Las diferencias de Emiliano García-Page con el PSOE de Pedro Sánchez van creciendo en la misma medida que se reduce el tiempo que falta para las próximas elecciones autonómicas del próximo mes de mayo.
El presidente de Castilla-La Mancha critica sin tapujos algunas de las iniciativas del jefe del Ejecutivo central y aprovecha cualquier ocasión para ello, sobre todo en cuestiones relacionadas con el independentismo, el terrorismo de ETA, la Constitución o las continuas salidas de pata de banco de los ministros de Podemos. No va mucho más allá y además, tal como pregunta la oposición, a la hora de la verdad los diputados socialistas de Castilla-La Mancha votan disciplinadamente todo lo que el Gobierno lleva al Congreso para su aprobación, incluida la nueva Ley de Memoria Democrática que tan mal ha sentado al centro derecha y al propio Page.
Sin embargo, en otras circunstancias, y si al presidente castellano-manchego no les respaldara su éxito incuestionable en las urnas, sería carne de cañón y no volvería a encabezar la candidatura para la Presidencia de la región. Sánchez le buscaría un sustituto igual que hizo en Andalucía con Susana Díaz. Sus críticas a la Ley de Memoria Democrática y sus fotos recientes y amigables con Isabel Díaz Ayuso serían motivo suficiente para tomar medidas contra él, por lo directo o por lo sinuoso. Pero no pueden hacerlo de ninguna de las dos formas.
Y una que estaría dispuesta a hacerlo sin que le temblara la mano sería la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, a la que el digital Moncloa.com se refería ayer con el sobrenombre de "el pitbull de Ferraz". Según este diario, "uno de los muchos encargos encomendados a la socialista es la de tener cierto control sobre todos los candidatos del PSOE. Entre ellos, por supuesto, está García-Page, pero se ha escapado a su control por más que le ha escrito y llamado junto a Santos Cerdán para que se pliegue a las condiciones que tiene el partido". Sin embargo, dicen, "García-Page funciona por libre, sin obedecer a nadie del PSOE porque entiende que Pedro Sánchez ha pervertido la formación socialista".
Los puentes están casi rotos entre Page y Ferraz. Hay contacto, pero no confianza entre las partes. Para Adriana Lastra, aseguran, Page se ha convertido" en una piedra en el zapato porque no obedece las directrices y eso le pone a Lastra en evidencia ante el presidente del Gobierno, quien le ha dado el control total del partido. Algunos añoran la efectividad de los predecesores de Lastra, pero lo cierto es que ahora están atados de pies y manos con las elecciones a ocho meses vista". Desde luego no será Lastra la que derribe a Page. Más bien podría ser todo lo contrario.