Exhumación en Manzanares. Foto: ARMH

Exhumación en Manzanares. Foto: ARMH

Ciudad Real MEMORIA HISTÓRICA

Identifican al primero de los cuerpos exhumados en las fosas comunes de Manzanares

Las muestras genéticas extraídas de sus restos han sido contrastadas con las de su hija. 

17 febrero, 2022 17:55

Las pruebas de ADN han dado positivo en el proceso de identificación de Francisco Martín-Carnerero Alcarazo, uno de los hombres que fueron exhumados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) en dos fosas comunes del cementerio de Manzanares (Ciudad Real).

Las muestras genéticas extraídas de sus restos han sido contrastadas con las de su hija María (91 años), que a la mayor celeridad recibirá los restos de su padre para poder darle una sepultura digna, ha informado la Asociación en un comunicado.

Francisco Martín-Carnerero Alcarazo era vecino de Manzanares. Ingresó en la Policía Municipal en febrero de 1936 y permaneció en ella hasta que fue movilizado con el Ejército de la República en mayo de 1938.

Afiliado a la UGT, fue detenido tras el final de la guerra, el 6 de abril de 1939, y condenado a pena de muerte por adhesión a la rebelión en el juicio sumarísimo 2828 que se celebró el 18 de junio de ese mismo año. En cumplimiento de la condena por parte de un tribunal militar fue asesinado el 25 de octubre de 1940 cuando tenía 36 años y enterrado en una fosa común en el cementerio municipal de Manzanares.

Otros 20 hombres

Su cuerpo junto al de otros 20 hombres fue exhumado el pasado mes de mayo por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y esta es la primera de las identificaciones que se llevan a cabo para devolver la identidad a estas personas y permitir que sus familias después de 40 años de dictadura y 40 de democracia puedan entrar los donde consideren oportuno.

Tanto los costes de la exhumación como los de las pruebas de ADN han sido sufragados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica que para ello no pide subvenciones por estar en contra de un modelo en el que crímenes tan graves no se tratan como derechos humanos y por tanto universales. Sus recursos salen de sus socios y socias donantes y del trabajo voluntario que llevaron a cabo en el cementerio de Manzanares un grupo de arqueólogos forenses y personas que han dedicado su tiempo y su esfuerzo a permitir esta reparación para las familias.

En diciembre del año 1981 su viuda, Josefa Peñuelas, solicitó por escrito al Ayuntamiento de Manzanares que se dignificara con un tumbón (una placa de mármol) y se pusiera el hombre de todos los nombres que se conocían entonces de los asesinados en la Fosa 4.