Nada agrega más belleza y sensación de confort a nuestros hogares y oficinas que el intenso colorido de las flores o el verde follaje de las plantas de interior. Y es que las plantas de interior pueden encajar en casi todos los espacios de nuestra casa. Además, ofrecen toda una serie de beneficios para la salud como la mejora del estado de ánimo, la reducción de la fatiga o la reducción del estrés y la ansiedad. 

Sin embargo, cuando pensamos en plantas, casi nunca se nos ocurriría pensar en tener plantas carnívoras, esas que quizás muchos reservarían para los antros más oscuros de las películas de terror. Lejos de eso, cada vez más personas deciden tenerlas en casa. Dan un toque diferente, se salen de lo normativo. Son como aquellas personas que deciden tener como mascota una iguana en vez de un perro o un gato. 

Lo primero que debemos tener en cuenta de estas plantas es que no son peligrosas. Y no, no te pasará como en Jumanji, cuando una enorme planta trató de devorarse a Peter, el pequeño de la familia. Al contrario, las plantas carnívoras no están interesadas en los humanos, pero sí pueden ser un plan efectivo para acabar naturalmente con las moscas u otros insectos

Fotograma de la película Jumanji. TriStar Pictures

Gracias a su néctar con olor dulce y colores brillantes, estas plantas consiguen atraer a sus presas, las capturan y las matan. Como si de un león se tratase. Una vez atrapados, los insectos son digeridos por la planta para obtener los nutrientes esenciales que necesitan. 

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El cuidado

Si después de todo esto, te has decidido a comprar una, tienes que saber que estas plantas no necesitan un mayor cuidado que las plantas convencionales. Las variedades carnívoras suelen necesitar mucha luz, aunque de forma indirecta, ya que la exposición directa al sol podría quemar sus hojas. 

En cuanto al riego, normalmente proceden de lugares pantanosos —pantanos y ciénagas— y suelen ser extremadamente húmedos, por lo que les gusta el agua. Un truco consiste en mantener la maceta en un plato lleno de agua y evitar así que las raíces se puedan secar. También se puede mantener la planta en una maceta de plástico en vez de barro, ya que suelen retener mucho mejor el agua.

En cuanto a la tierra, las plantas carnívoras no necesitan ningún tipo de tratamiento especial, aunque existen sustratos específicos para este tipo de plantas. De hecho, los fertilizantes deben evitarse a toda cosa, ya que podrían llegar a quemar las raíces. Tu planta obtendrá todos los nutrientes necesarios de las presas que irá capturando y digiriendo. 

Cuáles podemos tener en casa

Venus atrapamoscas 

Venus atrapamoscas. iStock

Esta es la planta carnívora de interior por excelencia y la más famosa. Con origen en Carolina del Norte (Estados Unidos), sus hojas articuladas con forma de monedero abierto se cierran como abrazaderas una vez tienen a su presa en el interior, a las que atraen con su dulce néctar. Es una de las plantas más fáciles de cuidar y se pueden adquirir en muchos viveros de nuestro país. 

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Nepenthes 

Nepenthes. iStock

También conocida como la carnívora seductora, esta planta tiene una morfología muy singular. Sus trampas con forma de bolsa, que sirven para atrapar a las presas, son su principal seña de identidad. No obstante, a diferencia de las venus atrapamoscas, su cuidado es mucho más complicado y no es recomendable para aquellas personas que se acaban de iniciar en el cuidado de plantas. Las nepenthes necesitan de un alto grado de humedad —entre el 70 y 80%—, algo que solo podemos conseguir con un humidificador. 

Sarracenia 

Sarracenias. iStock

También llamada planta de jarra, tienen unas hojas tubulares que pueden ser de una amplia gama de colores, que van desde los tonos amarillos a los rosados y morados. Cualquier insecto que tenga la mala suerte de caer dentro de estas largas hojas que van desde los 30 centímetros a un metro, se convertirá en la próxima comida de la planta.

A diferencia de las otras dos, a la planta de jarra sí que le gusta el sol directo y, por ello, puede ser considerada como planta de exterior. En el caso de tenerla en el interior, la mejor opción es la Sarracenia purpurea, o planta de jarra morada, que debe estar en un lugar donde haya mucha luz.