Emiliano García-Page y Paco Núñez, en su encuentro del pasado 16 de julio en el Palacio de Fuensalida.

Emiliano García-Page y Paco Núñez, en su encuentro del pasado 16 de julio en el Palacio de Fuensalida.

Región CONSENSO DE LOS DOS GRANDES PARTIDOS

Las ventajas que el idilio político de Page y Núñez tiene para el PSOE y el PP en Castilla-La Mancha

El grupo político de Vox se queda fuera de los consensos alcanzados por socialistas y populares en las Cortes castellano-manchegas.

28 julio, 2024 12:23

Tal vez se exageran un poco los términos si se califica como "histórica" la imagen del encuentro oficial que el pasado 16 de julio mantuvieron el presidente socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el presidente regional del PP, Paco Núñez, pero algo de extraordinario sí hay en el fondo y el significado de ese posado en el Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia de la Junta.

Oficialmente, Page y Núñez llevaban cuatro años sin reunirse y entre ellos nunca ha habido ninguna corriente química que les llevara a empatizar, chocando rutinariamente en todas sus posiciones políticas, de manera que el episodio del consenso escenificado este verano con el eje del nuevo Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, y todo lo que ha venido después, sí tienen un punto de histórico y una pizca de sustancia.

Es probable incluso que la fotografía tenga más significado de fondo que un simple apretón de manos y una sesión de "buenrrollismo" político en las Cortes autonómicas. Eso ya se verá en el futuro, que el tiempo siempre dará su veredicto, pero el consenso del nuevo Estatuto, después de un año de negociaciones, es un hecho políticamente relevante del que la sociedad castellano-manchega tendrá que salir beneficiada. De otra manera, toda la parafernlia no tendría ningún sentido.

Cuarenta años después

Así que, a priori, la reforma del Estatuto, cuarenta años después, muestra el camino del futuro que PSOE y PP, los dos grandes partidos de Castilla-La Mancha y de España, están diseñando a largo plazo para la región y tiene el significado de poner de acuerdo a las mayorías en los principales "asuntos de Estado" que forman el eje del desarrollo de la comunidad autónoma.

Que esto sea el principio de una larga amistad, el inicio de un nuevo tiempo de colaboración, es un futurible improbable, pero sí sienta las bases de un posible entendimiento de mayor alcance en todo aquello que sea fundamental. Habrá que ver más adelante la talla verdadera de Page y Núñez, su verdadero liderazgo más allá de sus particulares intereses políticos, pero el sendero que se abre resulta, en todo caso, interesante.

Y está lleno de ventajas. La primera es que el pacto del Estatuto ha conseguido ya promover otros consensos, mejores o peores, para la nueva ley electoral de Castilla-La Mancha y la llamada ley de Integridad Pública, caricaturizada por Vox como la "ley de la paguita", y esa vía tal vez pueda abrir otros grandes acuerdos de socialistas y populares. El propio Núñez ha propuesto a Page hasta seis grandes pactos de largo alcance para la región en materia de agua, bienestar social, economía y empleo, promoción, juventud y fiscalidad.

59 diputados

Además, como se sabe, la reforma electoral traerá consigo un asunto que tiene su polémica: ampliar hasta 59 escaños el arco parlamentario de las Cortes de Castilla-La Mancha frente a los 33 asientos actuales, un añadido político que para Vox es absolutamente innecesario y un gasto en cargos que nadie necesita. Donde socialistas y populares ven un avance en la representatividad regional y el trabajo del Parlamento, el partido de Santiago Abascal no encuentra más que derroche y promoción política. Cuestión de pareceres.

En todo caso, la colaboración de Page y Núñez trae otras posibilidades en el orden del liderazgo y la estrategia política. Al presidente socialista de la Junta le sitúa más aún en el eje central de la política en Castilla-La Mancha y le consolida como líder transversal de la sociedad regional, ese "medio-centro" moderado y socialdemócrata que, además, le pone enfrente de lo que hoy representa Pedro Sánchez para el PSOE, el giro radical que ha dado el sanchismo totalmente fuera de la centralidad política. Sánchez es el hombre que levanta muros, Page es quien los derriba, esa es la idea que sobrevuela todo esto.

El castellano-manchego medio tiene un motivo más para votar a Page, al margen de que su perfil sea de derechas, de izquierdas o de cualquier otra opción, y eso al presidente socialista de la Junta le deja en la mejor posición posible para repetir, si quiere, como candidato a la Presidencia de la comunidad en mayo de 2027, encaramado, además, en su mayoría absoluta actual.

Política de Estado o "pasteleo"

Ese perfil de "hombre de Estado" también le suma puntos, obviamente, a Paco Núñez, situado en un nuevo escenario en el que, más allá de sus profundas discrepancias con Page y el PSOE, ha sabido llevar al PP castellano-manchego hacia una posición que muestra el sentido real de la política: diálogo y acuerdo para mejorar la vida de la gente, por mucho que a Vox todo esto le parezca "pasteleo" del sistema político tradicional.

Núñez gana imagen de líder conciliador y futurible presidente de la Junta, y eso lo ha visto claro a la hora de plantear su colaboración con los socialistas, por no citar la obviedad de que desmarca al PP de la posición de Vox en un contexto nacional en el que, como se está viendo por las encuestas, la distancia con el partido de Abascal favorece al partido de Alberto Núñez Feijóo. También en Castilla-La Mancha, por mucho que los acuerdos se mantengan en ayuntamientos y diputaciones. 

Así las cosas, Page y Núñez, PSOE y PP, han iniciado un camino que, aunque no termine de ir mucho más allá del Estatuto y las leyes que giran a su alrededor, sí están mostrando un sentido positivo de la esencia política, al contrario de lo que ocurre en España: el diálogo de las grandes mayorías promueve mejoras para la sociedad. Que todo esto sea sólo un espejismo y, al final del trayecto, culmine en una pura apariencia es una cierta posibilidad que no se puede adelantar, pero parece que la música puede estar sonando bien. La letra, ya veremos.