tribunales nacionales, sus voces se han materializado en lo que se ha calificado como el primer caso climático de la corte europea. Aseguran que su gobierno ha violado las normas relativas a los derechos humanos.
“Nos tomaron por ancianas que no tenían una idea clara de los problemas, y ahora eso podría volverse en su contra", asegura Stefanie Brander, miembro de la organización Senior Women for Climate Protection, en declaraciones a Reuters. Por su parte, Molinari apunta que espera que el resultado al menos beneficie a las generaciones venideras: “Como abuela y madre, creo que tienen derecho a tener un clima mejor que el que tenemos”.
El caso ha revolucionado la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo. El gobierno suizo considera que es “inadmisible”, porque carece de fundamento, y ha cuestionado a los solicitantes como víctimas reales del cambio climático. Además, el caso podría salpicar a otros países europeos, como son Rumania, Letonia, Austria, Eslovaquia, Noruega, Italia, Portugal e Irlanda.
Lo que sí es cierto, y como ya contamos en un artículo de EL ESPAÑOL, los días de calor son especialmente dañinos para la salud. Como contó Cristina Linares, codirectora de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III, no solo están los golpes de calor, que suceden de manera inmediata y a corto plazo. También la mortalidad atribuible a las olas de calor.
Las personas más vulnerables son los niños, los mayores de 65 años, las embarazadas y aquellas personas con enfermedades de tipo respiratorio (pulmonar obstructiva, por ejemplo), de tipo circulatorio (enfermedad crónica cardíaca, hipertensión…) o de tipo renal (insuficiencia renal). También aquellas con enfermedades crónicas de tipo neurológico (párkinson, alzheimer, demencia…).
Por este motivo, las demandantes consideran entre sus argumentos que se han producido cuatro violaciones del Convenio Europeo de Derechos Humanos (artículos 2, 6, 8 y 13), entre los que se incluye el derecho a la vida.
Además, como recoge Reuters, dicen que la edad y el género de las mujeres las coloca en una de las categorías citadas por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU como de mayor riesgo de mortalidad relacionada con la temperatura. Sobre todo, cuando, según este mismo informe, las olas de calor son cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
El caso ha presentado también evidencia reciente sobre la mayor dificultad que tienen las mujeres mayores para regular su temperatura corporal. Entre los estudios citados, se incluye un documento de la Organización Mundial de la Salud de 2014 que dice que la mayoría de los informes europeos muestran que las mujeres corren un mayor riesgo de morir a causa de las olas de calor.
También, las demandantes argumentan que alrededor del 30% de las muertes relacionadas con el calor en Suiza pueden atribuirse al cambio climático en los últimos años, citando un estudio de 2021 publicado en Nature. Algo que cobra relevancia si se tiene en cuenta que Suiza tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero –que calientan la atmósfera– a la mitad para 2030 y lograr cero emisiones netas para 2050. Los abogados de los solicitantes dicen que los objetivos que se ha marcado el gobierno suizo son "lamentablemente inadecuados".
En este sentido, apuntan que la estrategia de Suiza de comprar reducciones de emisiones en el extranjero y contabilizarlas en los objetivos nacionales fue ya una estrategia que estuvo bajo el escrutinio de los medios durante la cumbre climática COP 27. Así, los abogados han pedido que se reconsidere la reducción de emisiones actual dentro de un plazo fijo, lo que podría sentar precedente a nivel europeo.
Otro litigio climático en ciernes
El enorme impacto del calentamiento global se está percibiendo ya a nivel personal, ya sea en la calidad de vida como a nivel económico. Un impacto que, cada vez más, se irá viendo traducido en litigios y manifestaciones como resultado de la inacción que presentan muchos gobiernos.
El segundo de los casos que hoy ha llegado al Tribunal de Estrasburgo es el de Damien Carême, ecologista y alcalde durante 18 años de Grande Synthe, una ciudad costera bañada por las aguas del Canal de la Mancha. Como recoge Efe, Carême reclamó en noviembre de 2018 al presidente francés, Emmanuel Macron, y a su Gobierno que tomara todas las medidas necesarias para reducir las emisiones causantes de efecto invernadero.
Meses después, en enero de 2019, llevó sus exigencias al Consejo de Estado, que por su parte instó al Gobierno a que tomara medidas para conseguir una reducción del 40% de esas emisiones en el horizonte de 2030, y que lo hiciera antes del 31 de marzo de 2022. Para Carême, el hecho de que no se hayan tomado medidas necesarias constituye una violación de los artículos del CEDH que protegen su derecho a la vida y a una vida privada y familiar normal.
Como publica Efe, a los jueces europeos, que no tienen un plazo determinado para pronunciarse, se les plantea en primer lugar la cuestión de si estas dos demandas las presentan personas que pueden considerarse potencialmente concernidas de forma directa por una eventual violación de sus derechos.
Y sobre el fondo, si amparándose en el CEDH se puede reclamar una acción precisa. Es decir, si las autoridades están obligadas a poner en marcha una política concreta para cumplir con los objetivos internacionales asumidos en lo referido a las emisiones de gases de efecto invernadero.