Más allá de los animales invasores en España, como el pez gigante e que amenaza los ecosistemas de los ríos españoles, también es fácil encontrarse con cada vez más plantas invasoras en nuestro país. Esas grandes olvidadas que también pueden llegar a provocar un grave impacto en el ecosistema y la biodiversidad, incluso más que muchas especies animales.
Pero entre todas ellas, hay una planta de origen tropical que en los últimos años se ha dado cada vez más a conocer en nuestro país. Se trata de una de las plantas carnívoras más llamativas por su aspecto, pero también de una de las más curiosas y que más interés ha suscitado en los últimos años. De hecho, una de sus variedades es capacidad de 'cazar' pequeños organismos bajo tierra y también es capaz de adaptarse a climas mediterráneos como el de las Islas Canarias. Te contamos de cuál se trata.
La planta carnívora e invasora que 'caza' bajo tierra
Las plantas carnívoras, como el Nepenthes o planta de Jarra de la que vamos a hablarte, están ganando cada vez más popularidad en diversas áreas. Esta especie en particular posee una forma extremadamente distintiva.
[Así se vive en la ciudad de España con la tasa de reciclaje más alta]
Este tipo de plantas son ejemplares de plantas carnívoras mayormente halladas en las regiones del sudeste asiático. Pero lo que más llama la atención de esta especie, es que ha sido capaz de adaptarse a la captura y digestión de insectos e incluso, en algunas ocasiones, pequeños vertebrados.
Las hojas de las Nepenthes han experimentado modificaciones que les confieren una estructura única en forma de jarra, a la que se hace referencia como "jarras" o "ascidios".
Estas estructuras son utilizadas por la planta para atrapar a sus presas. En los bordes de las jarras (conocidos como peristoma) y, a veces, en la tapa, se secreta un néctar dulce que atrae a los insectos. Una vez que estos se sienten atraídos, a menudo resbalan por las superficies resbaladizas y caen en el líquido contenido en el interior de la jarra.
Pero lo que hace esta planta se distinga de sus parientes carnívoras es precisamente su ubicación poco común. Y es que, mientras que las plantas jarra típicas suelen tener sus jarras en la superficie del suelo o en los árboles, en el caso de la Nepenthes pudica, estas estructuras se encuentran bajo tierra. Como resultado, esta planta tiene la capacidad de capturar presas que se mueven bajo la superficie del suelo, lo cual representa una estrategia de caza verdaderamente única entre las plantas jarra carnívoras.
Para atrapar organismos diminutos, la Nepenthes pudica desarrolla brotes subterráneos especializados que están equipados con hojas más pequeñas de lo habitual y completamente desprovistas de clorofila, lo que les confiere un color blanco. Estas hojas blancas son las que actúan como soporte para las jarras de tamaño normal, que poseen un tono rojizo y son las estructuras encargadas de atrapar a sus presas, como han descubierto recientemente en la Universidad Palacký de Olomouc (República Checa) y publicado en la revista PhytoKeys.
En qué climas nace la Nepenthes pudica
Esta variedad de planta carnívora se encuentra principalmente en climas tropicales y subtropicales. Estas plantas suelen crecer en regiones con temperaturas cálidas durante todo el año y alta humedad. A menudo, se encuentran en áreas de selva tropical, donde reciben una cantidad constante de luz y humedad.
En España, no se encuentra un clima tropical o subtropical, ya que nuestro país se encuentra en Europa, que generalmente tiene un clima templado. Sin embargo, en algunas regiones costeras de España, como las Islas Canarias, el clima tiende a ser más suave y subtropical debido a su ubicación geográfica.
Aún así, es importante tener en cuenta que las condiciones climáticas y la vegetación no son idénticas a las regiones nativas de estas plantas, por lo que cultivar Nepenthes en España requeriría un entorno controlado, como un invernadero o un ambiente interior apropiado.
Es precisamente esa introducción y propagación de especies exóticas, incluidas las plantas carnívoras, en regiones donde no son nativas donde podría tener un impacto ecológico negativo. Y es que, este tipo de plantas pueden llegar a competir con las especies autóctonas alterando los ecosistemas locales.