Identidad, carácter, emblema. Emiliano García-Page tiene sello propio. Es el político que más se parece a su tierra. Lo que se llama un líder “transversal”, se proyecta en todos los caladeros. Podría presentarse a las próximas elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha sin el logotipo del PSOE y el detalle casi pasaría desapercibido para muchos. El presidente castellano-manchego, siguiendo la mejor tradición de la escuela de José Bono en la que “nació” políticamente, ha conseguido labrarse una identidad personal y un perfil político propios que superan y amplían las siglas del PSOE y se sitúan incluso por encima de ellas.
Page es un todoterreno de gran astucia política que conoce perfectamente la región que preside desde 2015 y, gane o no en 2023, se ha labrado una enorme popularidad que siempre suma, incluso en los momentos que, como el actual, suponen un desgaste para las siglas socialistas, sensiblemente “tocadas” bajo el mandato del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tal como reflejan la mayoría de las encuestas de los últimos meses.
A menos de un año y medio para las autonómicas de mayo de 2023, el PSOE de Castilla-La Mancha ha querido empezar el año exhibiendo músculo para impulsar la teoría de que Page sí es profeta en su tierra y está en condiciones de revalidar la mayoría absoluta de los 33 diputados que conforman el Parlamento castellano-manchego. El “efecto desgaste” de Sánchez no parece afectar al presidente de la Junta.
La mayoría con Page
Según una encuesta de IDUS 3 encargada por el PSOE regional que se dará a conocer oficialmente en las próximas semanas y a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM, el 58 por ciento de los castellano-manchegos prefiere a Page como presidente autonómico frente a un 15 por ciento que se decanta por el líder regional del PP, Paco Núñez, un dato extraído de un muestreo electoral con 4.723 entrevistas, realizadas entre finales de noviembre y primeros de diciembre, y que estos días tiene felices a los dirigentes socialistas de la región.
Los datos no son para menos. Mayoría absoluta para Page con un amplísimo respaldo que oscila entre el 49 y el 61 por ciento en todos los parámetros y franjas de edad, especialmente entre los castellano-manchegos mayores de 50 años, donde el apoyo al líder socialista supera el 60 por ciento frente a un 13 por ciento del aspirante del PP. El nivel de conocimiento de García-Page se sitúa en el 96,71 por ciento, frente a un 63,20 por ciento de Núñez.
En la comparativa del Gobierno de Page frente al anterior de María Dolores de Cospedal, un 69,61 por ciento prefiere al actual presidente socialista y considera que lo hace “mejor o mucho mejor”, mientras que el 57,45 por ciento valora a Page como más capacitado para gobernar en la región, frente a un 13,76 que ve más capaz a Núñez.
A la vista de estos datos, el secretario de Organización del PSOE regional, Sergio Gutiérrez, en declaraciones a EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM, ha minimizado las opciones de Núñez para convertirse en presidente de Castilla-La Mancha y ha dicho que la confianza mayoritaria de los votantes castellano-manchegos se inclina a favor de Page. Desanima al rival, que algo queda: “Núñez va gripado”, ha valorado el número dos del PSOE autonómico, convencido de que el actual presidente de la Junta es el favorito para gobernar en la región.
“O es presidente Page en solitario o lo es Núñez con el apoyo de Vox, esa es la batalla”, opina Gutiérrez, feliz con unos datos que confirman el sólido liderazgo regional del presidente socialista.
¿Vox decide?
Las opciones, sin embargo, miradas desde el otro lado, no parecen tan claras para el PSOE. Una encuesta de NC Report encargada por el PP de Castilla-La Mancha el pasado mes de octubre, y a la que también ha tenido acceso EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM, pone de relieve que el PSOE tiene muy comprometida su mayoría absoluta en Castilla-La Mancha y que la hipótesis de la reelección de Page es “altamente complicada”, según fuentes del PP.
Este sondeo atribuye un empate a 15 escaños entre el PSOE y el PP sobre los 33 diputados autonómicos actuales, dejando los tres restantes para Vox y expulsando del Parlamento regional a Ciudadanos, actualmente con cuatro escaños.
Pese a este pronóstico que dejaría a Page fuera del Palacio de Fuensalida, la encuesta de NC Report otorga al presidente socialista de Castilla-La Mancha una popularidad del 98 por ciento, frente al 91 por ciento que atribuye a Núñez, una marca récord que tal vez no alcance ningún otro presidente autonómico del PSOE en estos momentos y que deja a Sánchez, desde luego, por debajo y a gran distancia en la valoración de los castellano-manchegos.
