Las obras de rehabilitación y reforma de la antigua Comisaría del Paseo Simón Abril de Albacete han dado comienzo, con una inversión de 1,4 millones de euros y la previsión de que estén terminadas en 15 meses. "Para febrero de 2022 habremos ganado este espacio para la ciudad", ha dicho el alcalde, Vicente Casañ, tras anunciar el arranque de esta obra.
Acompañado del vicealcalde, Emilio Sáez; el concejal de Obras e Infraestructuras, Arturo Gotor, y el concejal de Urbanismo y director de EDUSI, Roberto Tejada, han comprobado el inicio de los primeros trabajos que harán posible la rehabilitación de edificio que construyó hace 91 años el arquitecto Francisco Fernández Molina, como casa familiar de José Escobar y que posteriormente fue utilizada como Comisaría de la Policía Nacional.
Esta rehabilitación se financia en un 80% con fondos del Programa Operativo Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), según ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.
El alcalde ha valorado como "muy positivo" el "cambio de rumbo" que se dio al destino de este edificio, pues el actual Equipo de Gobierno decidió que en lugar de las oficinas de la Gerencia de Urbanismo, acogiese un espacio para la participación ciudadana y una sala de estudios y biblioteca. "Hay obras que trascienden mandatos, y ésta es una de ellas, y nosotros creímos importante que este edificio no tuviera una vinculación administrativa, sino que tuviera un uso cultural y lo ganase la ciudadanía de Albacete", ha subrayado Casañ.
Por su parte, el director de EDUSI ha destacado que esta rehabilitación, junto con la construcción del Centro de Autonomía Personal de la calle Lepanto y el acondicionamiento de solares, son las tres actuaciones más destacadas de este programa europeo, la Estrategia de Desarrollo Urbano Integrado, "pero no son las únicas, tenemos más de 20 actuaciones EDUSI en Albacete que, como ya dijimos, van a transformar la ciudad".
El proyecto
La reforma y ampliación de la antigua Comisaría se adjudicó a la empresa albaceteña Construcciones y Contratas Elezeta, por importe de 1.398.755 euros. El proyecto de rehabilitación ha sido ideado por Proyectos ADM, cuyos arquitectos, Juan Caballero y Julián Bernabé, han estado presentes en este inicio de las obras.
Juan Caballero ha explicado que con esta rehabilitación se pretende devolver el edificio a su estado original, eliminando añadidos posteriores, como por ejemplo, las cerchas metálicas que se pusieron en un momento dado o la supresión de unos calabozos que se construyeron sobre la puerta de acceso al inmueble por la calle María Marín.
El elemento más singular de este edificio, como es su torreón y su fachada, se conservará -de hecho, el inmueble está protegido en el Plan General de Ordenación Urbana-, y solo se intervendrá en ella para reparar y reponer los elementos ornamentales dañados con el paso del tiempo.
Consta en el Archivo Municipal la licencia original de este edificio, cuyo proyecto original data de 1929. El promotor fue José Escobar Bordoy, que encargó al arquitecto Francisco Fernández Molina la construcción de una casa familiar, para lo que el arquitecto empleó materiales muy heterogéneos y sistemas constructivos muy diversos.
La casa original tenía en la planta primera los dormitorios y los gabinetes de la familia y una estructura de madera compuesta por cercha española que soportaba la cubierta del cuerpo principal, abierto a Simón Abril. En algún momento esa estructura se sustituyó por otra metálica, por lo que ahora se recuperará esta cercha de madera y se dejarán vistas, para crear cierta sensación de calidez y acogida en las salas de estudio.
Doble entrada
El proyecto de rehabilitación que se llevará a cabo prevé recuperar el acceso que este inmueble tuvo por la calle María Marín. Así, el edificio tendrá una doble entrada, esta por María Marín y la conocida por el Paseo Simón Abril.
Las obras se han proyectado en base a dos ideas principales: eliminar las barreras arquitectónicas para hacer el inmueble accesible y buscar que sea lo más diáfano posible y flexible en cuanto a los espacios destinados al público.
La planta sótano se destinará a espacio de participación ciudadana (Laboratorio Urbano), que estará dotado con salón de actos de 52 butacas que se construirá ocupando parte del patio trasero, espacio al aire libre con el que quedará conectado. En este patio trasero además se creará un jardín vertical cubriendo parte de la medianera.
En la planta baja se situará la biblioteca que sustituye a la actualmente ubicada dentro del Parque de Abelardo Sánchez y contará con sala de lectura infantil, sala informática, sala de lectura general y sala de lectura y prensa; mientras que la planta primera se habilitará una sala de estudios con 80 puestos. La última planta, la zona de torreones, será destinada a zona de cafetería, siendo su espacio el más pequeño del edificio (41 metros cuadrados).
El edificio ha llegado hasta nuestros días, después de 13 años de desuso y habiendo tenido otras finalidades, quizás la más conocida por reciente fue la de Comisaría de la Policía Nacional, destino que tuvo hasta que en 2007 este cuerpo policial se trasladó a su nueva Comisaría en el Puente de Madera.
En todo este tiempo, el edificio ha permanecido en estado de abandono, tan solo se intervino en 2016, cuando se derribaron las cocheras que daban servicio a la comisaría, y en 2017, año en el que se realizaron unas catas para comprobar el estado de su estructura. El edificio, además, ha padecido un problema añadido de intrusión de palomas.