Los padres condenados por el asesinato de sus dos bebés en Caudete (Albacete), con algo más de un año de diferencia y cuando ambos tenían cuatro meses, han sido condenados a penas de más de 50 años de cárcel. En el caso de la madre, A. M. G., son mayores que en el caso del padre, G. R. T.
Así se ha dado a conocer este viernes en la sentencia de la magistrada de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete, que ha impuesto una pena de cinco meses de cárcel a la abuela paterna, M. G. T. S., como cooperadora en la comisión por omisión de un delito de maltrato habitual, aunque ha sido absuelta del delito de homicidio por imprudencia.
Según EFE, la madre ha sido condenada a 45 años de cárcel por los delitos de asesinato, así como a otros 17 años y medio por los cinco delitos de lesiones y más de tres años y medio por los dos delitos de maltrato habitual. Por su parte, al padre le han impuesto 40 años de cárcel por los dos delitos de asesinato; diez años más por los cinco de lesiones y tres años y medio por los delitos de maltrato habitual.
Sucesión de los hechos
Tal y como informó EL ESPAÑOL – EL DIGITAL CLM, el escrito de acusación detalla que, en septiembre de 2017, nació un hijo de los procesados y que, desde su nacimiento, le sometieron “a un ambiente hostil, desatendiendo sus llantos y poniendo la música alta para evitar escuchar sus llantos” y que, además, le propinaban golpes.
El escrito recoge fuertes episodios de violencia contra el menor al que, incluso, le fracturaron un hueso y por el que no acudieron a que recibiera asistencia sanitaria.
Además, cuando el bebé tenía 4 meses, el 19 de enero de 2018, de madrugada, “de común acuerdo, lo sujetaron y le golpearon la cabeza contra una superficie dura, de forma violenta”.
Golpes con violencia
El bebé agredido ingresó en el Hospital de Albacete en estado grave y se le diagnosticó muerte cerebral el 23 de enero de ese año, por el que se abrió un proceso judicial en Almansa (Albacete) por estos hechos.
El fiscal ha añadido que el 18 de febrero de 2019 el matrimonio tuvo otro hijo y siguió viviendo en Caudete, y ha detallado que, como con su anterior hijo, le golpeaban “con violencia”.
El escrito expone que el matrimonio, en lugar de llevar al niño al médico por sus lesiones tras las agresiones, pedían consejo sobre las mismas a la madre de él -abuela del menor- que ”aconsejaba a los padres no acudir a los servicios sanitarios, ya que ella podía curarlo practicando artes de curandería”.
El 23 de mayo de 2019 el matrimonio, “de común acuerdo”, asestó al menor fuertes golpes que le fracturaron diversas costillas, siempre según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, unas lesiones que le produjeron una insuficiencia respiratoria que hubiera requerido de ingreso hospitalario.
El escrito detalla que el menor no fue llevado a ningún centro sanitario y recibió “medidas de curandería” por parte de su abuela.
Los episodios violentos siguieron y en la madrugada del 29 de junio de 2019, con cuatro meses de edad, el menor murió en su domicilio a consecuencia de los golpes que recibió, de nuevo, en las costillas y que le produjeron un colapso respiratorio y una grave insuficiencia respiratoria.