No todos los campos de golf son iguales. Ni todos incorporan valores de sostenibilidad de la misma manera. Es el caso del Real Campo de Golf de La Herrería, ubicado en un bosque a 400 metros del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y a 45 kilómetros de Madrid, en la sierra.
Aunque sus orígenes datan de los años 60 del siglo pasado y pueden presumir de haber recibido a personajes ilustres de todo el mundo por su cercanía a los círculos políticos y empresariales de la capital del país. Hoy tiene claro que sus clientes buscan un nuevo concepto: jugar al golf, pero protegiendo el entorno natural y social.
Tanto es así, que sus medidas medioambientales, que van desde la instalación de paneles fotovoltaicos de autoconsumo, el regadío de sus campos con agua reciclada o un plan de protección a la avifauna existente, les han hecho al club merecedor del Premio Madera Verde.
De entrada, la construcción del campo se ha llevado a cabo respetando la orografía original para mantener el equilibrio medioambiental, como reza su Dosier de Calidad Medioambiental. Y para continuar, se ha hecho un gran esfuerzo para hacer un inventario forestal, además de un mantenimiento y regeneración de zonas concretas del bosque.
"Los jugadores de golf que llegan a nuestras instalaciones valoran la sensación de estar en medio de la naturaleza, a veces pueden ver gamos entre la foresta", señala a EL ESPAÑOL-Enclave ODS Enrique Gil Octavio de Toledo, director gerente del club.
Estas actuaciones se enmarcan en un ambicioso programa medioambiental que se desarrolla en colaboración con Patrimonio Nacional y expertos procedentes del ámbito académico universitario.
"El cambio que ha experimentado el club al ser un lugar que busca la sostenibilidad como seña de identidad no solo ha sido positivo para el medio ambiente, también ha supuesto un ahorro de costes energéticos y de amortización de las inversiones antes de lo pensado", explica por su parte Ana Cimiano, directora de Calidad y Medio Ambiente en Real Club de Golf La Herreria.
Aguas residuales
Quizá la crítica más popular que mancha la imagen de los campos de golf en España es el exceso consumo de agua que necesitan para mantener verde la hierba. Pero para salvar ese escollo, en el Real Campo de Golf de La Herrería se ha construido una Estación Depuradora de Aguas Residuales, "con la que se satisface la exigencia administrativa de la Comunidad de Madrid de regalo con aguas recicladas".
"Estamos pensando en incorporar modelos de sistemas de riego no solo controlados digitalmente, sino que en el futuro puedan adaptarse a la inteligencia artificial. En cualquier caso, somos muy estrictos con el ahorro de agua".
Tanto es así que en la época más seca del año "el campo está amarillo, y aunque al principio chocaba este concepto en los clientes, ahora lo aceptan como algo normal. Incluso es mejor para jugar", bromea.
Pero no es solo eso. Junto a la separación y reciclado de todo tipo de residuos, el ahorro de energía —gracias al autoconsumo solar—y el control de las emisiones de CO₂ —con la sustitución por buggies eléctricos—, entre otras medidas, les ha valido para conseguir la certificación ISO 14001, una validación de calidad que solo poseen una docena de clubs de golf en nuestro país.
Por último, la responsable de Calidad y Medio Ambiente ha querido destacar el esfuerzo que se ha hecho para no utilizar productos químicos, fitosanitarios o pesticidas que no fueran ecológicos o naturales. "Es verdad que inicialmente son mucho más caros, pero a la larga sale rentable".
Al pie de la Sierra de Guadarrama
El club sigue unos estrictos protocolos de actuación para la conservación de la flora y fauna del impresionante bosque de robles, fresnos y encinas al pie de la Sierra de Guadarrama.
Y ahora promueve la formación y la difusión de su experiencia tras casi 20 años de apuesta por el medio ambiente. Este año inaugura el I Curso de Verano Complutense de San Lorenzo de El Escorial, 'Golf y Sostenibilidad’, para situar este deporte en un sector clave del turismo y la economía país, como catalizador para la conservación de hábitats y espacios naturales.
Este sector debe abordar la transición hacia modelos de gestión más sostenibles, alineados con las demandas crecientes en materia de regulación y gobernanza. Empresas como Altadis, NTT Data e Iberdrola proponen las alternativas que ya son una realidad en el mercado.
"Los campos de golf gestionan, mantienen y protegen mucha biodiversidad. Con las herramientas tecnológicas adecuadas se podrá no solo mejorar la gestión de la biodiversidad, sino contabilizarla financieramente y darle visibilidad de cara a nuestra sociedad", decía Alonso Domínguez, socio director del negocio de sostenibilidad y transición verde en Europa & Latam de NTT Data.
Por su parte, Beatriz Crisóstomo, directora global de Innovación de Iberdrola, ha destacado que "las energías renovables son la palanca clave para la descarbonización. En este sentido, la transición energética debe realizarse de una manera que sea compatible con la necesidad de preservar la biodiversidad y el capital natural".
"Es necesario cambiar la percepción de que el campo de golf es un mal ejemplo de gestión de la naturaleza, porque somos justo lo contrario, somos una garantía de conservación", concluye el director general del club de golf La Herrería, Enrique Gil Octavio de Toledo.