“Mira, este puñado lo recogí el otro día en Galicia”, le dice Ana Miranda, eurodiputada del BNG dentro del grupo europeo Los Verdes, a ENCLAVE ODS | EL ESPAÑOL. Se saca del bolso un botecito con esos pellets que, ahora, están a la orden del día, pero, recuerda, “no son cosa nueva”. Los coloca en una cestecilla de mimbre y alerta, “ojo, ya verás lo que pasa ahora”: al devolverlos a su recipiente inicial, las granzas de plástico van dejando una arenilla blanquecina a su paso. “Esos son microplásticos aún más pequeños, ¿los ves? Imagínatelos en la mar”, insiste.
La demostración de Miranda sucede en el bar de los eurodiputados del Parlamento Europeo de Estrasburgo. Y lo hace justo un día antes de que el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, abra el debate parlamentario sobre la propuesta de la Comisión Europea para reducir los vertidos de pellets, como el del Toconao, que lleva semanas llegando a la cornisa cantábrica.
Esta propuesta legislativa se acompasa con la actualidad casi “de manera fortuita”, indica Miranda. Porque lleva movilizando a “buena parte” del Europarlamento meses, especialmente desde que la Comisión la pusiese sobre la mesa el pasado 16 de octubre.
El ponente principal de la Comisión de Medio Ambiente del grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, João Albuquerque, explica a este medio que la propuesta de la Comisión “está bien”, pero “podría ser mucho más ambiciosa”.
Y por eso decidió, en diciembre, presentar un informe sobre el que ahora se debate en el pleno de Estrasburgo. Con él, asegura el eurodiputado portugués, se busca “ir un poco más allá”.
Durante el pleno en el que se discute la propuesta legislativa, la eurodiputada Catherine Chabaud, del grupo Renew Europe, recuerda a sus homólogos que “vivimos una verdadera marea blanca”, e insiste en que “estos granos, aunque no sean negros, también son petróleo”. La representante francesa del Movimiento Demócrata quiere, dice en su intervención, “dar un puñetazo en la mesa” para reivindicar que “existen soluciones desde hace años” que “no se aplican”.
Por su parte, la griega Maria Spyraki, diputada del grupo del Partido Popular Europeo, indica a EL ESPAÑOL que, en efecto, las soluciones para evitar vertidos de pellets están ahí y “se pueden implementar”. Todo, dice, es cuestión de “abordar la contaminación por plástico a través de la prevención y de las medidas preventivas”.
Cuestión de prevención
Prevención. Esa es la palabra más repetida entre los eurodiputados cuando ENCLAVE ODS les pregunta cómo evitar otro vertido como el del Toconao en la costa portuguesa, que ha plagado las playas gallegas —y en menor medida, las asturianas— de pequeñas bolitas plásticas blancas. Albuquerque no deja de decirlo: “Hay que apostarlo todo por la prevención”.
Con tono serio, el eurodiputado socialista portugués apunta a la “locura” que es que en 2024 se “permita que se transporten pellets en contenedores que no son herméticos, que no están totalmente cerrados”. Miranda añade, además, que más allá de la hermeticidad de los containers, “que es esencial”, también “es importante” que los que contengan materiales potencialmente contaminantes, como las granzas, “se sitúen en la bodega de los barcos, o en zonas cerradas, bien amarrados”.
Albuquerque asegura, además, que “los mecanismos de prevención son muy fáciles de implementar por parte de las empresas”. La manera de hacerlo, explica, pasa por “la formación de empleados, garantizar que los contenedores estén totalmente aislados y, en definitiva, porque no se permita que haya pérdidas de microplásticos en el medioambiente”, matiza.
Para Spyraki, la prevención tiene que ir de la mano de la financiación, “especialmente para las empresas pequeñas”. Que sean “capaces de acceder a financiación para actualizar sus equipos”.
Idoia Villanueva, eurodiputada de Podemos en el grupo de la Izquierda, insiste, en conversaciones con ENCLAVE ODS, en que para prevenir los vertidos es necesario, también, “poner restricciones a lo largo de todo el proceso de producción de productos plásticos y de su transporte”. Eso, indica, incluye también la manipulación de los pellets. Es decir, matiza, “todo el sector que trabaja con estos plásticos”.
El transporte marítimo, clave
Para que estas medidas preventivas funcionen, cuenta Albuquerque, “los diputados más progresistas hemos presentado enmiendas a la propuesta de la Comisión Europea que piden incluir el transporte marítimo”. En este sentido, explica Miranda, “hay una ausencia de regulación”.
Los populares europeos, por su parte, piden que “se tengan en cuenta las empresas pequeñas y medianas a la hora de implementar estándares”. Spyraki insiste, por tanto, que “la ambición en términos de prevención” no puede llevarse a cabo “a costa de los que importan y exportan”.
Por eso, pide la eurodiputada griega, es necesario “enviar un mensaje claro a los empresarios para que sepan que les apoyamos y facilitaremos su transición sostenible”.
Una normativa común
Las semanas de negociaciones, especialmente la última, han conseguido que buena parte del Parlamento Europeo se ponga de acuerdo en una cosa: es imperativo reducir al máximo los vertidos de pellets de plástico en el mar. Los únicos eurodiputados que se descuelgan estarían a la derecha del grupo popular y tienen mucho de euroescépticos.
Ahora que la propuesta sobre el vertido de granzas está en fase de diálogo (o trílogos) entre el Consejo Europeo, la Comisión y el Parlamento, Miranda ve una “oportunidad perfecta para legislar”. Sobre todo ahora que ha coincidido con el desastre ecológico en buena parte de la costa cantábrica de la Unión.
Y Albuquerque está convencido de que van por buen camino para conseguir la normativa ambiciosa que apoyan: “En el Consejo hay un conjunto grande de países que no son los afectados, por no tener costa, que están muy en línea con nuestra propuesta”. Estados miembros como Alemania, Países Bajos, Dinamarca o Estonia, entre otros muchos, quieren también poner fin de una vez por todas a los plásticos de los océanos.
La propuesta de la CE
El 16 de octubre de 2023 la Comisión Europea pisó el acelerador y puso sobre la mesa diferentes medidas que, ahora, se debaten en el Parlamento y el Consejo. Estas son las principales propuestas a las que los eurodiputados presentan enmiendas:Buenas prácticas de los operadores. Dependiendo del tamaño de la instalación deberá cumplir determinados requisitos.
Certificaciones obligatorias y autodeclaraciones. Para ayudar a las competencias nacionales correspondientes, los operadores más grandes deberán conseguir un certificado de un tercero. Las empresas más pequeñas, por su parte, deberán firmar una autodeclaración de conformidad.
Una metodología armonizada para estimar las pérdidas. Con un estándar europeo, se busca calcular de manera pormenorizada todos los vertidos de pellets que se suceden cada año.
Requisitos mínimos para las pymes. Los operadores más pequeños y micro tendrán unos requerimientos más laxos, ya que forman parte, en gran proporción, de la cadena de suministro de pellets.