Este pasado 14 de julio se aprobó la Ley de Memoria Democrática, una ley que no solo pretende que no olvidemos el pasado de aquellos que dieron la vida por la libertad, sino que también pretende dignificar todos aquellos espacios de memoria del país.
En esta nueva ley nos faltan algunas cosas, hay que reconocer que nos hubiera gustado ir más allá, pero la correlación de fuerzas en el Congreso no ha permitido un cambio más profundo en esta ley que esperamos siga creciendo en el trámite parlamentario. Una ley que en sus primeros párrafos condena el golpe de estado y lo cataloga de ilegal debería de haber avanzado mas en cuanto a la ilegalidad de los procesos ilegítimos del franquismo, y su posterior reparación.
Pero esta ley sí incluye cosas por las que tenemos que felicitarnos del trabajo hecho junto a la sociedad civil y las asociaciones memorialistas, como una condena expresa del golpe de estado, resignificación de espacios como el Valle de los Caídos que pasará a ser un centro para dar a conocer los crímenes del franquismo, el fin de que familiares y asociaciones tengan que seguir financiando las exhumaciones con su dinero, dotando a estas de fondos públicos, un régimen sancionador para los que incumplan la ley y quizás una de las más importantes: la entrada en las escuela de esta parte de la historia de España, que tiene que ser conocida por las generaciones futuras para no volver a repetirla.
Todo ello me ha hecho volver acercarme al memorial que se hizo en el cementerio de Guadalajara en noviembre de 2021 como lugar de recuerdo para las 976 víctimas de la represión franquista, hecho del que todos nos congratulamos, aunque esta congratulación no puede ser total puesto que en esta ecuación nos falta la dignificación del espacio el cual desde el pasado mayo se encuentra en estado lamentable, con las placas caídas y con una malla verde que no deja ver el interior.
En el pleno de mayo de 2022, desde Unidas Podemos IU preguntamos por estas circunstancias, y se nos contestó con el consabido: "ya estamos en ello", pero para nuestra sorpresa, a día de hoy, las placas siguen desprendidas y este espacio que debería ser un digno referente como espacio de memoria democrática sigue cerrado por obras.
En la nueva ley se le da mucha importancia a la resignificación de espacios, tal día como este 18 de julio significa para unos pocos el día del alzamiento nacional, pero que para los demócratas debería tener otras connotaciones democráticas y muy alejadas de celebrar un golpe de estado. Por eso hubiera sido buena idea resignificarlo reinaugurando este espacio de memoria en homenaje a las personas que ese 18 de julio de 1936 se aprestaron a defender el estado constitucional y democrático de la república.
Alfredo Vicente Ruano. Portavoz del círculo PODEMOS Guadalajara. Consejero Ciudadano Autonómico de Cultura y Memoria Democrática.