La 27ª Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático no defrauda. Como ya ocurriera en años anteriores, la cita no ha llegado a su fin en el día acordado. Un año más, la cumbre del clima se retrasa, no hay acuerdo y las negociaciones siguen más allá de la fecha límite.
La falta de voluntad política, especialmente en lo relacionado con la financiación de los impactos climáticos en los países menos desarrollados, ha levantado ampollas. Por eso, como ya ocurriera el año pasado en Glasgow, se espera un acuerdo descafeinado que, probablemente, no llegue antes de la noche del sábado o la mañana del domingo.
La eliminación gradual de las subvenciones a los combustibles fósiles, la financiación de los daños y pérdidas, así como la de la mitigación y la adaptación climática, son los grandes escollos que los líderes mundiales tendrían que salvar. Sin embargo, todo predice que se cumplirá eso que dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmemarns, el pasado jueves en la cumbre: "Si esta COP falla, todos perdemos".
Lo que diferencia la cumbre que se está aún celebrando en Sharm el-Sheij (Egipto) de otros encuentros anteriores es, sin embargo, la escasa capacidad de negociación que está teniendo la presidencia de la COP. La ausencia de Rusia, en particular, y de los máximos representantes de India y China pone en jaque que el acuerdo final llegue a buen puerto.
A pesar de ello, no todos los esfuerzos negociadores de la última quincena han sido en balde. Esta COP ha visto cómo se reafirmaban, en forma de acuerdo, algunos compromisos adquiridos en otros encuentros.
Avances escuetos en mitigación
Por ejemplo, más de 200 países, regiones y fabricantes, entre otros actores, se han unido en la coalición Accelerating to Zero (A2Z) que amplía la declaración sobre vehículos de cero emisiones firmada en la COP26. España y Francia han decidido sumarse a esta alianza en esta ocasión.
Con ella, se pretende avanzar en los planes de mitigación y de reducción de emisiones. Su objetivo es eliminar la venta de automóviles y furgonetas de combustión a partir de 2035 en los grandes mercados.
Por desgracia, otros grandes productores a nivel mundial aún no se ha sumado a esta iniciativa. Es el caso de países como China, Estados Unidos, Japón, India, Corea del Sur, Alemania, México, Brasil o Tailandia.
La A2Z busca acelerar la descarbonización y reducir las emisiones gases de efecto invernadero (GEI). Aunque, tal y como recoge la Agencia EFE, las organizaciones ecologistas aseguran que para llegar al objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados respecto a la temperatura preindustrial se necesitaría incrementar mucho esos esfuerzos.
Las pérdidas y daños, a debate
Las pérdidas y daños han sido los grandes protagonistas y, a la vez, los mayores olvidados de esta COP. Los países en desarrollo y los más vulnerables a las consecuencias del cambio climático reclaman un fondo que les ayude a hacer frente a esas pérdidas y daños. Los países desarrollados se muestran reticentes.
Y ahí ha encallado la cumbre. Aunque parece que se empieza a avanzar tímidamente en esa negociación: Timmermans anunció el viernes 18 una "oferta final" para fijar un fondo específico para la financiación de este apartado, pero que conlleva dos condicionamientos: que esté dirigido a los países "más vulnerables" y que reúna a un amplio número de donantes.
[‘Pérdidas’ y ‘daños’, las palabras malditas de la COP27: por qué Occidente se niega a financiarlo]
Según recoge EFE, Timmermans insistió a la prensa que los beneficiarios de ese fondo deberán basarse en la situación económica en 2022 y no en la de 1992, en clara alusión a China. Además, la propuesta europea señaló que este fondo debe ir acompañado por un "mosaico" formado por instituciones nuevas como ya existentes, como los bancos de desarrollo o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con esta propuesta se pretende incluir a los pequeños Estados insulares en desarrollo y a los países menos desarrollados. Los representantes de estos países han venido repitiendo, una y otra vez a lo largo de esta COP, que se trata de una "deuda climática histórica" de los países desarrollados.
Los combustibles fósiles, en el punto de mira
Una vez más, la reducción de los combustibles fósiles se quedó fuera del borrador presentado por la presidencia egipcia de la COP27. Este no recoge la petición de India y de los grupos ecologistas para lograr una reducción de la producción de estos combustibles.
Según EFE, la oenegé Oceana denuncia que sólo sobre explotaciones en el mar de combustibles de crudo y gas existen 355 grandes proyectos que se prevén llevar a cabo en 48 países de aquí a 2025. Pero no son los únicos proyectos. EFE insiste en que las multinacionales petroleras, que han incrementado su presencia en esta COP a través de lobbies, han cerrado proyectos en países africanos y latinoamericanos.
Además, el presidente electo de Brasil, Lula Inácio da Silva –en el que muchos han puesto su esperanza para "salvar" la Amazonía–, anunció esta semana que potenciará la industria petrolera en su país y a la empresa estatal Petrobras. Por el contrario, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, reafirmó su apuesta por las renovables, a pesar de la potencia que las petroleras tienen en su país.
Con estas perspectivas, ¿qué nos deparará el acuerdo final de esta COP27? Esperemos que los negociadores, en esta recta final, hagan caso al secretario general de la ONU, António Guterres, y dejen de echarse culpas para firmar un acuerdo "ambicioso y creíble".
Por desgracia, la cumbre no las tiene todas consigo. Y es que los más veteranos de estas citas han manifestado varias veces a lo largo de los últimos 15 días que nos encontramos "ante la COP peor organizada" y más "desastrosa" de los últimos 30 años.