Álvaro tiene 19 años y trabaja como azafato de eventos para ganar algo de dinero y experiencia laboral. Hasta aquí su historia es como la de cientos de jóvenes que complementan sus estudios con trabajos temporales y de fin de semana. La diferencia está en que Álvaro tiene síndrome de Down y, hasta hace poco, ni siquiera contaba con la posibilidad de ser azafato. Por esa razón, su madre, Rosa Martínez Sanz, decidió fundar IntegrAzafat@s, la primera agencia de azafatos inclusiva de España.
"Yo he sido azafata y mi hija mayor trabajaba con nosotros de apoyo mientras estudiaba la carrera. Tengo cuatro hijos y el segundo es Álvaro. Él quería lo típico, trabajar como azafato cuando cumpliese los 18, igual que su hermana", explica Rosa, que según se acercaba el cumpleaños de Álvaro se veía en la coyuntura de tener que darle una respuesta, sabiendo que no había ninguna agencia que le aceptase.
"Las etiquetas sociales acerca de la imagen que supuestamente debe tener un azafato no iban acordes a su imagen. Me parecía una injusticia tremenda y decidí crear esta agencia para darle una respuesta. No solamente a él, sino también a los demás. La mayoría de padres con hijos con necesidades especiales estamos siempre pendientes de ellos, inculcándoles el valor del esfuerzo. De decir: ‘Trabaja que puedes, trabaja que puedes’. En este caso, aunque él quisiera y tuviera la capacidad, no iba a poder porque no existía nada que le pudiera dar esa oportunidad".
Gracias a la iniciativa de su madre, Álvaro por fin es azafato de eventos y, asegura, se siente cómodo, feliz y realizado. "Estoy trabajando mucho y la experiencia la verdad es que es chula porque te lo pasas genial en el trabajo", relata con una alegría contagiosa desde el otro lado del teléfono.
Otro beneficio que cuenta Álvaro es la posibilidad de "hablar con muchas personas y conocer a mucha gente". Rosa explica que es un gran punto a favor, ya que "para muchos de nuestros chicos es de las pocas oportunidades que tienen de relacionarse con otras personas que no sean de su entorno. Es así de triste, pero real".
Un proyecto de éxito
IntegrAzafat@s tiene algo más de un año de vida y ya ha sido reconocida por distintas organizaciones. Ha ganado el MPI Iberian Awards en la categoría de Responsabilidad Social y también forma parte de Innspiradoras. Esta plataforma online impulsada en abril por Redit (Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana) reúne los testimonios de más de 50 mujeres emprendedoras y referentes que innovan en distintos sectores.
Además del orgullo de formar parte de Innspiradoras, para Rosa supone "conocer a otras mujeres con unas historias detrás impresionantes e inspirarme en ellas. Emprender es muchas veces muy duro, aunque tengas un porqué y un para qué muy fuerte. Hay veces que te sientes sola y poder sentirte acompañada y aprender de otras es muy bonito".
Rosa creó el proyecto en 2020, cuando Álvaro iba a cumplir la mayoría de edad, pero IntegrAzafat@s no comenzó a funcionar hasta mayo de 2021 debido, en gran parte, a la pandemia. A pesar de las repetidas olas de Covid que han limitado los eventos y celebraciones, ella asegura que el negocio va in crescendo. Ya tienen a más de 20 jóvenes en la bolsa de empleo de la agencia y ofrecen sus servicios en Valencia y Madrid.
"No me puedo quejar. Dejé mi trabajo en enero del 2020 y nos pilló toda la pandemia, pero a mí particularmente creo que me vino hasta bien. Ese tiempo me sirvió para posicionarnos en el mercado, visibilizar nuestro mensaje inclusivo, que no es fácil, y así estar en la línea de salida cuando la pandemia nos diera tregua", explica.
Más allá del aumento en el número de clientes, Rosa destaca que lo que más le llena de orgullo "es que nos vuelven a llamar". "De hecho, recientemente hemos cubierto un foro de empleo en Valencia y es la tercera vez que nos llama la empresa. Eso significa que los chavales demuestran que sí están capacitados. Yo te puedo decir muchísimas cosas, pero si ellos luego no lo demuestran cuando están trabajando, me llamarían una vez y no más".
La formación
Parte de la clave de su éxito está en elegir meticulosamente a los trabajadores que cubren cada evento. Por un lado, los candidatos de IntegrAzafat@s reciben un curso de formación que imparte la propia Rosa y que financia la Fundación Adecco. Después, ella misma se encarga de seleccionar a las personas que acudirán a los eventos en función de los requerimientos específicos.
"Nuestros chicos pueden realizar la mayoría de las funciones dentro de un evento, pero no todos están capacitados para realizar todas las funciones. ¿Qué pasa? Que a lo mejor una agencia de azafatos y azafatas convencional tienes tres personas que pueden cubrir todas las necesidades de todos los eventos. Nuestros chicos no. Entonces, el éxito de nuestra empresa consiste precisamente en eso, en seleccionar a la persona y darle la oportunidad a la que, conforme a sus capacidades, se adapte mejor a los requisitos del evento".
