La Policía alertó del peligro que corría el menor de Morón: los Servicios Sociales no lo vieron "urgente"

Ha pasado un mes de la desaparición del menor de Morón de la Frontera (Sevilla) y la Policía Nacional mantiene abiertas todas las hipótesis. En este sentido, este miércoles hemos podido saber que la Policía alertó del peligro que corría David Barroso, el joven desaparecido, en el mes de julio. Sin embargo, tal y como informa El Periódico, los Servicios Sociales no creyeron que la comprobación fuera “urgente”.

En concreto, el 16 de julio, los policías de la Unidad de Atención a la Familia y el Menor (UFAM) enviaron al ayuntamiento de la localidad sevillana una alerta para los Servicios Sociales. En este informe señalaban como “decadentes” las condiciones higiénico-sanitarias del menor.

No obstante, según el mismo diario, la funcionaria admitió que “se trataba de una familia de bajo riesgo y, durante el verano, no había personal suficiente para las comprobaciones”. De hecho, según la trabajadora social, se calificó así porque “era una madre volcada con sus hijos”. A pesar de ello, sí admite que vio a la madre, Macarena, el 20 de agosto, “cambiada, con un gran crucifijo en el pecho y prácticamente aleccionada”.

Muchas incógnitas

David fue visto por última vez con su madre en un hotel de Talavera de la Reina y, desde entonces, lo único que se sabe a ciencia cierta es el recorrido que realizó la madre, con problemas mentales. En este sentido, tras declarar versiones distintas, la hipótesis principal de la investigación gira en torno al asesinato de su hijo y su posterior arrojamiento a un contenedor, aunque no se descartan otras posibilidades.

El mayor avance en la investigación se produjo cuatro días después de la desaparición, cuando la Policía encontró su móvil en el contenedor de una calle cercana al domicilio, también investigado por las autoridades.

Macarena, por su parte, sigue ingresada en un centro de Segovia, donde solo ha recibido a agentes de policía, para interrogarla, y a un sacerdote de Morón de la Frontera. La visita de su hija mayor, de 19 años, sigue a la espera de valoración. 

Continúan, por tanto, las incógnitas en el caso, en el que participan agentes de Sevilla, Talavera y Madrid, que siguen trabajando en comprobar la veracidad de las declaraciones de la madre.