La guerra interna de Podemos Castilla-La Mancha se enturbia con malas artes y acabará en los tribunales
Podemos está roto por dentro en Castilla-La Mancha y hace tiempo que las distintas familias ya no se esfuerzan en disimular públicamente su animadversión. Por un lado están los 'pablistas', con el secretario general, José García Molina, y la secretaria de Organización, María Díaz, a la cabeza. Por otro están la corriente crítica Imagina Podemos, encabezada por el artista toledano Fernando Barredo, y los anticapitalistas del diputado regional David Llorente, que siempre se ha mostrado contrario a que la formación morada, contradiciendo su promesa electoral, se haya incorporado en minoría al Gobierno autonómico presidido por Emiliano García-Page.
Tanto Barredo como Llorente optaron a liderar Podemos CLM en las primarias de mayo de 2017, en las que se impuso claramente García Molina con más del 57 % de los votos, unos resultados que el propio Barredo se planteó impugnar por posibles irregularidades que nunca fueron demostradas. Desde esos comicios, la sensación de los sectores no oficialistas es que la presión interna contra ellos se ha recrudecido. Se quejan, según ha podido confirmar EL DIGITAL, de que los dirigentes regionales controlan con mano férrea el aparato en Castilla-La Mancha y de que monopolizan la proyección mediática del partido, tanto en los medios de comunicación públicos como en las redes sociales, algo que supone a su juicio una imposición malintencionada del pensamiento único Podemos.
Solo un par de meses después de aquellas primarias, en verano de 2017, ya levantó una gran polvareda la suspensión de militancia, que conllevaba su salida del Consejo Ciudadano, de Fernando Barredo. El motivo, pese a que no fue imputado en ningún momento por ello, fue la publicación en una medio nacional de una información en la que se le acusaba de haber aceptado dinero de un empresario a cambio de introducir a su esposa en la candidatura de Imagina Podemos. Finalmente, a principios del presente mes de abril, el Consejo Ciudadano de Podemos Castilla-La Mancha tuvo que dar marcha atrás y reintegrarle en sus filas para acabar con una situación legal y éticamente cuestionable. Barredo, que tras ese polémico episodio sigue pidiendo con insistencia pero sin éxito tanto la dimisión de García Molina como las cuentas del partido, siempre denunció que el secretario general y la secretaria de Organización trataron de silenciarle con una operación orquestada en su contra.
La misma acusación hace ahora el otro gran díscolo de Podemos Castilla-La Mancha, David Llorente, que este miércoles desayunaba con la filtración a una emisora de radio de una carta dirigida a la secretaria de Organización, María Díaz, en la que "el grupo de mujeres que conformamos el equipo técnico de Podemos CLM" denuncian "amenazas y actuaciones que hacen evidente el trato sexista y discriminatorio (de David Llorente) hacia nosotras". Llama la atención que ese documento interno se haya hecho público de manera inmediata pese a que las firmantes,de las que no ha trascendido el número ni el nombre, denuncian piden la mayor discreción posible. También es significativo que, ante la gravedad de sus acusaciones, las denunciantes pidan represalias políticas pero no adopten medidas judiciales.
Una relación nula desde siempre
El que sí va a acudir a la Justicia con una querella para aclarar estos hechos es el propio Llorente, que siempre ha hecho la guerra en solitario contra el PP y el PSOE en las Cortes de Castilla-La Mancha. Sus compañeros de bancada, García Molina primero y María Díaz después, nunca le han tenido estima política ni personal alguna. Una distancia que no han dudado en escenificar dejando a Llorente fuera de todos los actos públicos de relevancia que se han ido sucediendo a lo largo de la legislatura.
Sobre su denuncia interna, el diputado anticapitalista, durante una rueda de prensa ofrecida a las puertas de las Cortes, de la que los canales oficiales del partido no se han hecho eco, tachaba de "lamentable" que algo tan serio como el machismo se trate de instrumentalizar contra él y se ha mostrado convencido de que esto solo puede responder "a una campaña de desprestigio" motivada por sus posiciones políticas, si bien aseguraba que las va a seguir defendiendo. Llorente se sabe un elemento incómodo para la cúpula regional de su partido, y más desde la entrada de Podemos en el Gobierno autonómico.
"No van a poder callarme", remarcaba Llorente, que explicaba que "los trabajadores del grupo parlamentario no han firmado este escrito, salvo en un caso, y no entiendo el motivo, porque es todo falso". "El resto de personas firmantes no son trabajadores del grupo parlamentario y, en algunos casos, son personas que ni siquiera conozco". En las últimas horas ha recibido multitud de muestras de apoyo de compañeros a través de las redes sociales, algunas con durísimas críticas hacia la dirección regional.
@DavidLlorenteS , un compañero íntegro, trabajador y responsable que contrasta ampliamente con cierto sector infantiloide y mediocre del partido, curiosamente allegados al S.G de nuestra región. Lástima que desde estatal no respondan a nuestras denuncias contra esas personas.
— sabrinaon #PlanB (@Sabrinaon) 18 de abril de 2018
Por último, Llorente señalaba que va a seguir defendiendo la necesidad de una alternativa de cambio frente al Gobierno que preside Emiliano García-Page. Y, precisamente, el portavoz del Ejecutivo regional formado por PSOE y Podemos, Nacho Hernando, valoraba la polémica en clave de "conflicto interno" en la formación morada. A preguntas de los periodistas, respondía que el asunto tiene una "doble vertiente interna", ya que, por un lado, es un conflicto laboral entre asesoras y altos cargos y, por otro, es un asunto interno de Podemos.
En cualquier caso, Hernando señalaba que "tendrá que ser Podemos el que dé las explicaciones y las soluciones, que las habrá seguro". Mientras llegan, el líder del partido morado en Castilla-La Mancha y vicepresidente segundo del Gobierno regional, José García Molina, que ya ha anunciado su interés en repetir como candidato a la presidencia de la Junta en 2019, mantiene un silencio ensordecedor pese al irrespirable clima de tensión que impera en Podemos. Comienza la carrera para conformar las listas de las autonómicas de 2019 y el proceso se antoja encarnizado.