En 1980, los vecinos de Pelegrina (Guadalajara) -una pedanía de Sigüenza con apenas 15 habitantes- decidieron levantar un bonito mirador en homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente por la gran labor de divulgación ambiental que llevó a cabo en los años 70, siendo este espacio el elegido para grabar numerosas escenas.
Se trata de un lugar emblemático y de parada obligada para los amantes de la naturaleza en el que se puede disfrutar de unas impresionantes vistas al cañón del río Dulce y donde existe la posibilidad de observar los fenómenos geológicos de los farallones calizos y los procesos kársticos que modelan el paisaje.
El mirador se sitúa en la carretera GU-118, a 9,3 kilómetros de Sigüenza. Una vez allí, se llega a un pequeño aparcamiento específico para el mirador y tras cruzar la carretera, a escasos metros, se encuentra la fantástica atalaya.
Observación de aves
Además de sus espectaculares vistas, los visitantes también pueden observar una enorme comunidad de aves. Buitres leonados, alimoches, halcones peregrinos y otras más pequeñas como las chovas piquirrojas, los aviones roqueros o los vencejos reales. Esta última especie, poco frecuente en el centro peninsular, cuenta aquí con una pequeña población que posiblemente sea la única que se puede encontrar en toda la Sierra Norte de Guadalajara.
Desde el mirador es bastante habitual ver cómo estas maravillas de la aerodinámica hacen las delicias de los aficionados a la ornitología con sus vuelos acrobáticos y sus persecuciones.
Barranco del río Dulce
Es necesario saber que el Barranco del río Dulce cuenta con la figura de protección de Parque Natural, declarado en 2003 e integrado en la Red de Espacios Protegidos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, además de estar también protegido a nivel europeo bajo el paraguas de las figuras de LIC (Lugar de Interés Comunitario) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves).
Desde ADEL Sierra Norte, asociación que promociona el turismo anteponiendo el respeto y las buenas prácticas en el medio natural, recomiendan la visita en primavera u otoño, tanto al mirador como al Parque Natural, ya que en estas estaciones es posible disfrutar mucho más de los matices y colores de la naturaleza con una climatología más favorable.