Castilla-La Mancha suspende a Sánchez pero no a Page
De hecho, según la gran encuesta de SocioMétrica publicada esta semana por EL ESPAÑOL, los castellano-manchegos suspenden mayoritariamente a Sánchez como presidente del Gobierno, que sólo convence a cuatro de cada diez ciudadanos en esta comunidad autónoma. Los castellano-manchegos puntúan al presidente del Gobierno con una nota de cuatro sobre diez, y no deja de ser llamativo que en una comunidad gobernada con mayoría absoluta por el PSOE, los ciudadanos suspendan tan ampliamente al líder nacional de los socialistas e inquilino de la Moncloa, y le sitúen tan lejos de Page en sus preferencias. La “marca propia” del líder castellano-manchego es la diferencia.
¿Y qué hace tan popular a Page? Parece claro que su perfil de socialista moderado, incluso centrista y liberal, marcadamente distante del tono de izquierda radical del Gobierno de Sánchez con Podemos, es una de las claves del éxito de García-Page en una región tradicionalmente “conservadora” y en la que el PP suele tener notables éxitos en las elecciones generales. Page lanza continuamente un discurso de “sensatez y centralidad” que no tiene Sánchez y aborda sin complejos asuntos nacionales que son controvertidos en otros territorios como la defensa de los toros, la bandera de España, la educación sin sectarismos, el respeto a la Constitución o la denuncia de los independentismos, haciendo sonar incluso el himno nacional como ocurrió “de forma emocionante” tras su discurso en la celebración del último Día de Castilla-La Mancha.
Este posicionamiento tan claro de Page frente a los devaneos de Sánchez es altamente valorado por una mayoría de la población castellano-manchega, que entiende sin dificultad el lenguaje que habla su presidente autonómico, independientemente de que luego le vote o no. “Page se identifica con los castellano-manchegos y estos entienden su mensaje”, afirma Sergio Gutiérrez.
Aunque desde hace unos meses Page ha moderado su tono de enfrentamiento y discrepancia con Sánchez, muy hostil en la primera parte de esta legislatura, su intento de marcar diferencias y atender a lo que “pide” la gente en Castilla-La Mancha es tan obvio que todo el mundo tiene claro en la región que el presidente de la Junta es un “díscolo” frente a la Moncloa, aunque ya no se exhiba de una forma tan patente.
Parece que el nombramiento de la exalcaldesa de Puertollano y destacada socialista castellano-manchega, Isabel Rodríguez, como ministra portavoz del Gobierno, puede estar siendo un factor clave para el acercamiento entre ambos líderes del PSOE, sin que Page pierda su identidad en ningún momento, aunque otras fuentes socialistas no ven esta hipotética confluencia.
Esperando a Inés Cañizares
Sea como sea, y con Page liderando la carrera electoral en Castilla-La Mancha, hay un factor clave que podría inquietar los planes socialistas: la previsible entrada de Vox en Gilitos, sede del Parlamento autonómico, con una horquilla de entre dos y cuatro escaños, según varias encuestas. El partido de Santiago Abascal puede condicionar la formación de gobierno si Page no consigue revalidar su mayoría absoluta y lo haría, obviamente, a favor del PP de Paco Núñez. Una opción que en el PSOE regional ven improbable: “Estamos por encima del 40 por ciento de apoyo electoral en la comunidad, y Vox sólo nos inquietaría si bajásemos del 38 por ciento”, afirman desde la dirección socialista.
En todo caso, hay que prestar especial atención al papel que pueda desempeñar a partir de ahora la diputada nacional por Toledo Inés Cañizares, el nombre propio con más papeletas para convertirse en la candidata de Vox a la Presidencia de Castilla-La Mancha.
Cañizares es una dirigente con gran personalidad política cuya labor se valora internamente de forma más que notable y a la que muchos consideran la persona ideal para tomar las riendas de este partido en Castilla-La Mancha y concurrir con garantías en la batalla electoral de la región. De momento, ha asumido “de facto” la responsabilidad de ser la portavoz autonómica de Vox en Castilla-La Mancha y admite que “si el partido se lo pide” está dispuesta a ser la candidata a la la Junta de Comunidades. “Sería muy buena candidata y tiene una gran formación”, afirman desde Vox.
La propia Cañizares ya ha dejado claras cuáles serán las condiciones de Vox para apoyar a Núñez como presidente de la Junta: derogar las “leyes ideológicas”, abandonar la Agenda 2030 y apoyar la “Agenda España” de Abascal, analizando las “dotaciones presupuestarias” que todo ello conlleve en el marco de un “proceso de derogación”. De momento la diputada de Vox reconoce que no existen contactos de ningún tipo con el PP de Núñez, aunque cree que “el pulso de la calle es bueno” a favor de Vox: “Muchos castellano-manchegos necesitan tener nuestra voz aquí”, ha dicho Cañizares.