"Nadie se imaginaba que el emoji risita se quería suicidar". Esto dice la viñeta ilustrada en Instagram del artista @javirroyo. El suicido es un tema recurrente en su perfil en redes sociales y, su objetivo, igual que el de otros muchos ilustradores, concienciar sobre temas de salud mental. Y eso a pesar de que esta red social terminó por censurarle la viñeta.
El bienestar psicológico y emocional es uno de esos tabúes que parece haber conseguido –en los últimos meses– la relevancia que necesitaba. "Creo que hay muchísimos desequilibrios de salud mental después de la pandemia, sobre todo entre jóvenes. Es algo que me interesa mucho y que las redes sociales suelen censurar", asegura el ilustrador.
Instagram es una de las redes sociales más utilizadas en España y, al tratarse de contenido muy visual, los relatos permanecen más en nuestra memoria. Sin embargo, la psicóloga Laura Llamas ha trabajado junto con el personaje @Pedritaparker para elaborar algunos de sus contenidos y alerta: "Hay que tener cuidado con las palabras. Es contenido, no son sustitutivos ni de terapia ni de ayuda personalizada".
En la misma línea publica @Albalez, también ilustradora. Confiesa que empezó a dibujar sobre situaciones que ella misma vivía porque se daba cuenta de que así "quitaba hierro a pensamientos que tenía".
El avatar que creó fue evolucionando con el aumento de sus seguidores. "Poco a poco incorporé emociones, ansiedad, presión o insomnio" cuenta. Y añade: "Era una forma de hacer tangible algo que al final nos pasa a todos". La empatía hace que las cuentas de estos ilustradores ganen seguidores rápidamente, lo que demuestra el interés social ante una problemática que, según indica la Confederación de Salud Mental de España, afecta en nuestro país a, al menos, el 9% de la población.
Dibujando depresión, ansiedad o autoestima
A través de sus historias, el personaje @Pedritaparker reivindica relatos habituales que tienen mucho que ver con la vida de su propia creadora, Estefi Martínez. "Como mujer he tenido problemas de salud mental y mi personaje tuvo que reflejar esa parte de mí, la gente empatizaba con eso", señala. Habla de ansiedad, depresión, perfeccionismo o exigencia. Utiliza sus mensajes para empoderar a las mujeres y promover el amor propio.
Por otro lado, Paula Blanco, a través de @almejeiter, expone de una forma "natural" estos problemas. Considera que su cuenta no hace labor divulgativa, simplemente habla de situaciones de su día a día. El centro de sus historias es, sin duda, la ansiedad. Su tono suele ser irónico y desenfadado, lo que genera reflexión y autoconocimiento. "Analizo al máximo y con lupa cómo nos comportamos", explica.
Lo mismo dibuja @AlbaLez: "Dedico tiempo al estrés o la ansiedad porque además cada vez hay más gente que se atreve a decir que lo padece". Asegura que la perfección a la que incitan, en muchos casos, las redes sociales "provoca baja autoestima".
Una ayuda para ir a terapia
Dibujar viñetas basadas en problemas de salud menta sirve como un apoyo para estos artistas. "Crear viñetas es terapéutico, la creatividad me ayuda", afirma Martínez. Aunque los seguidores se sientan reflejados y les ayude a visibilizar sus emociones, la ilustradora señala: "Hay un momento en el que tienes que ser consciente y pedir ayuda"
Su experiencia con algunos seguidores ha sido enriquecedora, pues recibe muchos mensajes de agradecimiento. "Hay gente que se ha atrevido a dar el paso y están yendo a terapia gracias a lo que publiqué. Este último empujón lo ha dado una viñeta", cuenta ilusionada.
Además, lo esencial del relato es el inicio de un diálogo que "ayuda a la gente a darse cuenta de que no está sola", añade @AlbaLez. "Por eso entro mucho en normalizar e ir a terapia, que no pasa nada. Aunque entiendo que, desafortunadamente, no está alcance de todo el mundo", concluye.
El cuidadoso proceso creativo
Algunos de los ilustradores simplemente se basan en historias personales que reflejan la realidad de muchos seguidores. Pero para utilizar viñetas con una intención más divulgativa, como en el caso de Martínez, cuentan con la ayuda de profesionales. "Una psicóloga me ayuda a darle forma a algunos temas, por ejemplo, el que elaboré sobre cómo acompañar a una persona que tiene depresión".
Asimismo, explica que "para contar algo que tenga que ver con la gente tienes que ser vulnerable". Por ejemplo, dice, abordar cuestiones sensibles, como puede ser un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), que vivió en su propia piel y de lo que todavía no se ha atrevido a hablar abiertamente. "Siento que no lo he superado, por eso hablo de cosas que ya tengo más controladas", se sincera.
Si en algo coinciden todos los ilustradores consultados es en que ver que la gente empatiza y comparte sus propios problemas, hace que tengan la seguridad necesaria para exponerlos. "Se crea un diálogo en comunidad, eso es lo verdaderamente interesante", explica Martínez.
Los sentimientos compartidos que provocan este tipo de publicaciones generan, a su vez, un diálogo positivo. Pero Llamas, desde su perspectiva de psicóloga, afirma que al visualizar estas ilustraciones "hay que sujetarse al pensamiento crítico y tener sentido común". Y concluye: "Con estos contenidos se intenta reflexionar y ver si esas cosas suceden en tu vida personal para ayudarte a hacerte preguntas". El siguiente paso, sin embargo, es ir a terapia.