"El cambio climático es la crisis que define nuestra época, y el desplazamiento por desastres es una de las consecuencias más devastadoras del fenómeno". Así de contundente es la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con la deplorable situación que están viviendo millones de personas cada año al verse obligadas a desplazarse forzosamente de sus hogares como resultado del cambio climático.
Con motivo de la COP26, Andrew Harper, asesor especial de ACNUR sobre acción climática, y Emithal Mamhoud, poeta y embajadora de buena voluntad de ACNUR, han debatido sobre la necesidad de emprender acciones más directas para mitigar las consecuencias de los desastres naturales en algunas regiones del mundo.
Han aprovechado para realizar un llamamiento a los líderes mundiales y pedir más compromiso y ayuda a la población afectada. En este sentido, Harper ha sido claro: "Vamos a necesitar 26 cumbres del clima más para observar cambios significantes".
Según la organización, los eventos relacionados con el clima, han provocado en la última década un promedio de 21,5 millones de nuevos desplazamientos cada año. Más de 20 millones de personas abandonan su hogar, estos datos reflejan la urgencia de acción ante una situación que cada vez se agrava más, para Harper "no hay tiempo, necesitamos hacer algo ahora".
ACNUR quiere, con este encuentro, poner el foco en los países que más están sufriendo estas consecuencias climáticas para que se ejecuten proyectos que mitiguen los efectos en estas comunidades y aporten mayores soluciones. Y es que, como ha indicado Harper, "operamos en muchas áreas que ya están sufriendo el impacto del aumento de la temperatura 1,5 °C", y pone de ejemplo la situación de El Sahel.
En esta región se ha visto sumergida en una de las crisis de desplazamiento más grandes del mundo. Datos de la organización aseguran que la violencia en el territorio ha provocado que "casi tres millones de personas" se hayan desplazado internamente o hayan abandonado el país. Además, a los grandes niveles de violencia se une los problemas climáticos y la degradación ambiental, problemas cada vez más intensificados.
Peores situaciones en el desplazamiento
El cambio climático no sólo va a ser una causa directa de estos movimientos, también contribuye empeorando las situaciones del mismo. "El 95% de todos los desplazamientos por conflictos en 2020 se produjeron en países vulnerables o muy vulnerables al cambio climático", según el informe Tendencias Globales, Desplazamiento Forzado 2020 de ACNUR.
Esto demuestra que el cambio climático está influyendo cada vez más multiplicando los riesgos en estos desplazamientos y aumentando la situación de vulnerabilidad de las personas que huyen. En este sentido, los desastres climáticos pueden contribuir a un aumento de la pobreza del país, o dificultar el acceso al agua y recursos naturales necesarios para la vida de estas personas.
El 95% de todos los desplazamientos por conflictos en 2020 se produjeron en países vulnerables o muy vulnerables al cambio climático
El propósito de ACNUR es conseguir que los Estados se comprometan más en la protección de las personas que se han visto obligadas a desplazarse "por un clima cada vez más violento".
Por eso, entre sus medidas, proponen a los países que aporten mayor apoyo tecnológico y financiero en esta causa, y reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero para prevenir estas situaciones. Pero además, piden un mayor financiamiento a los países y comunidades más vulnerables a esta situación y que contribuyan a favorecer la inclusión de todos los desplazados climáticos.
Países en la línea de fuego
Durante la intervención de ambos ponentes se han mencionado la odisea que están atravesando poblaciones de muchos países de África o Asia. Entre los países que más están sufriendo las consecuencias del impacto medioambiental se encuentra Afganistán, Bangladés, Mozambique, Somalia o Yemen.
En el caso de Afganistán, la organización asegura que "casi el total de sus 34 provincias ha sufrido al menos un desastre en los últimos treinta años". Asimismo, se trata de un país que según el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), en el Índice de Paz Global (IGP, por sus siglas en inglés), se clasifica como uno de los 3 países menos pacíficos a nivel mundial en 2021.
El aumento de las inundaciones y sequías en el país, provocan que las estimaciones en este último año no hayan sido nada halagüeñas, pues según el análisis Puntos críticos de hambre: alertas tempranas de la FAO y el PMA sobre la inseguridad alimentaria aguda en marzo de 2021 unas 5,5 millones de personas se encontraban en situación de emergencia en cuanto a la privación de alimentos.
Las oportunidades para poder mitigar los desastres climáticos en estos países son limitadas debido a la situación en conflicto. Una situación similar se vive en Yemen, donde las sequías, inundaciones, las plagas o las tormentas, además del conflicto que todavía continua latente, la población se encuentra en una grave situación de inseguridad alimentaria.
En este país, según el Programa para las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), más del 75% de la población se dedica a la agricultura y el pastoreo, por lo que son determinantes para el sustento de la población las favorables condiciones climáticas.
Una llamada a la acción
"Es realmente importante reconocer el trabajo de la gente que está en primera línea, y que están innovando con recursos limitados", de esta manera, Mamhoud, reclamaba la necesidad de apoyar a nivel técnico y humano las necesidades que surgen en terreno. Afirmaba que aquellos ya están intentando revertir y mejorar estas situaciones que sufren millones de familias, "necesitan más apoyo".
Todavía no se están cubriendo las necesidades básicas y los medios de vida de las personas en estos lugares continúa empeorando. Mamhoud, nacida en Sudán, quiere crear conciencia sobre ello, y aporta su apoyo a través de la poesía.
En este sentido, ayer presentaba Di Baladna (Nuestra Tierra), un poema que pretende sensibilizar sobre las devastadoras consecuencias que tiene el cambio climático para muchas comunidades en el mundo.
El propósito de esta poeta es claro y así lo indicaba ayer junto con Harper: "Estamos aquí, simplemente intentando abrir la mente de la gente, permitirlas actuar como iguales y preparados para innovar y cambiar a mejor las cosas".