La mayoría de las mujeres trans que ejercen la prostitución en Madrid lo hacen por motivos económicos, debido a la falta de oportunidades o carencias formativas o, sencillamente, porque se encuentran en situación irregular y no pueden dedicarse a otra cosa. Son las conclusiones que se derivan del Informe 'Las Olvidadas', un demoledor estudio de más 50 páginas, publicado por la ONG Imagina Más, que busca describir la situación actual del ejercicio de la prostitución de las autodenominadas "Trabajadoras Trans del Sexo (TTS)" en la capital española.
Para ello han tomado diferentes dimensiones o variables, como el origen y procedencia de las encuestadas, las razones que les han motivado a dedicarse a la prostitución, cómo afecta la inseguridad y la violencia a su día a día y en qué medida ha influido la pandemia a la hora de aumentar la desigualdad de un colectivo minoritario ya de por sí excluido.
De las mujeres trans encuestadas, sólo un 4% eran de origen español, un 34% eran de origen ecuatoriano, un 14% peruano, un 9% colombiano y un 6% hondureño, venezolano, brasileño o argentino. Del total, sólo un 4% era de origen europeo: el 95% tenía raíces en América del Sur y el 2% restante pertenecía a Norteamérica.
El 80% llegó a España entre los años 2000 y 2019 y su media de edad es de 41,5 años. Un 63% aterrizó en la península ibérica por motivos económicos, un 31% precisamente debido a los delitos de odio generados en sus respectivos países relacionados con su condición sexual y un 6% lo hizo por razones humanitarias. Actualmente, el 49% tiene permiso de residencia (NIE) y un 24% están nacionalizadas o eran nacidas en España. El resto se encuentra en situación irregular.
Mapa de la pobreza y la enfermedad
"En relación con la capacidad económica de las TTS, en primer lugar, se observa un dato que a primera vista puede parecer alarmante porque casi la mitad, el 41% de las encuestadas, ingresa entre 0 o 300 euros", señala la ONG.
"De hecho, el 82% tiene unos ingresos por debajo de 750 euros y el 91% de 950 euros o menos", añaden, lo que revela que las TTS viven en condiciones de pobreza y desigualdad acuciantes. De ese dinero, el 90% proviene de la prostitución, un 2% del Ingreso Mínimo Vital (IMV), otro 2% de la Renta Mínima de Inserción (RMI) y un 6% de otras fuentes variables no reveladas.
Además, la droga parece ser una constante en su rutina, ya que al menos un 61% afirma consumir cocaína mientras ejercen la prostitución, cifra que se reduce a casi la mitad en el ámbito privado. Precisamente en la esfera personal, los porcentajes se disparan en la categoría del alcohol: el 81% asegura consumir altas dosis en su rutina.
Aunque quizás el apartado más crítico del informe está relacionado con la encuesta de enfermedades de transmisión sexual y violencia sexual, verbal y psicológica. Del total de encuestadas en Madrid, un 96% afirmó hacerse chequeos rutinarios para detectar si tienen VIH. En al menos un 25% de los casos, estos análisis dieron positivo. De ese total de TTS con VIH, el 95% está ya en tratamiento con antirretrovirales.
"Ya se encontraban en riesgo de pobreza, pero tras la pandemia, su situación se ha visto aún más agravada", señala Imagina Mas
Por otro lado, al menos un 90% de ellas afirmaron haber sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida, el cual en un 48% de los casos provino de clientes de prostitución, un 47% de personas desconocidas y un 36% "trabajadores del sexo", descendiendo a un 29% en el caso de la policía y cuerpos de seguridad del Estado y al 15% en personas de la Administración pública. De estos casos, un 64% dijo haber sufrido violencia por transfobia, un 59% por ejercer la prostitución y un 17% por racismo.
Esa situación de vulnerabilidad y desigualdad se traduce en ansiedad, depresión e insatisfacción corporal, los tres apartados más comunes dentro de los "padeceres" de las encuestadas. Eso, sumado a que un 27% de entrevistadas que confirmaron tener ideas suicidas y ataques de pánico. Del total, un 8% trataron de suicidarse en alguna ocasión a lo largo de su vida.
Las conclusiones del estudio
"De acuerdo con los datos obtenidos, se puede afirmar que las Trabajadoras Trans del Sexo encuestadas, según la definición de la Estrategia Europea 2020, son personas en riesgo de pobreza y exclusión, ya se encontraban en riesgo de pobreza, pero tras la pandemia, su situación se ha visto aún más agravada", señala Imagina Más en el informe Las Olvidadas.
Esos datos precisamente quedan certificados por las encuestas hechas en relación con cómo les ha afectado la pandemia: prácticamente todas coincidieron en que los confinamientos y el distanciamiento social hicieron que su situación económica empeorase. El 74% afirmó haber visto reducidos sus ingresos y un 58% confesó haber tenido problemas emocionales derivados del estrés y la ansiedad.
No obstante, hay una gran mayoría (un 64%) que dice haberse sentido amparada por ONG y otras asociaciones que les han ayudado a salir adelante durante los peores meses de la pandemia, lo que certifica la valía de este tipo de organismo no gubernamentales en la lucha por el fin de la pobreza (ODS 1) y de las desigualdades (ODS 10).
"Resulta significativo que en plena crisis sanitaria y social sólo el 9% se haya sentido atendida por su Centro de Salud y el 26% por su Centro de Servicios Sociales", remarca Imagina Mas.
Precisamente, para acabar con la precariedad y la desigualdad dentro de este colectivo, Imagina Mas propone algunas recomendaciones que pueden ayudar a aliviar la carga a todas las personas que se sientan en situación de vulnerabilidad.
Entre ellas está la visibilización de la situación de las mujeres trans, la garantía del derecho a la autodeterminación de género, la promoción de la seguridad y el respeto en los espacios públicos a través de "campañas de sensibilización a la población general", garantizar el derecho al empleo para aquellas TTS "que deseen el abandono de la prostitución sin sufrir discriminación" e implementar una cuota laboral trans "como incentivo a la contratación".