La odontóloga Raquel Pardo y su unidad móvil.

La odontóloga Raquel Pardo y su unidad móvil.

Sanidad

Raquel, la odontóloga sobre ruedas que cuida los dientes de la España despoblada: "Si no cuidamos los pueblos, mueren"

Recorre los pequeños municipios de Cuenca con un camión dotado de todas las herramientas para poder hacer desde un empaste hasta una cirugía.

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Son muchas las personas que pasan años sin visitar el dentista por miedo, por descuido o incluso por pereza. Sin embargo, dentro de la España rural, existe un amplio grupo de personas que, a pesar de necesitar este servicio sanitario, tienen serias dificultades para acceder al mismo ya que no cuenta con una clínica cercana, ni en su municipio ni en los pueblos colindantes. Y a esto se suma, sobre todo en el caso de las personas de la tercera edad, la falta de medios para desplazarse a las grandes ciudades. 

Esta realidad, tan triste como cierta, fue la que impulsó a la odontóloga Raquel Pardo a crear Ruraldent Móvil, una clínica sobre ruedas que acerca la salud bucodental a los pueblos de Cuenca, recorriendo la que es una de las provincias más despobladas de España para cubrir una necesidad básica.

"Mi camión está dotado de todas las herramientas y utensilios necesarios para poder hacer desde un empaste hasta una cirugía. Con él voy por los pueblos donde me necesitan acompañada de un doctor, un auxiliar y una coordinadora. La gente se sube y le hacemos lo que precise", cuenta Pardo.

Ruraldent Móvil.

Ruraldent Móvil.

"Imagínate a un abuelete de 80 años al que le duela la muela y tenga que coger un autobús para ir a la ciudad a las ocho de la mañana, sin poder volver hasta las tres porque no hay más horarios. ¿Qué hace durante siete horas si no puede ni caminar?", señala la odontóloga, "muy orgullosa" de poder ayudar a quienes más lo necesitan.

Un proyecto único en la región

Esta iniciativa, única en Castilla-La Mancha, cuenta con la colaboración de la Asociación Provincial de Pensionistas y Jubilados de Cuenca, encargada de organizar las rutas. "Cuando en un mismo pueblo hay varias personas que necesitan un tratamiento, ellos nos avisan y vamos para allá", explica. 

Pero el proyecto que Pardo maneja no acaba aquí. Si un paciente tiene una necesidad puntual, su equipo lo recoge con una furgoneta en la puerta de su casa, lo traslada hasta la clínica más cercana -tiene cuatro- y, una vez concluido el tratamiento, lo lleva de vuelta. Además, también cuenta con atención domiciliaria por si alguien tiene dificultades de movilidad. 

Casi 30 años de experiencia

Raquel Pardo podría haber trabajado en una gran ciudad como Madrid o Barcelona, pero en 1997 decidió abrir su primera clínica en su pueblo natal, San Lorenzo de la Parrilla (Cuenca), una localidad con poco más de mil habitantes. Actualmente también dispone de consultas en Mota del Cuervo, Villar de Cañas y Cuenca capital.

"Yo siempre he apostado por los pueblos porque pienso que aportan la tranquilidad que una ciudad no te da. Si tienes pequeños servicios que te facilitan la vida, no necesitas más. Y cuando abres un negocio en un municipio, la gente te compensa. El trato es más cercano y los vecinos confían plenamente en ti", señala la conquense, que aconseja emprender en la España Vaciada. "Si no lo hacemos, los pueblos mueren"

Con una trayectoria profesional de 28 años a sus espaldas, Pardo ha ido viendo cómo sus pacientes de toda la vida, según van cumpliendo años, van presentando dificultades para poder acudir a la clínica. Por eso hace unos años se le ocurrió la idea de crear una unidad móvil. "Vi que había una necesidad que no estaba cubierta, y poner en marcha Ruraldent Móvil era una forma de devolver a mis pacientes todo lo que me habían dado a mí", destaca.

Raquel Pardo atendiendo a una paciente en su camión.

Raquel Pardo atendiendo a una paciente en su camión.

"Quiero extenderlo a toda España"

Sin embargo, no todo ha sido coser y cantar. "Al ser el primer proyecto de este tipo en Castilla-La Mancha, no había una normativa. Necesitaba muchas licencias y estaba perdida, así que contacté con un empresario de Murcia que había hecho algo parecido y él me supo guiar. Además, se iba a jubilar y me vendió su camión", cuenta Pardo. 

Ahora, su idea es extender el servicio a toda la región e intentar que finalmente llegue a todos los pueblos de España. "¿Por qué no? Hay que soñar en grande y sé que vamos a ser internacionales", subraya.

"A todo el mundo le encanta el proyecto, me estoy rodeando de gente muy valiosa y estoy formándome poco a poco. Todos me dicen que es un negocio muy escalable, ya que no solamente es rentable económicamente halando, sino que socialmente tiene mucho de corazón", concluye.