Hay que ver qué maravilloso bofetón dialéctico a cuenta de los transportistas le ha dado la consejera portavoz de la Junta, Blanca Fernández, al exlidercito de Podemos en Toledo, Pedro Labrado, ese hombre. Cuando un genio coge la linde no hay que despistarle, no vaya a perderse, pero Blanca Fernández no ha podido resistir la tentación y ha montado el otro día un impagable hilo de respuesta en Twitter que ha dejado tiritando al faltón y verborreico Labrado, siempre tan ágil y locuaz para el insulto. Este papel digital lo ha contado en un par de piezas sin desperdicio, pero el caso es que la consejera ha puesto en su sitio a un tipo que “desde el sillón de su casa, calentito y con el móvil en la mano” quiso cuestionar a los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha y se llevó un zasca monumental para el recuerdo. Qué torpe, el tío: la izquierda pija dando clases.
Y es que el mundo a veces anda del revés, aleccionando a media humanidad aquellos que tendrían que volver al instituto. Maestros Ciruela. Pero, en fin, presten atención a la figura de la portavoz del Gobierno de Emiliano García-Page y consejera de Igualdad porque tiene un futuro muy prometedor. Ya lo verán: Blanca Fernández cada vez lo hace mejor, tiene perfil propio y una personalidad política ascendente, tranquila pero arrolladora, que ya veremos qué horizonte tiene. Y encima es peleona y no se calla, con lo que a mí eso me gusta. Una apuesta firme de futuro.
Aunque el pelotazo mediático del mes lo ha dado este fin de semana en Marca el gran periodista manchego, escritor y director de Fenavin, Manuel Juliá, mi admirado hombre en Puertollano, con un artículo fuertecito contra el futbolista del Real Madrid Gareth Bale, al que llama “parásito galés” y del que dice literalmente que chupa la sangre y los euros del club “sin aportar nada a cambio”, que es una desgracia futbolística y que desprecia y se cachondea del equipo que paga su estratosférico salario. El tal Bale no se ha quedado calladito, sino todo lo contrario, y ha lanzado a su vez contra Juliá un comunicado en el que habla de “periodismo calumnioso, despectivo y especulativo” y que ha sido recogido por los medios internacionales en mitad de una polémica que ha dado media vuelta al mundo. Manuel Juliá, supongo, no se había visto en otra de tanto alcance como esta, pero las lindezas que Bale le ha dicho en su descargo tampoco han debido hacerle muy feliz. Dos tíos curtidos dándose de leches, aunque las del manchego estén mejor escritas y lleven más carga de profundidad. Te adoramos, Manolo.
Otro gran periodista castellano-manchego, el toledano Ángel Nodal, ha hablado, y muy bien, este fin de semana en el Porfolio de EL ESPAÑOL sobre esa excelente todoterreno del periodismo que es Almudena Ariza, a la que han dedicado un bonito reportaje como la “reportera 10” que es, ahora mismo en la guerra de Ucrania a punto de cumplir los 60 años. Nodal dice de Ariza que es la clase de periodista que todo el mundo quiere tener en su plantilla y que es una mujer dispuesta siempre a salir a buscar la noticia allí donde se produzca, incluido el fin del mundo, preciosas palabras de nuestro admirado toledano que lo ha sido todo en Televisión Española y que demuestra ser un impagable compañero. Almudena Ariza, que es maravillosa, se merece eso y mucho más. Y que viva el gran periodismo.
El tren de Cuenca y el alcalde Dolz
El llamado Plan “X Cuenca” está complicando la vida a las Administraciones socialistas y especialmente al alcalde, Darío Dolz, que no encuentran apoyos en ningún sitio y se han quedado solos. La supresión del tren convencional Madrid-Cuenca-Valencia para potenciar el AVE y el Avant sólo ha caído bien en el PSOE y todos los demás están contra, desde la oposición al resto de los partidos políticos, los sindicatos y los colectivos vecinales. Mala cosa. Este domingo un montón de gente se ha echado a la calle en Cuenca, en una de las movilizaciones más concurridas de los últimos años, para decirle a los socialistas que rechazan su proyecto, que quieren el tren convencional y que alguien tiene que dimitir por cocinar un plan que no le gusta a casi nadie. Hay mucho cabreo general y el alcalde Dolz debería echarle una pensada. También el presidente García-Page, digo yo.