Gaza se queda sin agua y Cisjordania vive un "apartheid hídrico": "No nos dejan ni recoger la lluvia"
Los Territorios Palestinos Ocupados viven una crisis hídrica sin precedentes, que hace mella en una población ya abatida por la violencia israelí.
29 marzo, 2024 01:05Los palestinos tienen prohibido incluso recoger el agua de la lluvia, indica la activista Nadua Abou-Ghazalah a EL ESPAÑOL. El artículo 158 de la orden militar que impera en todo el Territorio Palestino Ocupado (TPO) prohíbe hacer pozos o construir cualquier sistema de almacenamiento como tanques o cisternas. Esa limitación a algo tan básico como el agua, aunque Naciones Unidas lo considere un derecho universal, es para Abou-Ghazalah una muestra "del intento de genocidio del Estado sionista contra el pueblo palestino".
Un reciente informe de la ONU alerta de una hambruna y deshidratación extrema en Gaza como consecuencia del asedio al que el ejército israelí lleva sometiendo a la Franja desde octubre. Por ello, el lunes 25 de marzo, su secretario general, António Guterres, volvió a pedir un cese al fuego inmediato.
La respuesta del Gobierno de Netanyahu fue que ese informe está desactualizado y no tiene en cuenta los últimos avances. El ministro del Exterior, Israel Katz, además, contestó a las críticas diciendo que el país había permitido la entrada de ayuda humanitaria.
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Sin agua en Gaza
Sin embargo, las cifras de Naciones Unidas les contradicen: en la Franja de Gaza, los palestinos tienen que sobrevivir con dos o tres litros de agua por persona y día. En España, por ejemplo, cada habitante utilizó en 2020, último año actualizado en el INE, 133 litros de agua diarios.
Abou-Ghazalah cuenta que el año pasado, antes del ataque de Hamás que provocó que se recrudeciese un conflicto que dura ya más de siete décadas, el 95% del agua de la Franja ya no era potable. Los primeros objetivos de los misiles israelíes en cada nuevo asedio han sido siempre las universidades y las infraestructuras hídricas. Por eso, asegura la activista palestina, "Gaza no ha tenido nunca buenas instalaciones de saneamiento y tratamiento de aguas". Antes se estimaba que los gazatíes tenían hasta 80 litros por persona, "pero era mentira porque había cortes continuos", se queja.
Los problemas de la ausencia de agua son inmediatos. El primero tiene que ver con la propia hidratación y todas las consecuencias que acarrea no poder beber. Por ejemplo, hay más de 50.000 mujeres embarazadas que no pueden nutrir a sus bebés ni saben cómo les amamantarán. Además, en la Franja viven 30.000 niños de menos de seis meses que beben agua contaminada.
La escasez de agua también deriva en problemas de higiene personal, prácticamente inexistente ahora mismo, o sanitarios: ni se puede intervenir a los pacientes, ni se puede esterilizar el material médico. Los hospitales, recuerda Abou-Ghazalah, son uno de los principales objetivos de la incursión israelí en Gaza: "Había 36 hospitales y ahora quedan solo 11 y muy básicos".
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La Cisjordania agrícola se seca
La situación, sin embargo, no es la misma en todos los Territorios Palestinos Ocupados. Cisjordania es una tierra sorprendentemente fértil y su población basa su economía en la ganadería y la agricultura. Pero estos son sectores muy afectados por la escasez de agua que no solo afecta a Gaza, sino también al este de los TPO.
Los palestinos cuentan aquí con tres grandes acuíferos y, en condiciones 'normales', tendrían agua suficiente para abastecer a la población. Sin embargo, no pueden levantar infraestructura acuífera de potabilización o saneamiento: el Estado israelí considera que las piezas y herramientas necesarias pueden tener un doble uso por parte de Hamás.
El secretario de la Embajada de Palestina en España, Khaldun Almassri, cuenta que granjeros palestinos dependen de los suministros que les da la empresa de agua israelí Mekorot, que está en la "lista negra" de las empresas que levantan sospecha de actuar contra los derechos humanos. Ya antes de los Acuerdos de Oslo de 1993, firmados entre Israel y la Organización para la Liberación Palestina (OLP), Israel explotaba más del 80% de los acuíferos palestinos, a pesar de que Palestina tenía hasta cuatro veces más población. En la actualidad, Mekorot extrae el agua para luego revendérsela a los palestinos.
"Esto provoca un apartheid hídrico en Cisjordania", explica Almassri. Porque, asegura, los palestinos tienen que pagar hasta nueve veces más que los israelíes por el agua. Un informe de Amnistía Internacional de 2017 ya reconocía que los árabes podían pagar hasta 10 dólares por metro cúbico. "Esto pude representar hasta la mitad de los ingresos mensuales de una familia", lamenta el secretario de la embajada.
Qué será del futuro
En diferentes momentos de la historia ha habido intentos de acercamiento entre el Estado de Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, cosa que parece inimaginable ahora mismo. Pero el problema para los palestinos, dice Almassri, no son las acciones del Gobierno de Netanyahu per se, sino la política de Estado que se dirige al exterminio del pueblo palestino. Porque la vida, dice, es ya imposible: "Hay tres opciones: o te vas, o te sometes, o te matan".
Tanto el diplomático Almassri como la activista Abou-Ghazalah llaman a la cordura internacional. El primero opta por abrir vías seguras terrestres para la ayuda humanitaria a Gaza. La segunda, para que pare lo que para ella es un genocidio: "Jamás pensé que mi familia iba a pasar por esto. Una cosa es que te disparen a quemarropa, pero otra es que se mueran de hambre. Eso es lo peor". Pero, tal vez, por un realismo cauto ninguno parece tener muchas esperanzas.
***Juanele Villanueva, autor del reportaje, es alumno de la primera promoción 2023-2024 del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL/UCJC.