La condonación de 15.000 millones de la deuda de Cataluña con el Estado, es decir una quita del 20 por ciento como una de las muchas regalías que Pedro Sánchez está concediendo al independentismo a cambio de su investidura, está provocando un progresivo movimiento de rebelión en el resto de las comunidades autónomas al que no está siendo ajena Castilla-La Mancha. El trato privilegiado que han exigido a Sánchez los separatistas no ha caído nada bien en la España autonómica.
Desde el propio Ejecutivo regional las cuentas ya están echadas: el perdón de Sánchez a Cataluña supone una condonación mínima de 2.200 millones para la comunidad castellano-manchega si se aplica ese mismo criterio de generosidad con los catalanes. El Ejecutivo de Page ha estimado, además, un ahorro de intereses de 250 millones de euros como consecuencia de la quita.
La cifra podría ir incluso más allá de esos 2.450 millones totales para Castilla-La Mancha, ya que se trata de una de las regiones peor financiadas por parte del Estado, junto a Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana, tal como recuerdan fuentes del Gobierno de Page en declaraciones a EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM.
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De hecho, los presidentes autonómicos andaluz y valenciano, Juanma Moreno Bonilla y Carlos Mazón, están pidiendo ya el mismo trato y es altamente probable que Page también plantee la misma posición de una manera oficial ante Sánchez.
Actualmente, Castilla-La Mancha tiene una deuda de 11.000 millones de euros a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), aunque es previsible que el Gobierno autonómico reclame, además del 20 por ciento de la quita, un modelo de financiación que mejore el sistema actual y compense ese déficit de "infrafinanciación", igual que está haciendo ya Moreno Bonilla en Andalucía a través de lo que ha denominado "fondo de compensación".
Café para todos
La cifra para Castilla-La Mancha, si se establecerían los criterios que Sánchez ha concedido a Cataluña, supondría mucho más alta de los 2.450 millones calculados por el Gobierno de Page. La mejora de la financiación ha sido reivindicada en algunos momentos por el Gobierno castellano-manchego, aunque la quita catalana parece que ha vuelto a movilizar a la España autonómica en esta misma dirección. "Si Cataluña recibe ese privilegio, ¿por qué el resto no?", parece ser el criterio a seguir a partir de ahora.
Así las cosas, habrá que ver los movimientos de Page en este sentido, pero desde el Gobierno de Castilla-La Mancha la aplicación del mismo criterio parece bastante clara y se han apresurado a echar unas cuentas en las que la sociedad castellano-manchega también quiere su parte. El sistema "bilateral" de financiación que Sánchez ha pactado con ERC tampoco parece haber caído mucho en la región.
Sobre este asunto, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado este viernes desde Ciudad Real que "todos tenemos deuda y, además, abundante", por lo que ha considerado que el hecho de que la Generalitat catalana negocie una quita con el Gobierno de España es algo "normal" y que "no debería levantar ningún tipo de discusión ideológica" ya que "conviene que el conjunto del país haga un esfuerzo".
Sin embargo, Page ha advertido de que si a Cataluña se le quita un 20 % de la deuda con el Estado "tiene que ser" y "va a ser" igual para todas las comunidades autónomas, porque "es lo que establece la legislación". En ese sentido, el dirigente castellano-manchego ha afirmado que se "fía" y no tiene "la más mínima duda" del Gobierno.
Aunque ha recordado que Castilla-La Mancha, junto a la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, es una de las regiones "objetivamente infrafinanciadas" según un baremo del propio Estado, por lo que para que "el trato sea justo" deberán tener "una quita algo mayor" que Cataluña, que forma parte del grupo de regiones con una financiación estatal por encima de la media.