Pepe Rodríguez se crió en el restaurante familiar El Bohío, en Illescas (Toledo), fundado como casa de comidas por su abuela Valentina y su tía abuela Romana. Allí empezó a trabajar como camarero cuando terminó el instituto y, cuando su madre no pudo hacerse cargo de la cocina, él y su hermano empezaron a turnarse entre los fogones. Fue en ese pequeño negocio, que hoy en día cuenta con una estrella Michelin, donde descubrió su verdadera vocación.
Durante esos años, conoció a los principales chefs españoles y la cocina se convirtió en su pasión. Tal ha sido desde entonces la calidad de sus platos que ha recibido numerosos premios por su buen hacer. Además, en 2013 dio el salto a la televisión para formar parte del jurado de MasterChef junto a Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera.
Ahora, Pepe ha accedido a someterse al test del verano que este periódico propone semanalmente a algunos de los rostros más conocidos de Castilla-La Mancha.
Pregunta. ¿Cuál ha sido el verano de su vida?
Respuesta. Bueno, la verdad es que he tenido muchos veranos maravillosos… Quizás el que más recuerde sea uno en donde tuvimos el restaurante cerrado durante tres meses debido a una obra muy importante. Yo tendría 19 años o por ahí y pude disfrutar esos tres meses como un niño, de fiesta en fiesta, con amigos, exprimiéndolo al máximo.
P. ¿Y cómo imagina el verano soñado que está por llegar?
R. -Se ríe- Como dice el refranero, "lo mejor está por llegar", pero no, la verdad es que no tengo ningún verano soñado. Siempre intento que cada verano, ya sean unos días o una semana, se convierta en el soñado. Ahí creo que está la clave.
P. ¿Qué es lo que más le gusta y lo que más detesta del verano?
R. Pues lo que menos me gusta del verano justo es el calor si hay que trabajar. Siempre digo que el calor está para los que no trabajan. Y lo que más me guste quizás sean esas cuantas horas más de sol, que al final son más horas de vida, de compartir, de beber, de disfrutar.
P. ¿Cuál es la bebida que más disfruta en este tiempo?
R. Soy un fiel del vino, ya sea con calor o frío. Un vino blanco, tinto, o incluso champán, es la mejor bebida del mundo.
P. ¿Qué fruta veraniega no falta en su nevera?
R. Unas rodajas de melón bien frío no pueden faltar ahí.
P. Si solo pudiese comer un helado más para el resto de su vida, ¿cuál elegiría?
R. Siempre de chocolate.
P. Deme un consejo para soportar las noches tropicales y poder dormir…
R. Acostarse muy tarde. Es cuando más fresquito se está.
P. ¿Ha experimentado lo que es vivir un amor de verano?
R. Yo ya estoy muy mayor para eso, aunque me enamoro constantemente cada verano. Eso sí, siempre de la misma persona.
P. ¿Hotel, apartamento turístico o residencia familiar?
R. ¡Hotel cinco estrellas gran lujo! Después de probar eso, el resto ya ni mencionarlo.
P. ¿Alguna manía a la hora de hacer la maleta?
R. La verdad es que no tengo. Echo lo básico, soy muy elemental a la hora de hacer una maleta. Lo único que importa es que la cartera esté llena, el resto ya da más igual.
P. ¿Disfruta más la playa o de la piscina?
R. Pues depende para qué, pero playa.
P. ¿Y es de estar en la arena o prefiere el chiringuito?
R. En el chiringuito... con arena.
P. ¿Tomando el sol o bañándose?
R. Bañándome, sin duda alguna.
P. ¿Estando de vacaciones perdona la siesta? ¿De cuánto tiempo?
R. Estando de vacaciones no perdono nada, hago de todo y en exceso si puedo.
P. ¿Teléfono apagado o encendido?
R. Lo llevo encendido, aunque lo miro menos y, sobre todo, cuando creo conveniente.
P. ¿Nos recomienda una canción y un libro para este verano?
Una canción... Aquella que me deje dormido cuando esté echando la siesta. Y un libro, pues cualquiera que te sumerja en la historia. Por ejemplo, alguno de Juan Gómez Jurado.
P. Y si tuviese que irse de vacaciones con un famoso o un personaje histórico. ¿A quién elegiría?
R. ¡Con un famoso no me iría jamás! Que pereza… No dejaría de contarme cosas que no me interesan nada. Así que seguramente me tocaría irme con un personaje histórico. Pero si me voy con mi mujer y mis hijos es con quien mejor me lo paso.