El cambio climático podría convertirse en el principal factor de pérdida de biodiversidad a mediados de este siglo. Así los constata un estudio, publicado este 25 de abril en la revista Science, y liderado por investigadores del Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) y la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg (MLU). La investigación, que toma varios modelos como referencia, no se limita a predecir la pérdida, sino que también echa la vista hacia atrás: la biodiversidad mundial ha disminuido entre un 2% y un 11% durante el siglo XX debido únicamente al cambio de uso del suelo.
La Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés), el cambio en el uso del suelo se considera el mayor impulsor del cambio en la biodiversidad. Tal como informan en el último informe de evaluación del estado del planeta, a este factor le seguiría, por su importancia, la explotación directa de los organismos, el cambio climático, la contaminación y la invasión de especies invasoras.
"Estos cinco impulsores directos son el resultado de una serie de causas subyacentes —los impulsores indirectos del cambio—, respaldadas a su vez por valores y comportamientos sociales entre los que se incluyen los hábitos de producción y consumo, las dinámicas y tendencias de la población humana, el comercio, las innovaciones tecnológicas y los sistemas de gobernanza, desde los locales hasta los mundiales", reza el informe del IPBES.
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Para evaluar el impacto del cambio de uso en el suelo y los efectos de la crisis climática, los autores del documento de Science analizaron cuatro parámetros distintos de la biodiversidad —riqueza global de especies, riqueza local de especies, extensión media del hábitat de las especies, biodiversidad intacta— y diseñaron a partir de ellos siete modelos.
"Al incluir todas las regiones del mundo en nuestro modelo, hemos podido llenar muchos puntos ciegos y responder a las críticas de otros enfoques que trabajan con datos fragmentados y potencialmente sesgados", afirma uno de los autores, el profesor Henrique Pereira, jefe del grupo de investigación de iDiv y MLU.
La causa más importante
Los científicos descubrieron que, en todos los escenarios, los efectos combinados del cambio de uso del suelo y del cambio climático provocan una pérdida de biodiversidad en todas las regiones del mundo. Esto coincide con lo que señalaba la bióloga argentina, Sandra Myrna Díaz, que ha formado parte del mayor organismo sobre biodiversidad del mundo, a través de un comunicado lanzado poco después del último informe de evaluación: "En los últimos 50 años, la causa más importante del declive de la biodiversidad ha sido, con diferencia, el cambio de uso del suelo".
Se calcula que en los últimos 10.000 años la humanidad ha talado alrededor de un tercio de todos los bosques para dedicarlos a la agricultura o al aprovechamiento de servicios ecosistémicos. Esto ha hecho mella en ecosistemas con una biodiversidad abundante, como el caso de las selvas tropicales.
El equipo de investigadores reza en el estudio que en el último siglo se ha producido un aumento masivo de los servicios ecosistémicos de aprovisionamiento, como la producción de alimentos y madera, mientras que otros tipos de servicios de regulación, como la polinización, la retención de nitrógeno o el secuestro de carbono, disminuyeron moderadamente.
Los cambios en el uso de los suelos, según los científicos del estudio, serían responsables de una disminución entre un 2% y un 11% de la biodiversidad mundial. Myrna ya advirtió en su declaración [realizada antes de la publicación del estudio en cuestión] que "si estas tendencias se mantienen en las próximas décadas, es probable que la salud del suelo se deteriore aún más debido a la erosión por los cultivos anuales intensivos, [con] la contaminación por biocidas y la salinización".
¿Qué se puede hacer?
Los autores destacan que incluso el escenario más sostenible evaluado no despliega todas las políticas que podrían ponerse en marcha para proteger la biodiversidad en las próximas décadas. Y ponen como ejemplo el despliegue de la bioenergía. Esta innovación podría contribuir a mitigar el cambio climático, pero al mismo tiempo amenazaría con reducir los hábitats.
En los escenarios que evaluaron no incluyeron incrementos en la eficacia y la cobertura de las zonas protegidas o la reforestación a gran escala. "No cabe duda de que existen incertidumbres de modelización", comenta Pereira. "Aun así, nuestras conclusiones muestran claramente que las políticas actuales son insuficientes para alcanzar los objetivos internacionales en materia de biodiversidad. Necesitamos esfuerzos renovados para avanzar contra uno de los mayores problemas del mundo, que es el cambio de biodiversidad causado por el hombre".