La paciencia de los haitianos se agota. La crisis social y política no ha hecho más que recrudecerse con el paso de los años, convirtiendo los ataques armados y el control de las pandillas criminales en una constante en las calles del país. Este marzo, la inestabilidad ha escalado a niveles insostenibles, con la dimisión del primer ministro, Ariel Henry, mientras continúan los acuerdos para establecer corredores humanitarios que puedan cubrir las necesidades básicas de la población.
Los tiroteos y los actos incendiarios han convertido el país más empobrecido de América en un hervidero de violencia. De su capital, Puerto Príncipe, han huido alrededor de 15.000 personas, según informes preliminares de UNICEF que revelan graves violaciones a los derechos de los menores en las últimas semanas. "Los niños son víctimas de tiroteos en fuego cruzado, los servicios sociales críticos están al borde del colapso y los suministros médicos son escasos", aseguran.
El estallido comenzó el 29 de febrero, cuando las pandillas lideradas por Jimmy Chérizier 'Barbecue' —el expolicía convertido en el rostro del caos haitiano— liberaron a casi 3.700 presos de la principal cárcel de la ciudad. Desencadenaron una oleada de bloqueos a las carreteras, comisarías y edificios administrativos y la dimisión de Henry, tras amenazar con desencadenar una "guerra civil". Entretanto, el exgolpista Guy Philippe ha expresado su intención de alcanzar la presidencia.
Una crisis recrudecida
Desde hace semanas, los grupos armados estrangulan las principales rutas de transporte desde Puerto Príncipe al resto del país. La Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH) trabaja contra reloj para establecer un puente aéreo con República Dominicana, mientras Haití sigue a la espera del despliegue de la misión multinacional de apoyo a la seguridad que encabezará Kenia.
En este momento, se estima que en torno a 362.000 personas se encuentran desplazadas internamente. Esto ilustra el empeoramiento de la situación humanitaria en una zona que, además de estar asediada por la violencia, lleva años en una situación de extrema vulnerabilidad climática. En junio de 2023, las lluvias torrenciales y un terremoto con epicentro en Jeremie dejaron más de 50 fallecidos. No fue una catástrofe aislada, sino algo habitual en la isla caribeña.
Los problemas de salud alcanzan cifras récord. El fantasma del cólera ha reaparecido: el último informe de la ONU contabilizó 71.270 casos (distribuidos homogéneamente) en 2023, cifra que convierte el país en el más afectado del continente. Además, UNICEF estima que dos de cada tres niños necesitan ayuda urgente. Haití lleva dos años situado entre los 10 países con mayor incidencia de hambre: 4,9 millones de sus habitantes sufren inseguridad alimentaria aguda.
Los menores, el blanco fácil
"Esta mañana les he dado arroz a mis hijos para desayunar, y no sé cómo voy a darles de comer cuando lleguen a casa", contaba ya en 2023 Jesula, madre de dos pequeños, al equipo de Plan Internacional. Recientemente, la oenegé elaboró un estudio sobre tres comunidades de Artibonite —departamento que acoge a parte de los desplazados— y advirtió que más de la mitad de los menores no están escolarizados.
Aunque esta es obligatoria, el 80% de las escuelas son privadas y exigen el pago de tasas de alrededor de 7.000 gourdes (unos 48 euros) que muchos hogares no pueden permitirse. Plan Internacional ha recabado testimonios de menores como Naica, que a sus 14 años es muy consciente de la dura situación que atraviesa su familia. Cuenta que normalmente no hay dinero para comprar compresas: "Utilizo trozos de tela. Me da vergüenza usarlas, pero casi todas las demás tienen que hacer lo mismo".
La privación de la educación, sumada a la posibilidad de quedarse sin compañía familiar, entraña un mayor riesgo de reclutamiento. La mayoría de las bandas tienen a menores en sus filas, algunos de tan solo 10 años de edad. Los usan como escudos humanos, mano de obra y para operar puestos de control. A medida que demuestran su lealtad, adquieren más responsabilidad dentro de la organización delictiva.
En el caso de las niñas, suelen dedicarse a realizar actividades como tareas domésticas y espionaje. Además, ellas están más expuestas a los abusos: el documento de Plan Internacional señala que en ocasiones se ven obligadas a someterse a agresiones y explotación para cubrir las necesidades de sus padres, y que, en algunos casos, estos llegan a acuerdos extrajudiciales (pagos, matrimonios tempranos, etc.) con los autores de los delitos.
El 14% de las haitianas da a luz antes de la mayoría de edad. Las complicaciones médicas son frecuentes, ya que sus cuerpos no están listos para gestar. Sofiana, con 13 años, cuenta a la organización que algunas de sus amigas ya están embarazadas y que debe "andar muchos kilómetros para poder beber agua". Dina, de 22, "todavía hoy" se pregunta "por qué me quedé embarazada a los 17". Ahora, sueña con un futuro digno para su hijo en Haití. "Este es mi hogar", defiende.
Desde el asesinato del expresidente Jovenel Moïse en 2021, Haití se ha visto azotado por oleadas de disturbios. En 2023, aumentó en más del 122% el número de víctimas directas de las pandillas, que ascendió a 8.400 personas, incluidas más de 4.000 asesinadas, según datos de la ONU en Haití. El número de muertes violentas superó las 2.300 solo en el barrio de Cité Soleil, cuya población representa únicamente el 9% de la de la capital haitiana.
Mientras cientos de familias pasan los días en algunas de las comunas más peligrosas del país, las organizaciones llaman a la comunidad internacional a aumentar sus compromisos financieros, dado que el Plan de Respuesta Humanitaria (HRP) solo está financiado en un 3,2%. Este mes, la Comisión Europea y Estados Unidos han anunciado, respectivamente, partidas de 20 millones de euros y 25 millones de dólares para responder a la crisis de seguridad.
A nivel político, las oenegés instan a que los Estados impulsen un "verdadero diálogo interhaitiano que conduzca a un plan de transición política", declara Plan Internacional, como el deseado por la coalición de oposición política más amplia de Haití, conocida como el Acuerdo de Montana, firmado en agosto de 2021 por casi 200 partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil.