El Casco histórico será el único barrio de Toledo en el que se establezca de forma permanente una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). No obstante, su puesta en marcha no prevé modificar el funcionamiento de los sistemas de control de accesos al mismo mediante pilonas retráctiles.
Así consta en la memoria técnica que forma parte de la documentación asociada a la consulta ciudadana que el Ayuntamiento ha habilitado en su página web. Este proceso de participación, que estará abierto hasta el 5 de septiembre, es previo a la redacción de la nueva Ordenanza que marcará las restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero en la capital regional.
El hecho de que el ámbito de aplicación de las medidas asociadas a la limitación de acceso a vehículos contaminantes se circunscriba al barrio amurallado no quiere decir que el Ayuntamiento descarte la posibilidad de establecer futuras ZBE de carácter temporal en función de los datos que recojan las estaciones de contaminación ambiental de la ciudad. En total hay previstas cuatro bases de control de calidad del aire que se instalarán en el Ayuntamiento de Toledo, la ronda de Buenavista, en el paseo de la Rosa a la altura de la avenida de Santa Bárbara y en la biblioteca pública del barrio del Polígono.
El equipo de Gobierno que ya ha recibido unas doscientas sugerencias de vecinos, asociaciones, ONG y empresas sobre la aplicación de la ZBE, cuya implementación es obligatoria para todas las ciudades con más de 50.000 habitantes, está a la espera de que se cierre el trámite de consulta pública para comenzar la redacción de la nueva Ordenanza Reguladora, que tendrá como base el modelo propuesto por la Dirección General de Igualdad y Política Institucional de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), aunque también se tendrán en cuenta algunas de los aspectos que recoge el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de la ciudad de Toledo.
“Estamos recibiendo más dudas sobre su aplicación que aportaciones”, reconoce el concejal de Movilidad, Iñaki Jiménez, que espera que la Zona de Bajas Emisiones pueda entrar en vigor el 1 de enero de 2025. Las cámaras y el resto de la infraestructura tecnológica que hay que desplegar deben quedar instaladas el 31 de octubre, mientras que la Ordenanza tendrá que ser aprobada de forma definitiva antes de fin de año.
Críticas del PSOE
Por su parte, el grupo municipal socialista critica la “falta de transparencia” del equipo de Gobierno en la implantación de las ZBE en la ciudad de Toledo. Su portavoz, Noelia de la Cruz, considera que el bipartito municipal del PP y VOX están vendiendo la zona de bajas emisiones “como algo que no es” y recuerda que en la anterior legislatura se planteó como “un proyecto integral para toda la ciudad”. “La subvención estaba circunscrita al proyecto que se presentó, pero no sabemos si han modificado algo o no”, subraya De la Cruz, que lamenta que no se haya convocado ya una Comisión para hablar de este asunto. “Pediremos explicaciones”, concluye.
El Ayuntamiento de Toledo es consciente de los recelos que causa la aplicación de unas medidas que incidirán sobre el tráfico rodado y el estacionamiento. Por ello, la memoria técnica que acompaña a la consulta ciudadana insiste en que ni la zona de bajas emisiones ni su ordenanza reguladora se plantean desde una “perspectiva de restricción de derechos o imposición de obligaciones que generen un perjuicio económico a los toledanos”.
Instrumento correctivo y no coercitivo
Gracias, entre otras cosas, a que Toledo no tiene la problemática de contaminación derivadas de la movilidad urbana, que presentan otras ciudades españolas. “Está planteado como un instrumento correctivo de las inercias actuales para evitar dichos problemas en el futuro”, concluye el documento municipal que subraya que "el planteamiento se basa en la corresponsabilidad ciudadana".
La Ordenanza tipo consensuada en el seno de la FEMP regula tanto las zonas de bajas emisiones (ZBE) como las zonas de especial sensibilidad (ZES). Estas últimas pueden establecerse en los entornos escolares o hospitalarios, o en las proximidades de las residencias de ancianos.
El cuerpo normativo consta de un preámbulo y 17 artículos en los que se recoge la delimitación del perímetro de las ZBE, su señalización, los vehículos que pueden acceder ya sea de forma permanente o temporal, las condiciones de estacionamiento dentro de las zonas de bajas emisiones, las medidas específicas de restricción del tráfico ante episodios de contaminación.
Los dos últimos artículos hacen referencia al régimen sancionador y al importe de las multas en caso de infracciones consideradas graves. Entre ellas se encuentra el incumplimiento de la prohibición de circular dentro de la ZBE por parte de los vehículos no autorizados. Las infracciones graves, en el modelo de la FEMP, se sancionan con una multa de 200 euros. Una cantidad que puede incrementarse en un 30% en el caso de reincidencia.
Carga y descarga
El Ayuntamiento de Toledo además de trabajar en la elaboración de la Ordenanza sobre la Creación y Gestión de las Zonas de Bajas Emisiones también está inmerso en la reforma del texto normativo que regula la movilidad en la capital regional. Una de las principales modificaciones que se establecerán tiene que ver con el régimen de carga y descarga.
En este ámbito, el siguiente paso lo dará mañana la Junta de Gobierno Local que aprobará el inicio de una consulta pública ciudadana para que los toledanos puedan realizar sus aportaciones como ya se ha hecho con la Ordenanza de Gestión de las Zonas de Bajas Emisiones o con la de mercadillos.