Comenzamos temporada por lo superficial. Acostumbrados ya a las pantomimas que cada día nos ofrecen en Castilla-La Mancha algunos representantes de las diferentes formaciones políticas, atención especial a la protagonizada en estos días de estío por dirigentes de las dos grandes formaciones, poniendo en duda la continuidad en el cargo de sus respectivos lideres regionales. Aunque no consta si algún golpe de calor o insolación por las altas temperaturas fuera el motivo del comportamiento de estos rapsodas, mondarse de risa debió ser la expresión inmediata entre los populares cuando la diputada del grupo socialista en las Cortes regionales, Diana López, aseguró que la reunión interparlamentaria que el PP celebrará en Toledo los próximos días 17 y 18 de septiembre servirá también para buscar un candidato que no sea el actual presidente de la formación en Castilla-La Mancha, Paco Núñez. Carcajadas parecidas debieron cundir igualmente entre las filas socialistas cuando la secretaria general del PP, Carolina Aguado, respondió cuestionando la candidatura a las autonómicas de Emiliano García-Page, apuntando para el puesto a la ministra-portavoz, Isabel Rodriguez. Permanezcan atentos por si, como conjeturan los socialistas con los populares, la visita del presidente Sánchez a Toledo el próximo día 10 de septiembre es igualmente para anunciar una candidatura alternativa a Emiliano García-Page. En cualquier caso, no creo sea necesario recurrir a agencia de empleo alguna para reclutar candidato, aunque sí esperar una campaña electoral larga, tediosa, e incierta con o sin visitas publicitarias a esta tierra de sus principales lideres nacionales.
En efecto, nos aguardan meses de intensa agitación, que servirá igualmente para propagar el descredito de la profesión política. Un empleo de bastante mediocridad con personas que apenas cuentan con otro medio de ganarse la vida que la representación pública. Un desprestigio de la clase política que nace del propio trato y comportamiento entre los propios dirigentes y los partidos que representan, con Castilla-La Mancha como inmejorable campo de batalla para comprobar el procedimiento. Una esfera política que cuenta además con la colaboración de un microcosmos informativo regional poco exigente a la hora de difundir sus peroratas y monsergas.
Un delirio insolente en definitiva que le sobran ceros y que propicia una pelea sin cuartel permanente de alto voltaje, donde la única certeza es que no hay tregua, pues no en vano algunos se juegan sus habichuelas. Mientras continua este lamentable espectáculo, la situación de muchos ciudadanos y no pocas pymes de esta tierra se vuelve cada vez más difícil e insoportable, con una inflación desbocada y la incertidumbre adueñándose de su futuro. Como para estar pendientes de estas algaradas y sus resueltos propagandistas.