Con un "necesitamos más que nunca construir caminos de diálogo, recuperar la empatía y restablecer la cohesión social", Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real, daba el pistoletazo de salida a las primeras jornadas sobre cultura sostenible que se celebraron esta mañana en uno de los salones de baile del emblemático edificio de Madrid. La cultura, aseguró, puede ser la herramienta que construya ese mundo más justo y respetuoso con el medio ambiente.
Pero esa herramienta deja de ser eficaz si no cuenta y encuentra la financiación necesaria. Y precisamente sobre eso –la búsqueda y las oportunidades de inversión– versó la última mesa de la jornada. La directora Fundación Biodiversidad, Elena Pita, fue la encargada de guiar a los asistentes, tanto en vivo como por streaming, por los recovecos de las finanzas de una industria que supone en nuestro país el 2,4% del PIB.
"Tras la jornada de hoy queda más claro que nunca que la industria cultural, como el resto de los sectores, tiene que integrar la sostenibilidad", aseguró Pita antes de dar paso a María Canal Fontcuberta, consejera económica de la Representación de la Comisión Europea en España.
Canal, como la voz de Europa en las jornadas, aprovechó la ocasión para recordar que la CE, desde que tomara posesión Ursula von der Leyen y su equipo en diciembre de 2019, ha buscado la sostenibilidad de todos los aspectos de nuestras economías. Por aquel entonces, explicó, "era necesario reimaginar nuestros modelos de vida y la UE quiso desde el primer momento ser pionera en estos esfuerzos".
Como muestra de ello, aseguró Canal, está el Pacto Verde Europeo. Pero no sólo eso: la representante de la CE quiso hacer hincapié en que un "40% de los recursos de los planes presentados a los fondos Next Generation de la UE van directamente a impulsar la transición ecológica en todos los sectores". Y es que, recordó, "la financiación pública de la UE puede complementar la que viene de los Estados y también del ámbito privado".
Culturas sostenibles
Y uno de los sectores que no debe –ni puede– quedar atrás es el de la cultura, o como se dijo durante la jornada de esta mañana, las culturas, pues cada expresión cultural tiene su propio sello de identidad.
Y es que "el arte es lo que nos hace humanos, y la cultura puede ser la luz que alumbra el camino de cambio urgente que necesitamos como sociedades". Con estas palabras, la directora de Fundación Daniel y Nina Carasso, Isabelle Le Galo, recordó a los asistentes que el "sentido de emergencia que tiene la sostenibilidad", tanto "climática como de transición justa", matizó.
Por ello, instó tanto a la filantropía como al resto de inversores público-privados a "ponerse las pilas y hacer algo", pues, insistió, "estamos en un momento terrible, y el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) nos está lanzando las señales de alarmaa con sus últimos informes".
Le Galo hizo referencia también a que "el mapa del dolor humano se superpone al del cambio climático" para hablar de la urgencia que supone "imaginar un futuro compartido por todos". Algo que, sentenció, es algo que la cultura nos puede ayudar a dibujar. De ahí, la importancia que tiene para ella el apoyar a los proyectos artísticos con trasfondo sostenible.
Una "revolución estructural"
Pero la sostenibilidad, reivindicó Marisa Aguilar Villa, directora de Allianz Global Investors, "no va de hacer tic en una lista" para que se concedan unas ayudas o se financie un proyecto en vez de otro. "La sostenibilidad es una revolución estructural que realmente sacude la forma de hacer de cualquier sector económico", aseguró.
Desde el punto de vista de la financiación, explicó Aguilar, "nosotros, como inversores, ya buscamos proyectos sostenibles, por principios y por legislación". Pero, recordó, esa debería ser la tendencia: "Si los proyectos no incluyen la sostenibilidad de manera estructural, no deberían encontrar financiación, y hacia ahí van las tendencias de inversión".
Por eso, para Paula Toledano, directora de Filantropía Beka Finance, es más necesario que nunca "apostar por proyectos que tengan en cuenta el impacto positivo en el entorno" y, sobre todo, que nos acerquen "a la democratización de la cultura".
Y es que, asegura Toledano, a través de las "alianzas público-privadas se puede hacer". Porque, a fin de cuentas, dice, "todo es empezar". Eso sí, siempre teniendo en cuenta que "cada uno, desde donde estamos, tenemos que pensar que los planes de ayuda siempre sean a largo plazo, nunca a corto". Para ella, las alianzas multiactor y multinivel son el futuro. Aunque, recordaron las expertas, la sostenibilidad en la cultura acarrea costes que, sí o sí, se deberán asumir.
Porque, como concluyó Pita, "la transición ecológica acarrea costes y puede haber obstáculos, pero mucho más caro es no actuar". Y remató: "Eso sí que conlleva un coste que no nos podemos permitir".
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