Rosa afirma que "no por integrar puedes contratar a una persona que no cubre esas necesidades", pero defiende que esto es algo que también se debe aplicar en personas sin discapacidad. "Lo que pasa es que no se tiene tan en cuenta", aduce. "Esa es la rabia. No se tiene tan en cuenta porque tú puedes colocar a cualquier persona sin discapacidad y si lo hace mal, pues nada. Pero si nosotros lo hacemos mal es por la discapacidad. Tenemos que tener muchísimo cuidado con eso".
De cara a cubrir un evento, Rosa queda con su equipo una hora antes en el lugar de celebración para preparar todo. "Si una empresa normal quiere integrar a una persona con discapacidad, al principio se llama a un mediador laboral que hace de nexo de unión entre trabajadores, organización de la empresa y la persona con discapacidad, para que todo termine de fluir. Pero claro, estamos hablando de tiempos muchísimo más largos que lo que es un evento. Por eso nosotros siempre llegamos antes. Así, antes de que empiece saben las funciones que van a realizar y las practican, porque tienen que interiorizarlas".
Un extra de 'buenrollismo'
Para dar mayor tranquilidad a los clientes, Rosa siempre se queda supervisando el evento y, si no puede estar ella, tiene contratada a una persona con discapacidad física que puede gestionar cualquier imprevisto.
"Siempre decimos que nuestros chicos están perfectamente capacitados. Pero sí es cierto, no nos vamos a engañar, que tienen un ritmo más lento. Si a lo mejor hay algún contratiempo en un evento, que justamente es cuando se necesita más rapidez, no tienen esa capacidad de resolución. Por eso necesitamos una persona que siempre esté ahí pendiente, organizando y supervisando. Algo que también da una tranquilidad tremenda a las empresas que nos contratan".
Una vez comienza el evento, Rosa asegura que todo se desarrolla a la perfección y que su equipo aporta "un extra de humanidad".
- ¿Qué tipo de reacciones tienen los asistentes? ¿Alguna vez han mostrado sorpresa?
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Pues si se sorprenden, la verdad es que lo disimulan. A nivel asistente no he tenido ningún problema ni ninguna mala cara. Todo lo contrario, es superbonito porque nuestros chicos crean un 'buenrollismo' que le llamo yo. Los eventos en los que participamos siempre tienen ese extra de humanidad. ¿Sabes?
En muchos casos en los eventos ocurre que para los asistentes es su primera toma de contacto directa con una persona con discapacidad. Eso también les ayuda a desdramatizarla y se van a su casa con una sensación de: 'Ostras, pues sí que pueden hacer esto'. Porque hay veces que por ignorancia no saben hasta qué punto son capaces. También se van sintiéndose útiles por haber participado en un evento en el que le han dado una oportunidad a una persona con discapacidad. He vivido situaciones superbonitas en eventos en los que se ha creado esa magia, de verdad.
Contra los estereotipos
Donde no es todo siempre tan bonito es en el lado de las empresas. Rosa destaca que el 85% de las empresas con las que contacta tienen una reacción positiva, pero advierte de que "todavía hay mucha gente que es muy reacia".
"Me he encontrado con empresas que siguen relacionando la imagen de los azafatos con la imagen de su marca. Están totalmente equivocados porque con nosotros su marca se revaloriza, pero todavía tienen ese cliché, ese estereotipo de que un azafato debe tener una imagen determinada", lamenta. "En una ocasión querían que nuestras chicas llevasen vestido y tacones, pero me negué porque en IntegrAzafat@s visten todos igual. Pero me dijeron: 'Perdona, es que es un acto de gala'".
Además, tiene que tener cuidado con aquellos que solo buscan "colgarse la medallita de la discapacidad". "Se nota muchísimo cuando eso es lo único que quieren. En un evento al que iba a acudir el conseller, por ejemplo, habían contratado a una agencia convencional y a nosotros. El problema era que les querían como 'camuflar'. Yo les propuse que en vez de estar ahí camuflados pudiesen indicar el camino de los asistentes desde la charla hasta la del catering, y me dijeron que no. Con lo cual, ellos realmente no confiaban en las capacidades de nuestros chicos", reprocha.
Pese a las dificultades, el mensaje de la integración cada vez está calando más en la sociedad y Rosa se muestra muy positiva con respecto a su futuro.
Álvaro admite que todavía tiene "que aprender en muchas cosas. Me tengo que esforzar en trabajar, en el habla", pero insiste en que "lo único que quiero es que me den oportunidades para que la gente vea que puedo hacer esas cosas". Y concluye tajante: "La ley dice que todas las personas son iguales, no podemos discriminar a nadie".