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Una zona tan seca y que sufre tanto en época estival como la comarca de los Montes de Toledo, hace que, desde tiempos inmemoriales, jóvenes y mayores mitigaran sus calores en las albercas que regaban las huertas. El agua recién sacada de los pozos hacía que los calores extremos de esta parte de la península fueran suplidos con baños en agua tibia, que, pese a las horas de sol, siempre refrescaban a uno y lo ayudaban a poder dormir.
Pero la modernidad hizo que las albercas desaparecieran y las piscinas municipales y privadas ocuparan la función que tenía esta construcción.
Nuestra ruta de las piscinas por los Montes de Toledo comienza en San Pablo de los Montes, un pueblo que siempre ha sido conocido por sus numerosas piscinas, por su paraje natural y por una gastronomía que hace las delicias de los paladares más exquisitos. Sus piscinas, rodeadas de un entorno natural y con mucha sombra, fueron desde hace tiempo lugar de peregrinaje estival, eso sin contar con sus balnearios.
En la comarca de La Jara nos encontramos un paraje más verde, regado por los ríos Pusa, Sangrera o Gévalo, pero los veranos también son duros y hacen que estos ríos y arroyos apenas tengan caudal. Sus huertas ofrecen una gran variedad de frutas y verduras y entre sus piscinas destacamos la de San Bartolomé de las Abiertas.
En La Mancha toledana el clima es árido y las tardes son abrasadoras, de ahí que en esta zona los trabajadores empiezan su jornada laboral antes, para evitar las inclemencias del sol abrasador. Para terminar una jornada laboral calurosa, tenemos la piscina municipal de Urda, con la Sierra Calderina como paisaje de fondo, el río Amarguillo y sus monumentos como el Museo de Guerrero Malagón o la Ermita del Cristo, lugares frescos y tranquilos para evitar la calefacción central de las calles manchegas.
Nos acercamos a la capital provincial y discurriendo por el Arroyo la Rosa se sitúa la zona deportiva de Cobisa, una localidad que ha ido creciendo muy rápido en estos últimos años. Su piscina, rodeada de pinos y sombras, ofrece un lugar tranquilo para pasar la tarde.
Para finalizar nuestra ruta, proponemos otro pueblo cercano a la capital, Polán, localidad de la que sus postres son un claro referente. Polán alberga junto con Burujón parte del Embalse del Castrejón, embalse donde está prohibido el baño, pero que guarda uno de los parajes más bellos de la provincia, las Barrancas del Castrejón. No si antes refrescarnos en la piscina municipal de la localidad.