Las intolerables protestas violentas y con símbolos franquistas y neonazis que se han producido en los últimos días frente a las sedes del PSOE en distintos puntos de España, entre ellos varias capitales de Castilla-La Mancha, están siendo el argumento perfecto de los socialistas para lanzarse contra el PP y responsabilizarle de las movilizaciones, pese a que el partido que lidera Alberto Núñez Feijóo se ha desmarcado repetidamente de cualquier violencia en estas convocatorias y está exigiendo a los suyos actitudes pacíficas y democráticas.
Esta situación se reproduce con sus matices particulares en Castilla-La Mancha, donde en los últimos días, y especialmente este miércoles, distintos dirigentes del PSOE regional y del propio Gobierno autonómico han salido al paso de las protestas violentas para condenarlas, como es lógico, con toda rotundidad y, a la vez, meter presión al líder regional del PP, Paco Núñez, por sus pactos con Vox en distintas instituciones y ayuntamientos castellano-manchegos. El PSOE entiende que Vox está amparando estos actos violentos y esa actitud es inasumible y completamente incompatible con la democracia y las instituciones.
En este sentido, el secretario de Organización del PSOE regional, Sergio Gutiérrez, ha señalado directamente a dos altos cargos de Vox por participar en las protestas de Toledo: David Moreno, diputado regional y vicealcalde de Talavera, y Daniel Arias, vicepresidente de la Diputación toledana, ambos en gobiernos liderados por el Partido Popular. Gutiérrez ha pedido directamente al PP de Núñez que cese "inmediatamente" a ambos cargos de Vox en la Diputación y el Ayuntamiento, intentando así generar disensiones en el seno de ambos partidos y en los gobiernos a los que conjuntamente pertenecen.
Parece obvio que el PP castellano-manchego no va a hacer otra cosa que lo que viene haciendo hasta ahora: condenar la violencia en las protestas y llamar a la movilización pacífica y democrática contra las cesiones de Pedro Sánchez a cambio de su investidura, una protesta que, ejercida sin violencia, es tan legítima como normalizada en una democracia. Desde el entorno del PP regional se recuerdan las protestas contras las sedes populares en épocas pasadas, convocadas y protagonizadas por la izquierda, con la misma legitimidad entonces que ahora cuando no implican violencia, que es una condición imprescindible.
En todo caso, el PSOE de Castilla-La Mancha está apelando una y otra vez al PP para que se desmarque de Vox y rompa "con gobiernos de extrema derecha", tal como dijo este mismo miércoles la portavoz de la Junta de Comunidades, Esther Padilla, llamando al partido de Paco Núñez para que no sólo sea "contundente" en la condena de la violencia sino que también "rompa con los gobiernos de extrema derecha". Los socialistas consideran que la presencia de Vox en protestas con violencia o simbología ultraderechista deslegitima a este partido para formar parte de gobiernos en instituciones democráticas.