Con cada récord de temperatura que se registra en España, la pregunta es qué culpa guarda el cambio climático. Sobre todo en años como el 2022, con lluvias escasas y con unas temperaturas inusualmente altas que se han alargado desde la primavera hasta este mismo otoño. Ahora, un grupo de expertos de Climate Central, centrados en el estudio de la crisis climática, ha calculado hasta qué punto nos afecta.
En su Índice de Cambio Climático aplica una escala para indicar si las temperaturas máximas y mínimas diarias como resultado del cambio climático se han vuelto más probables o frecuentes. Los resultados, publicados en la revista científica Advances in Statistical Climatology, Meteorology and Oceanography, apuntan que en el top 10 de Europa se encuentran cuatro importantes ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza.
De acuerdo con los investigadores del informe 365 días en un planeta que se calienta, estas urbes estuvieron expuestas a temperaturas más extremas a lo largo de este año por influencia del cambio climático. Al menos, en el período analizado que va desde el 1 de octubre de 2021 al 30 de septiembre de 2022.
Las conclusiones de estos datos revelan que el calentamiento global producido por la actividad humana tiene serias implicaciones en nuestras vidas, porque ya está aumentando las temperaturas diarias. Madrid, por ejemplo, fue la tercera ciudad europea más golpeada por los cambios de temperatura, solo por detrás de La Valeta (en Malta) y Longyearbyen (en Noruega).
La capital española, de hecho, registró un mayor número de días afectados por el cambio climático. En total, 66 días. Algo menos registran otras ciudades de nuestro país incluidas en el top 10 europeo de Climate Central, como son Valencia, con 59 días; Zaragoza, con 58, y Barcelona, con 53.
Además de esto, el informe también cuantifica el nivel de exposición de la población a estas temperaturas extremas o inusuales marcadas por el cambio climático. Entre sus resultados señala que Madrid fue la ciudad europea en la que sufrieron más los efectos de estos eventos anómalos. Por su parte, Barcelona, Valencia y Zaragoza ocuparon la cuarta, séptima y octava posición, respectivamente.
Como recoge el informe, Madrid fue la única ciudad europea situada entre las 121 ciudades del mundo con mayor nivel de exposición de su población a los cambios en las temperaturas máximas y mínimas diarias durante el período analizado.
A nivel global, se calcula que el cambio climático ha afectado a unas 7.600 millones de personas, es decir, el 96% de la población mundial. Los que peor parte se llevaron fueron los más cercanos al Ecuador y los habitantes de islas pequeñas. Sobre todo México, Brasil, África Occidental y Oriental, la península arábiga y el archipiélago malayo.
Aunque si se tiene en cuenta el tamaño de la población urbana, el total de exposición humana a las temperaturas diarias alteradas por el cambio climático fue mayor en Lagos (Nigeria), Ciudad de México (México) y Singapur.
Andrew Pershing, director de ciencia climática en Climate Central, asegura que ser capaz de detectar de manera confiable las huellas dactilares del cambio climático en el clima cotidiano, en cualquier parte del mundo, representa un avance vital en la ciencia de atribución climática”.
Pershing apunta que el Índice de Cambio Climático es toda una herramienta que puede ayudar a los ciudadanos a comprender y hablar sobre cómo el clima cambiante está dando forma al clima local a medida que va creciendo.
Para Joan Pino, director del Centro de Investigación en Ecología y Aplicaciones Forestales (CREAF), hay varias cosas que podemos hacer para adaptar las ciudades y proteger la salud y el bienestar de la ciudadanía.
"Una de las medidas pasa por incrementar el verde urbano, es decir, plantar más árboles y vegetación en general", asegura Pino. Y es que "esta medida podría disminuir las temperaturas entre 5 y 10 grados dependiendo de la situación y el tipo de vegetación que se elija".
No obstante, puntualiza que es importante planificar con cuidado qué especies plantamos, teniendo en cuenta la sombra que proporcionan y la cantidad de agua que necesitan. "Por ejemplo, muchos árboles de hoja caduca de origen subtropical serían una buena opción porque aportan mucha sombra y no consumen tanta agua como otras especies centroeuropeas", comenta Pino.
El país europeo con más muertes por calor
Los expertos de Climate Central aseguran en el informe que fue durante el verano del hemisferio norte cuando la población se vio más afectada por el cambio climático. La falta de lluvias acumulada, la sequía, las sucesivas olas de calor y los récords de temperaturas estuvieron muy influenciados por el calentamiento global. Durante la mayoría de los días de julio y agosto, al menos 1.000 millones de personas experimentaron importantes alteraciones.
Los días pico registrados en el Índice de Cambio Climático no coincidieron necesariamente con grandes olas de calor. Por ejemplo, aunque España, Francia y el Reino Unido registraron niveles altos durante la ola de calor del 18 y 19 de julio de 2022, el análisis para toda Europa indica que el cambio climático tuvo una influencia más generalizada en las temperaturas de febrero.
Como publicamos por aquel entonces en EL ESPAÑOL, las temperaturas inusuales más propias de la primavera se colaron en un mes típico de invierno. Los embalses se mantenían bajos para la fecha –en torno a un 44%– y la AEMET calificaba febrero como uno de los cinco más secos de lo que llevamos de siglo, con una precipitación acumulada de 100 litros/m2 menos de lo normal.
No obstante, las olas de calor fueron especialmente percibidas por la población. Tanto que, tan solo en este verano, y según los datos recopilados por el Instituto de Salud Carlos III, nuestro país registró en torno a 4.800 decesos como consecuencia de los episodios extremos de calor.
De hecho, de acuerdo con el último informe publicado por The Lancet, España es el país que registra más muertes atribuibles al calor en el conjunto de Europa. Si en el continente el incremento de estos decesos ha sido de unas 15 muertes anuales por millón de habitantes y décadas, en España es el doble, con 30,6 fallecimientos. Unas cifras que aún podrían duplicarse en los próximos 34 años.
A falta de dos semanas para que comience la cumbre del clima en Egipto, estos datos servirán para trasladar a los mandatarios internacionales la urgencia por la toma de decisiones inmediatas y drásticas. De lo contrario, se irán cumpliendo las peores perspectivas de las que los expertos llevan alertando durante las últimas décadas.