Viento de La Mancha

Exhumación y estupidez

15 mayo, 2017 00:00

Ante el lamentable espectáculo que mostró toda la clase política española, sin excepción, en relación a la exhumación del General Franco del Valle de los Caídos y la reubicación de José Antonio Primo de Rivera en la basílica, he de decir que siento vergüenza de nuestros representantes.

Más allá de una izquierda sectaria y rencorosa, la actitud de Ciudadanos uniéndose a la marea de revanchismo es insólito para un partido que dice sentirse heredero de Adolfo Suarez, y la del PP absteniéndose cuando su partido Alianza Popular fue fundado por ministros del régimen y Manuel Fraga fue presidente fundador del PP hasta su fallecimiento, es de un cinismo indescriptible.

Yo nací en el 1977, dos años muerto Franco, pero he de decir que la generación anterior, esa que sacó jugo a la transición, esa que nos ha traído hasta aquí, esa que Fernando Vizcaino Casas llamó “los hijos de Papa”, esa que hoy nos gobierna, se está luciendo

Yo conocí a la generación que vivió y que  sufrió la guerra a través de mis abuelos, y después de conocer su coraje, su esfuerzo y su honradez, concluyo que sufrieron en vano porque la chusma quiere volver a enfrentarnos en su propio interés y van camino de conseguirlo.

Vuelvo a recordar el artículo que escribí el año pasado en esta columna denominado “Cultura y memoria histórica”, eso es lo que pienso y reitero sobre todo este circo político llamado “memoria histórica” que cuenta con directores y palmeros en todo el congreso:

Cultura y Memoria Histórica

La polémica relativa a la memoria histórica da lugar a situaciones propias de lo absurdo y a dramas enormemente tristes.

Al igual que ocurre en determinadas regiones de España, donde la historia-ficción, que decía el filosofo Julián Marías, ha sido impuesta en su máxima expresión para el aprovechamiento político-ideológico de una minoría sectaria, se pretende impulsar una historia ficción a nivel de todo el Estado para el aprovechamiento político ideológico de otros sectarios.

Julián Marías se refería como “historia-ficción” al relato que emergía a finales de los 70 en Cataluña y así la definía en un artículo de El País: “…sustitución de la realidad -presente y pretérita- por un esquema que cada vez se da más por válido y «obvio». Es la historia-ficción, de la cual muchos intentan vivir; pero de ella no se puede vivir (a lo sumo, fingir que se vive)”.

La historia no es tan sencilla de contar como pretende determinada izquierda de este país y quizás, no poner frenos a los desvaríos sectarios de esta ley, nos pueden privar, por prejuicios reaccionarios, de un enorme abanico cultural sobre aquellos a los que se les pone el Sambenito de ser políticamente incorrectos por una clase política mediocre.

Poetas utilizados políticamente

Un ejemplo de que no todo es tan sencillo en historia lo tenemos en  el reciente 80 aniversario del asesinato en 1936 del poeta Federico García Lorca. Esta muerte remueve la  realidad de los hechos en una España compleja, en la que el poeta granadino es protegido, amigo y alabado por falangistas, mientras es fusilado por el impulso de ex miembros de la CEDA en la España franquista. Curiosa la amistad de Federico con Edgar Neville, con el fundador de la Falange García Valdecasas e incluso su relación con José Antonio Primo de Rivera y muchos otros amigos del poeta en la derecha heterodoxa. El propio Ernesto Giménez Caballero dijo en retratos españoles: "Nuestra vuelta al orden lírico entre nosotros fue el descubrimiento de Góngora, que encerraba la clave revolucionaria de la metáfora... Y en ese sentido... tú fuiste, Federico, su suprema expresión, uniendo la poesía más popular y tradicional con la metáfora más inaudita... De ahí que aparecieras como el poeta ideal para José Antonio y para el falangismo de Luis Rosales...”.  

Nuestra prensa cultural olvida, de igual manera, el asesinato hace 80 años  de otro gran poeta, José María Hinojosa de la generación del 27, impulsor del surrealismo, víctima de la barbarie de la guerra, a manos de milicianos de izquierda malagueños en la saca de 22 de agosto de 1936. También murió asesinado hace 80 años otro joven poeta gallego Francisco Vega Ceide, que escribía bajo el seudónimo de Francisco de Fientosa, asesinado por las milicias republicanas en Aravaca (Madrid), corriendo noviembre de 1936, a sus veinticuatro prometedores años.

Son muchos los ejemplos y muchas las historias que impiden una visión sectaria y unidireccional de lo que ocurrió en nuestra guerra, lo que evidencia  que es tarea de historiadores y no de políticos, el estudio  de las distintas visiones y hechos de lo que ocurrió en esa época fratricida.

La cultura de la otra España

Cientos son los autores que parecen pertenecer hoy a otra España y muchos de ellos pretenden ser marginados por esta ley, por su afiliación, heterodoxia, pensamiento o colaboración con el régimen anterior. La inquisición políticamente correcta no podrá borrar la cultura ni la genialidad de grandes autores, aquí va una pequeña lista abierta que reivindica la cultura de esa otra España que pretenden aplastar los censores de hoy:
 
Edgar Neville, Salvador Dalí, Juan Vazquez de Mella, Ramiro de Maeztu, Angel Ganivet, Miguel de Unamuno, Pio Baroja, Azorín, Eugenio D´Ors, Manuel Machado, Ernesto Gimenez Caballero, Muñoz Seca, Jacinto Benavente, Gregorio Marañón, Wenceslao Fernandez Flórez, Julio Camba, Alvaro Cunqueiro, Manuel Pombo Angulo, Eduardo Marquina, Jardiel Poncela, Josep Pla, Victor de la Serna, Victor Pradera, Felipe Ximenez de Sandoval, Juan Aparicio, Rafael Garcia Serrano, Eugenio Montes, Jose Maria Fontana, Federico de Urrutia, Menéndez Pidal, Garcia Valdecasas, Perez de Ayala, Leopoldo Panero, Angel Maria Pascual, Sanchez Mazas, Carlos Maria Ydigoras, Francisco Cossio, Luys Santa Marina, Jacinto Miquelarena, Agustín de Foxá, Samuel Ros, Dionisio Ridruejo, Rodrigo Uría, Pedro Lain Entralgo, Torrente Ballester, Antonio Tovar, Pedro Mourlane Michelena, Joaquín de Zugazagoitia, Francisco Vega Ceide, Jose Maria Hinojosa Lasarte, Fernando de la Quadra Salcedo, Juan Barja de Quiroga, Juan Ignacio Luca de Tena, Carmen de Icaza, Adriano del Valle, Francisco Vega Ceide...