Las críticas del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a las negociaciones de Pedro Sánchez con el separatismo para lograr la investidura no van a tener mayor repercusión en el PSOE ni están suponiendo ningún conflicto interno en el partido. Todo quedará en esa "isla política" que ahora mismo es el líder castellano-manchego entre los socialistas, sin que la posición expresada por Page una y otra vez abra fisuras en el PSOE o quiebre la actitud de Sánchez de ceder ante los independentistas.
Esta es la opinión mayoritaria que se extiende en el entorno de Sánchez y la interpretación que hacen algunos analistas políticos después de escuchar al propio presidente del Gobierno en funciones en los corrillos con los periodistas de la tradicional recepción de los Reyes en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional. Sánchez da por amortizadas las críticas internas a las negociaciones que está manteniendo para su investidura y está convencido de que no existe ninguna contestación dentro del PSOE, más allá de casos aislados como el de Page.
El entorno de Pedro Sánchez ya da por hecha la amnistía y ahora la incógnita se centra en las nuevas cesiones que el líder socialista esté dispuesto a hacer frente a los partidos que promueven la ruptura de España. Aunque, como hemos informado, Page no estuvo en esos corrillos porque evitó el cóctel para no alentar más tensión interna en el PSOE o posibles malas interpretaciones de sus palabras, lo cierto es que la figura del presidente castellano-manchego protagonizó algunas conversaciones, sin que Sánchez conceda mayor importancia a sus discrepancias.
En esos corrillos con periodistas, el presidente en funciones comentó que sometería el resultado de las negociaciones al criterio de su partido y que, incluso, no descartaba consultar a las bases sobre las decisiones que se tomen, aunque tiene muy claro que "no hay contestación interna" en el PSOE. Sánchez cree, tal como dijo a algunos periodistas, que hay "unanimidad" entre los socialistas y que, en todo caso, la decisión de apoyarle sería muy mayoritaria.
Parece que Sánchez no le da mayor valor a las discrepancias de Page y todo apunta también a que la amnistía no vendrá sola y que habrá otras líneas rojas que el presidente en funciones pondrá sobre la mesa en sus negociaciones con el separatismo.